Tampieri, símbolo de otra lucha, ahora la del cambio climático
Todos los viernes desde el pasado mes de octubre, un puñado de jóvenes se junta frente al Palacio Tampieri para dar visibilidad a la conciencia que debe tomarse para cuidar el medioambiente y charlar sobre los peligros que enfrenta. Como Greta Thumberg, pero en "San Pancho".
Por Ivana Acosta | LVSJ
Todavía todos recuerdan el rostro desencajado por el enojo de Greta Thumberg cuando dio su discurso en la Cumbre de Acción del Clima donde se reunieron los líderes de todo el mundo en septiembre pasado.
Mucho se ha dicho sobre esa chica y el movimiento del cual es cabecera llamado "Friday For the Future". Tanto ha pasado... sin embargo no es momento de hablar de ella; en realidad es la hora de actuar y así lo entienden todos los que se sumaron viernes tras viernes a manifestarse y visibilizar la delicada situación por la que atraviesa el mundo respecto al clima.
La que toma la palabra es Martina Carignano, de 17 años y estudiante que está con su sombrerito, un jean y remera oscura sentada en el medio de la curva que marca la mitad del portón de ingreso del Palacio Tampieri. Son más de las cinco de la tarde del viernes y aunque el hierro quema por el sol que no da tregua ella está ahí.
- Creo que te buscábamos a vos ... y la adolescente se sonríe.
La chica no lo dice con palabras en realidad hablan de manera intermedia los dos carteles con letras concisas y que enuncian un mensaje: "Huelga escolar por el clima" acerca de la obligación de rescatar el medio ambiente en que nos desarrollamos.
Así que la historia se cuenta sola entre el fuerte sol que pega sobre la fachada del edificio municipal y mientras el suelo y las rejas queman y parece que se curvaran todavía más.
Martina es una de las dos miembros fundadoras - junto con Antonella Pizzi de 16 años - del grupo activista "Nuestro futuro es verde". Como todo centennial ¿O millenial? Su marcha también se ve reflejada en Instagram donde el impacto visual destruye las palabras porque éstas sobran la mayoría de las veces.
Martina es una de las fundadoras del movimiento activista "Nuestru futuro es verde"
- El grupo lo formamos aproximadamente hace cinco o seis meses con la intención primero de realizar activismo no solo por el medio ambiente sino también por los derechos de los animales.
Se pusieron a trabajar para hacer algo no porque lo diga Greta sino porque su propio contexto cotidiano se los pide de ahí que ellas consideraron que sí estaba bien pensar en los derechos de los animales, antes de todo había que salvar al medio ambiente porque si no "nada tendría sentido".
- Nos interesamos por el medio ambiente porque la lucha que nosotras llevamos se desprende de la activista sueca, Greta Thumberg. Eso movilizó a mucha gente en todo el mundo.
Los miembros adherentes van variando pero los amigos que hacen el aguante no fallan.
Hablar con Martina es hacerlo como con cualquier adulto. Sabe lo que dice y no es el mismo discurso de Greta. El suyo es menos amenazante pero no por eso le resta efectividad. No apuesta al choque sino al sentido común. En realidad ella no se enfoca en pensar en un mundo ideal, parte de la base de un medioambiente que está curtido en ser golpeado una y otra vez por el desastre que hace el Hombre (con mayúscula) en pos del progreso. Y así lentamente la conversación va hacia la política, donde debe desembarcar necesariamente.
- Nos interesamos en el cambio climático porque nos llamó poderosamente la atención que nadie hiciera nada. Los gobernantes no presentan medidas que nos amparen. Entendemos que los jóvenes somos el futuro pero también nos hacemos cargo del presente.
Sus palabras llevan a pensar a cualquiera cuantos años tiene la chica que está ahí empoderada frente al mítico Palacio. Ella y su amiga Antonella tienen 17 y 16 años respectivamente, no van juntas al colegio pero comparten un sentimiento activista que las hizo amigas y aliadas.
Mientras el sol no aflojaba desmentía a la gente que les repite "millones de veces que no van a conseguir nada". Pero en realidad ellas no están hablando solo de sentarse ahí todos los viernes con unos carteles.
-San Francisco no tiene ninguna norma medio ambiental que realmente nos pueda amparar de algo. No hay separación de residuos. Hay 3 cestos en el centro para separar papel, madera y cartón pero todo va al mismo lado, todo se quema y a cielo abierto. Deja mucho que desear.
Los chicos entienden que aunque sean el futuro las acciones deben realizarse desde ahora.
Su movimiento hizo ruido. Las redes le sirvieron para eso, empezar a hablar fue buen primer paso para que no pase como en otras partes de la Argentina donde pese a que se publicó que existe la "emergencia climática declarada pasó como una noticia más".
Cuando ella dijo eso se escuchó a lo lejos la voz de otra amiga que iba a hacerle el aguante en la lucha contra el cambio climático. Los otros chicos la siguieron.
Entonces Martina siguió contando cómo sus ideas tuvieron eco ahí donde se cocinan las cosas detrás de las rejas del Palacio.
-El secretario de gobierno se nos acercó un día y nos preguntó si éramos las encargadas de la página. Esa semana habíamos subido una publicación sobre lo que faltaba en San Francisco. Nos dijo que a (Ignacio) García Aresca le gustaría reunirse con nosotros y también Andrés Romero (concejal electo) que expresó que quería apoyarnos pero no queremos ligarnos a ningún partido aunque lo que hacemos con el reclamo sí lo es.
A lo lejos ... cuando se ve a Martina que pasará dos horas por lo menos de su tiempo de viernes ahí apoyada en esas rejas todo se resume en una ironía. Hasta la década del '70 ahí no hubo un Palacio Municipal sino una fábrica que nadie sabrá cuanto dióxido de carbono expulsó. Ahora pasa todo lo contrario en el mismo espacio mientras el sol sigue quemando anunciando otro verano bravo.