Sueños de Broadway
La historia del oriundo de nuestra ciudad, Agustín Guevara, cultiva esa idea de que San Francisco es una cantera de jóvenes actores. Con 28 años está a punto de estrenar la obra con la que siempre soñó: Kinky Boots. Es parte de un elenco en su mayoría cordobés que este verano estará en el Teatro Luxor de Carlos Paz. "Es una locura hermosa. Estoy feliz, en el lugar donde quiero estar y haciendo lo que amo", confiesa este actor apasionado y amante de los desafíos.
Agustín Guevara (28), el abogado sanfrancisqueño que cumple el sueño de vivir del teatro y este verano integrará el elenco de la primera obra de Broadway que desembarcará en la temporada de Villa Carlos Paz, el musical "Kinky Boots".
"Estoy feliz, en el lugar donde quiero estar y haciendo lo que amo todos los días", le dice a LA VOZ DE SAN JUSTO del otro lado del teléfono, desde Córdoba, donde está radicado actualmente.
En la docta el joven reparte su tiempo entre ensayos, audiciones y las clases de apoyo universitario en Derecho e Inglés que dicta para mantenerse hasta algún día poder vivir definitivamente de la actuación.
Si hace diez años le hubieran hablado de su vida actual, es probable que Agustín no lo hubiera creído. Con el teatro como su pasión, pero sin muchas expectativas en relación a una carrera profesional se formó como abogado pensando en que esa era su verdadera vocación. Sin embargo, luego de recibirse consideró cambiar el rumbo y como una grata sorpresa, el destino lo fue sorprendiendo paso a paso. "Fui descubriendo que no quería encarar el resto de mi vida por ahí", contó y recordó que en 2021 empezó a estudiar Música en el Conservatorio Superior de Música "Félix T. Garzón" de la Universidad Provincial de Córdoba (UPC).
En su incipiente carrera actoral, Agustín tuvo la dicha de participar de diferentes proyectos a los que calificó de "hermosos" hasta llegar a darse este lujazo de pisar las tablas carlospacenses. Entre esas obras -en su mayoría musicales- que lo prepararon para este nuevo desafío se encuentran "Frankenstein, el musical", un clásico del que fue coprotagonista, del director Hernán Espinosa.
Antes, realizó un seminario de teatro musical y a partir de allí empezó a audicionar. Así llegaron las primeras propuestas. También fue parte de "Dorothy, un musical mágico", de Pepe Cibirán Campoy, interpretando el personaje del Hombre de Hojalata en esta reversión de la historia del mítico El Mago de Oz. "Esa experiencia me voló la cabeza. El vestuario increíble, cinco meses de ensayo seis horas por día, algo que jamás había vivido. Puedo decir que allí comencé verdaderamente a trabajar de la actuación".
Lejos del prejuicio del abogado que decidió ser actor, Agustín reconoce que él mismo subestimó "las herramientas que me dio el estudio universitario para hoy hacer lo que realmente me completa. Por ahí me dicen '¿cómo?, estudiaste Abogacía y ahora estás haciendo teatro'. Y yo les respondo que todo eso que estudié, de alguna manera lo vuelco en la actuación, desde la oratoria, la vocación, el esfuerzo".
"Si uno no tiene un espacio, un escenario, créalo vos. Alguna vez escuché esa frase y me pareció muy acertada. Esto muchas veces pasa en ciudades más chicas donde no hay muchas oportunidades respecto al arte. Entonces, ese es mi consejo para quienes no se animan a vivir sus sueños, su vocación", expresa el joven.
La obra de su vida
Como en Nueva York pero en Carlos Paz. Mientras Agustín se permite soñar despierto con trabajar alguna vez en Broadway, no deja de agradecer la oportunidad que hoy significa "Kinky Boots" para su ascendente carrera. "Es una obra contemporánea, un clásico de 2005, bien popero, que llega con guion y música original de Cyndi Lauper", describe.
El estreno será el 28 de diciembre, en el teatro Luxor. Tendrá a Federico Bal y Federico Salles en los roles principales. Acompañándolos, Laura Esquivel y un elenco mayoritariamente cordobés.
"Es mi primera temporada en Carlos Paz y estoy muy ansioso", confiesa Agustín quien pese a haber actuado ya junto referentes del teatro musical argentino, no se le quita esa humildad de quien sabe lo que es empezar de abajo.
"Veo mi vida entorno a la actuación. Ya sea arriba del escenario, como coach vocal o con la docencia para encauzar la pasión, la vocación y disfrute por el teatro", asegura.
Su mirada sobre el teatro
"La primera obra musical de Broadway en Carlos Paz es un paso enorme que demuestra que el teatro musical va ganando cada vez más terreno en la plaza argentina. Veo una gran expansión del teatro en nuestro país", resume Agustín.
El teatro es una herramienta que lleva a la reflexión y nos hace sentir cosas, por ello "hay que tomarlo con responsabilidad y esto no tiene que ver con la seriedad sino con la misión del mensaje que queremos dar. Los actores no solo debemos interpretar personajes sino sus motivaciones", concluye.
"He dejado todo, mi título, mi trabajo de
abogado y me vine a Córdoba, trabajé en la barra de un bar, di clases de apoyo
universitario, todo eso me permitió seguir haciendo y aprendiendo teatro".
La historia de "Kinky Boots"
"Charlie Price (Federico Salles) hereda el negocio de la familia, una fábrica de zapatos, pero él no sólo no tiene interés por los zapatos, sino que además la fábrica está en quiebra y tiene que despedir a 15 empleados. Sin embargo, el encuentro fortuito con una drag queen y artista de cabaret llamada Lola (Federico Bal) inspira a Charlie a salvar la fábrica creando una línea de botas de taco alto, pese a la oposición de los trabajadores de la fábrica", explica la sinopsis oficial de la obra.
Su personaje
"Creo en el teatro musical como una disciplina integral, compuesta por el canto, la danza y el teatro. Siempre las canciones son el pilar de la obra, estructuran la historia - indica Agustín-. Hace poco escuché una frase que me quedó grabada: 'hacer teatro es crear presente', y me pareció muy interesante".
"La retroalimentación con el público, el vestuario, todo, te ponen en otro lugar, elevan las posibilidades del personaje y cuando ya estás frente al público, la explosión es total. Nunca una función es igual a la otra".
"También hay mucho de energía, la actuación como algo mucho más profundo, un trabajo energético más allá de lo postural o físico", agrega. En "Kinky...", Agustín personifica a un operario de fábrica "con un carácter muy alejado al mío, entonces canalizar la cuestión energética fue otro de los desafíos. Estoy encontrándome con cosas que nunca pensé que iban a salir de mí".
La trama por momentos se torna graciosa y por otros, habla de temas como la discriminación y el bullying.