Qué tipo de heridas causan las armas de fuego y cómo se tratan
El cirujano general, Juan Pablo Pozzi, ex médico militar en el Ejército y la Fuerza Aérea de nuestro país, se refirió a las heridas que causan los distintos calibres y balas de las armas de fuego, también cómo es el abordaje de un herido en la emergencia.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Una herida por arma de fuego puede causar lesiones graves, como hemorragia intensa, daño a tejidos y órganos, romper huesos, causar infecciones, entre otras consecuencias.
La magnitud del daño que sufre quien recibe el disparo depende de la localización de la lesión y de la velocidad y el tipo de bala. El ataque al intendente Damián Bernarte, -quien fue baleado en el abdomen hace una semana cuando se retiraba de un evento por el Día del Bancario en el Superdomo-, conmocionó a la ciudad. A raíz del disparo, Bernarte fue intervenido quirúrgicamente, perdió un riñón, además de sufrir daños en el intestino y el estómago.
Para conocer más sobre las lesiones que puede provocar un arma corta, como la que se utilizó en el ataque, LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con el cirujano general, Juan Pablo Pozzi de la Clínica de Especialidades "Enrique J. Carrá (h)" quien fue médico militar en el Ejército y la Fuerza Aérea de nuestro país, además de desempeñarse en el Hospital de Urgencias y Aeronáutico.
"El calibre 22 es el menor que hay, en general causa una lesión permanente de 5,5 mm y nada más, pero en ocasiones rebota causando heridas mayores o puede no penetrar en absoluto. Es un proyectil que causa una lesión que está dada por una cavidad permanente y que depende de la velocidad y si es hueco o no", explicó Pozzi.
Añadió que en los calibres 45 o 9 mm "es importante la punta del proyectil, porque si es hueca, se abre como una flor y va causando mucho más daño, que no es el caso del 22".
Heridas diferentes
Las heridas por arma de fuego en la cabeza o el cuerpo (torso) son las que probablemente causan más daño. Pozzi explicó que estas lesiones "tienen características especiales y se pueden dividir en heridas de arma corta, larga y de escopeta con proyectiles múltiples. Las armas cortas tienen baja velocidad y la herida depende mucho de la punta utilizada y el calibre, tienen una cavidad dada por el diámetro de la expansión de la punta".
Afirmó que, en cambio, "las heridas de armas largas que en general son producidas por fusiles, tienen velocidad temporaria y permanente amplia y se produce necrosis del tejido no solo en el orificio sino también varios centímetros alrededor. Además causa en el momento del impacto un shock hidrostático hablamos de proyectiles que salen a más de tres mil pies por segundo".
"Los fusiles militares pueden causar lesiones grandes, a veces del tamaño de una pelota de fútbol, pero esto es por la velocidad. Actualmente se desarrollaron proyectiles que son como polvillo metálico, cuando impactan, estallan como una mina y en el cuerpo gelatinoso se produce una herida imposible de operar", dijo el cirujano. Las heridas tienen un orificio de entrada, trayectoria a través del cuerpo o tejidos y pueden o no tener orificio de salida.
El poder del calibre 22
Las balas tienen poder de detención o parada, esto se refiere a la capacidad que tiene un proyectil con determinada masa y velocidad de derribar a un blanco, causando shock hidrostático.
El doctor Pozzi afirmó que el poder de detención en el calibre 22 "es bajo, aunque tiene mortalidad. El poder de detención no está relacionado con el poder de matar en el momento del impacto, el herido puede seguir caminando y después sufrir consecuencias y morir. En cambio un fusil de asalto o una escopeta disparada a corta distancia, detiene en un solo impacto".
"Las armas cortas no tienen poder de detención en un solo impacto, para que lo tengan, tienen que impactar en el sistema nervioso central, esto es, columna o cerebro", agregó.
Información y rápida atención
En medicina militar, cuando se recibe un herido, se pregunta con qué arma y calibre le dispararon. Además es clave la atención adecuada en los primeros minutos después de sufrir la herida. Todo eso ayuda mucho a los cirujanos que enfrentan un desafío en la intervención quirúrgica para reparar el daño causado.
El médico afirmó que el 99% de los heridos de bala "tienen más posibilidad de salvarse si son atendidos adecuadamente en los primeros minutos de recibido el impacto. Se necesitan dos cosas sencillas: hacer un torniquete para frenar el sangrado y una aguja de toracostomía para drenar el neumotórax si el tiro afectó el pulmón. Si se hubiera tenido eso en cuenta, en muchas guerras se hubieran salvado varias vidas".
"En la cirugía se trata de reparar el daño causado y muchas veces la punta de una bala que ingresó al cuerpo, puede quedar, pero no es relevante extraerlo ya que no altera para nada la evolución del paciente", finalizó.