Pusieron a prueba la canasta del Indec: bajaron cinco kilos en pocos meses
Las jóvenes, ambas voluntarias cordobesas, tuvieron que abandonar el experimento porque expusieron su salud a riesgos.
Dos voluntarias del proyecto Czekalinski debieron abandonar la investigación en la que trabajaban porque bajaron mucho de peso y expusieron su salud a riesgos. Florencia Marchi y Claudia Albretch debieron retirarse porque tenían un promedio de cinco kilos menos que cuando arrancaron como integrantes de este experimento.
La iniciativa constaba de alimentarse durante seis meses bajo los alimentos previstos en la Canasta Básica Alimentaria del Indec, que se utiliza para trazar entre los habitantes de la Argentina la línea de la pobreza y la indigencia.
Su dieta consistía en pan y fideos, con escasas raciones de carne, frutas y legumbres. Algunos de los síntomas que experimentaron fueron decaimiento, debilidad, sueño irregular, sed constante, sudoración distinta y atrasos en su período menstrual.
Matías Scavuzzo, coordinador del grupo de nutrición del equipo Czekalinski, fue uno de los que llegó a la conclusión de que ya era muy riesgoso que Florencia y Claudia siguieran comiendo según el plan de la Canasta Básica Alimentaria, según indicó a La Voz del Interior.
"Yo no lo percibía, pero la gente me veía la cara, los brazos... se notaban los huesos... ya no podía perder más peso sin que se comprometiera mucho mi salud... hubo que dejar", dijo Florencia, quien es nutricionista y dispone de los conocimientos para preparar, racionar y planificar su alimentación en base a la CBA. "Imaginá los que no cuentan con esos recursos" indicó a La Voz una de las voluntarias.
Por su parte, la otra voluntaria cordobesa, Claudia, expresó: "sentirte limitado, no poder elegir te enoja. Verte en desigualdad frente al que sí puede elegir, también te enoja. Pensar que eso es el día a día de 17.630.387 personas, duele".