Transparentar el aporte para las campañas
El gobierno nacional aguarda que para el mes de abril sea sancionada la nueva ley de financiamiento de campañas electorales, enviado recientemente al Congreso. Su aprobación es necesaria para que la transparencia llegue a estos procesos de una vez y para siempre.
De acuerdo a las expectativas del
gobierno nacional, se aguarda que para el mes de abril sea sancionada la nueva
ley de financiamiento de campañas electorales, cuyo proyecto fue enviado por el
Ejecutivo al Congreso en fecha reciente.
Existe, según los analistas políticos, urgencia para abordar esta cuestión en virtud de que si se prolongan los plazos sería complicado que la ley comience a regir. Es que en medio de la campaña no se pueden cambiar las reglas de juego, se admite desde el Ministerio del Interior, repartición que tiene una alta participación en el diseño electoral del país.
En este marco, es preciso señalar que -entre tantas otras- la cuestión de los aportes para las campañas electorales es una deuda pendiente de la política nacional. La falta de transparencia, la posibilidad de arreglos espurios y las sospechas de pases de facturas y favores son elementos insustituibles a la hora del análisis de una problemática tan sensible como controvertida.
La iniciativa que propone la actual administración nacional obliga a bancarizar todas las donaciones y habilita a que las empresas aporten fondos, con topes. Se blanquearían así las ofrendas que los empresarios suelen hacer a los candidatos, en negro. Basta señalar que aquellas opacas negociaciones quedaron al descubierto en varias ocasiones, la última con el caso de los aportantes truchos de Cambiemos, así como las revelaciones de la causa de los cuadernos que involucra a altos ex funcionarios del gobierno anterior.
Por otra parte, en tiempos de profunda recesión económica y crisis financiera, suenan obscenos los montos que se erogan para financiar el proselitismo en los distintos partidos políticos. Las declaraciones juradas en las que constan los aportes presentan tantas dudas como inconsistencias. Publicaciones periodísticas de todos los medios han reiterado que los recursos utilizados pueden llegar a cuadruplicar lo declarado. Con ello, queda claro que una legislación transparente en materia de aportes de campaña es imprescindible para dotar de seriedad a una problemática escondida a propósito y manipulada muchas veces de manera aviesa por la dirigencia política, sin distinción de banderías. El lavado de dinero que puede ocurrir y la falta de registros para encontrar su ruta son aspectos centrales que deben ser modificados ya.
La bancarización de los aportes de campaña, entre otras medidas, debe aprobarse rápidamente. No puede seguir siendo cajoneada en el Congreso. De una vez y para siempre es vital que la transparencia llegue a las campañas electorales. De lo contrario, persistirán los vicios y las maniobras que rozan lo ilegal, o directamente lo son.