“Si los vecinos no se metían, no la contaba"
Fabiana es víctima de violencia de género y gracias a la gente, logró salvar su vida.
El rostro de Fabiana Andrea Sarro tiene marcas, moretones y lastimaduras. Esas cicatrices superficiales que poco a poco van sanando difícilmente lo harán dentro suyo.
Su ex novio la atacó salvajemente el pasado viernes 12 de junio por la noche en barrio Roca y aunque el jueves 18 el hombre de 39 años fue detenido por los delitos de "amenazas, lesiones leves calificadas y desobediencia a la autoridad reiterada", el miedo todavía habita en Fabiana.
Ella es una de las tantas mujeres víctima de violencia de género y vive para contar el horror en primera persona rescatando la importancia del compromiso de toda una sociedad y principalmente aquellos que escucharon sus gritos de dolor y pedido de auxilio cuando su ex la golpeaba en medio de la calle.
"Me animé a hablar porque en un momento de esa noche cuando estaba en el piso pensé que no me salvaba. Nunca pude defenderme y pensé que me mataba. Si los vecinos no se metían, hoy no la contaba", dijo Fabiana Sarro a Voz Mujer.
Fabiana se recupera de los golpes que le propinó su expareja a quien se animó a denunciar con valentía y entereza
La ayuda
A Fabiana la salvaron sus gritos que por suerte escucharon los vecinos que viven en el sector donde la atacó su ex pareja. "Me salvaron los vecinos, las personas que viven arriba de la farmacia que está en el lugar donde todo pasó", insistió la mujer.
La historia de Fabiana se conocía el sábado por la mañana y sin dudarlo, la mujer compartió lo vivido en las redes sociales y su relato se hizo viral con el compromiso de una sociedad que no se cansa de decir "Ni una menos". "La sociedad me sorprendió y para bien. La solidaridad de la gente fue extraordinaria, me escribieron personas de todos lados, me llamaron muchísimas otras ofreciendo su ayuda, me acompañaron todo el tiempo y lo siguen haciendo. Mi familia y mi entorno, mis amigos y amigas, mis compañeros y mis jefes en el trabajo siguen a mi lado apoyándome y dándome la fuerza que necesito para continuar", reflexionó la mujer.
La violencia
Fabiana recordó el calvario que vivió la noche del viernes 12. Ella contó que venía conduciendo su auto y notó que él me perseguía en su moto. "Entonces, aumenté la velocidad pero no logré perderlo y cuando me alcanzó me pidió que pare y lo hice.
Me detuve, se metió en mi auto y me preguntó de dónde venía a lo que le respondí que no le importaba ya que yo no tenía que dar explicaciones a nadie. Ahí empezó a decirme: `A mí me tenés que dar explicaciones´ y fue cuando me agarró del pelo con una mano y con la otra comenzó a darme golpes de puño y arrancó el espejito retrovisor para tener más espacio", relató la mujer. Y agregó: "Yo tenía el cinturón puesto y con el volante por delante fue imposible defenderme, así que abrí la puerta, y fue cuando me tiró con todo la cabeza para abajo y trató de estrangularme y me pedía que cerrara la puerta insultándome constantemente. Casi sin aire le dije que me suelte que la cerraba, me suelta, me destrabo el cinturón y salgo del auto. En ese momento, él también y me comienza a correr alrededor del auto, no me da tregua y no podía llamar a la policía ya que cuando paraba para marcar el número ya lo tenía atrás y fue así que me vuelve a agarrar".
"Me tira de los pelos al piso, me sigue pegando y varias veces pega mi cabeza contra el asfalto, me pone un pie sobre la cabeza pisándomela, me da patadas y me pisa también en la cintura, la cadera y como pude grité tan fuerte que me escuchan los vecinos y un señor grita `Soltala hijo de p..., soltala que ya llamamos a la policía´. Ahí fue cuando me soltó, se subió a la moto y huyó".
Ese fue el momento en que los vecinos asistieron a Fabiana y empezaron a hacerle las primeras curaciones por su nariz y labios sangrando mientras ellos ya habían alertado a la policía.
La oficial que llegó al lugar fue la misma que tiempo atrás había ayudado a esta misma mujer en otro hecho de violencia con el mismo sujeto.
Según Fabiana, este ataque fue el corolario de una relación que empezó normal y terminó siendo tóxica. "La violencia empezó hace mucho, no sólo física sino verbal también, pero creí que podía manejarlo. El se volvió una persona obsesiva y controladora".
Fabiana ya vivió otros episodios de violencia pero por miedo, nunca lo denunció por miedo.
Vivas y libres
Soy una mujer independiente, trabajo en la administración de una estación de servicio. "Mi vida hoy dio un giro inesperado, pero tengo fe que con la verdad y las pruebas que tengo no sólo físicas sino de mensajes, audios, fotos y demás, voy a salir adelante como siempre lo hice", afirmó. Y sentenció: "Soy una mujer muy fuerte y valiente, salí de una dura enfermedad mirá si no voy a salir de ésta, algo que nunca busqué y tampoco nunca quise que terminara de esta manera".
Con 48 años, Fabiana es madre de un niño quien también es víctima de este dolor. "Mi hijo en estos momentos se encuentra bien contenido por nosotros y por amigos, si él me ve mejor entonces él se siente mejor, está constantemente abrazándome y mimándome; también está muy alerta cada vez que sale a la calle y no me deja sola, precisó esta mamá"
Con valentía, entereza y el apoyo de toda una sociedad, Fabiana pudo hablar y rompió con sus miedos para salir adelante.
"A las mujeres que atraviesan situaciones de violencia les digo que no duden en hablar, que piensen en ellas, que los familiares y amigos las quieren vivas y libres. Nadie se puede adueñar de tu vida, y menos manejarla y maltratarte", concluyó.