Presencialidad plena: ¿cómo respondió cada nivel educativo a la vuelta a clases?
Alegría, emoción, felicidad, ansiedad describieron las imágenes de los chicos ayer lunes reecontrándose con sus pares en las escuelas de San Francisco después de casi dos años sin verse, en algunos casos.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
Tras un año y medio de virtualidad y modalidad "burbuja" por la pandemia, el regreso a la presencialidad plena en las escuelas de San Francisco mostró este lunes rostros de felicidad por el reencuentro con los compañeros y el clima osciló entre el entusiasmo, la ansiedad y la preocupación por cumplir a raja tabla el protocolo para prevenir eventuales contagios de Covid-19.
En una recorrida por distintos establecimientos educativos, LA VOZ DE SAN JUSTO pudo comprobar la alegría de los estudiantes por el retorno a esta "nueva normalidad".
Aunque en algunas escuelas todavía hay cursos que no pudieron volver a las clases presenciales principalmente por no poder cumplir con el distanciamiento de al menos 50 centímetros entre alumnos dentro del aula -en lugar de los 90 centímetros o 1,5 metros que se exigía hasta la semana pasada-, las autoridades confían que esta cuestión se solucionará en los próximos días.
En algunos colegios se mantiene el ingreso diferenciado para evitar aglomeraciones, mientras que sigue siendo requisito estricto el control de la temperatura y el alcohol en gel.
El Jardín de
Infantes Sarmiento y sus docentes esperaban por el regreso de todos los chicos. | Fotos: Marcelo Suppo | LVSJ
Nueva normalidad
Recorrer las aulas de un jardín de infantes es transitar por lugares contagiados de alegría y bullicio y sobre todas las cosas, de sonrisa y diversión. En ese contexto, el grupo de docentes permanece atento a solucionar cualquier detalle que pueda cambiar el desarrollo de la actividad áulica, sabiendo además que este retorno a clases presenciales era algo muy esperado por toda la comunidad educativa.
Margarita Banchio, directora del jardín de infantes "Domingo Faustino Sarmiento", recordó que la presencialidad plena en el lugar comenzó en aquella primera etapa de flexibilización el pasado 6 de septiembre "en salas de 4 y 5 años" mientras que la medida aún no se aplicaba en la sala de 3 "porque las dimensiones no daban" para aplicar la distancia mínima de 50 a 90 centímetros que establece el protocolo hoy vigente.
A este jardín concurren 137 chicos divididos en turnos mañana y tarde. En cada turno se atienden las salas de 3, 4 y 5 años. La sala de 3 en el turno mañana cuenta con 19 niños y por la tarde concurren 20. En lo que respecta a la sala de 4, por la mañana van 26 estudiantes y a la tarde concurren 25 mientras que en sala de 5 años, turno mañana, asisten 23 niños y por la tarde 24.
Con esa actual conformación y teniendo en cuenta lo establecido por las normas sanitarias, Banchio explicó que "estamos de acuerdo a lo que establecen las pautas para la presencialidad plena, lo que de hecho era algo muy esperado por todos".
"Estábamos acostumbrados a trabajar con las burbujas, menor cantidad de niños en un mismo espacio donde se podían movilizar y desempeñar en todas sus actividades de una manera más cómoda", reconoció.
En el caso de las docentes, recordó que antes de la presencialidad plena "tenían que planificar teniendo en cuenta las secuencias didácticas que se iba repitiendo semana tras semana para asegurar que todas las burbujas tuvieran las mismas actividades".
Con la vuelta de todos al aula, Banchio consideró que "no es fácil" garantizar el cumplimiento del distanciamiento por tratarse de niños pequeños, pero "hay una muy buena colaboración de todos ellos que entienden muy bien lo que ocurre con el protocolo y el cuidado que hay que tener en el jardín".
Al recreo, por grado
La Escuela Primera Junta, con aulas convenientemente ventiladas y bancos preservando la distancia entre alumnos, se respiraba un clima de mucha alegría por el reencuentro.
Para preservar el distanciamiento social los directivos se vieron obligados a introducir cambios que garanticen una menor presencia de chicos en los recreos. Por ello, se estableció que los estudiantes de primero a tercer grado son los que primero salen al recreo y una vez que ese tiempo libre concluye, hacen lo propio los de cuarto a sexto grado.
Además, cada grado tiene su sector asignado donde quedarse en el recreo que se va intercambiando para que todos puedan compartir los espacios de la institución.
Laura Arcidiácomo, directora de la escuela, explicó a este diario que "nosotros pudimos tener la presencialidad plena a principios de septiembre, sobre todo a partir de los espacios que son posibles de utilizar en nuestra escuela. Esto se hizo de manera paulatina y en concordancia con las disposiciones emitidas por el Ministerio de Educación de la Provincia".
"Tuvimos que reorganizar algunos espacios que, si bien tenían uso pedagógico, no eran el aula cotidiana de los niños", agregó.
Otros cambios
La escuela Primera Junta tiene una población escolar cercana a los 500 estudiantes, divididos casi en partes iguales entre los turnos mañana y tarde. Cada grado alberga entre 24 y 25 estudiantes, aunque se dan algunos casos en los que asisten 29.
Laura Arcidiácomo, directora de la Escuela Primera Junta, contó cómo reorganizaron los espacios.
Entre otros lugares, el Salón de Usos Múltiples fue acondicionado como aula y de esa manera ganaron espacios para garantizar el distanciamiento, así como también en algunos lugares se redistribuyeron los bancos escolares "de manera de cumplir con el protocolo necesario para garantizar la presencialidad plena". Igualmente, en algunos casos hubo que apelar a intercambiar espacios educativos entre algunos grados.
Esta escuela cuenta con servicio de Paicor que ya se comenzó a implementar. En este caso, allí se dispusieron horarios escalonados para el desayuno, el almuerzo y la merienda.
Una vuelta movilizadora
Arcidiácomo comentó que al regresar a las aulas "los chicos estaban muy ansiosos ya que se tuvieron que reacomodar a una nueva realidad. Hay que tener en cuenta que los estudiantes de los primeros grados casi no se conocían y de pronto se les vino la presencialidad y en medio debieron adaptarse a los cambios que se vinieron con todo esto. Los niños de primer grado prácticamente no se conocían porque si bien habían hecho jardín de cuatro de manera presencial, luego el jardín de cinco lo hicieron virtual y recién ahora están compartiendo el aula. Ha sido muy movilizador para ellos la presencialidad".
La realidad del
secundario
En el Ipet N° 50 "Ing. Emilio F. Olmos" aún resta que la presencialidad plena se ponga en práctica en algunas divisiones aunque las autoridades aseguraron que eso se dará "en los próximos días".
Esta escuela técnica de nivel secundario cuenta con 850 estudiantes distribuidos a lo largo de siete años de cursado. Durante el desempeño de la educación bimodal esa cantidad de jóvenes se habían distribuidos en 43 burbujas de las cuales, en su gran mayoría, volvieron a las clases presenciales.
El director del colegio, Jorge Tomé Seif, contó que desde el primer día de esta semana "nos estamos aproximando a las indicaciones que nos dieron desde el Ministerio de Educación".
Reconoció que como consecuencia de la escasa ventilación en algunas aulas, "hubo que reducir la población escolar". .
"Los estudiantes están felices con el retorno", dijo Tomé Seif.
Hasta el momento, la presencialidad plena está garantizada en el establecimiento educativo, salvo en cinco divisiones "donde tuvimos que continuar con el sistema de dos burbujas" ya sea por la cantidad de estudiantes que sobrepasa lo dispuesto por el aforo permitido o bien por las condiciones del lugar con escasa ventilación.
"Entre los cursos en los cuales aún se aplica el sistema de burbujas se cuentan tres cursos de tercer año, otros dos en cuarto y en el taller, dentro de la especialidad Electrónica, hay un par de cursos más donde la ventilación es escasa por lo cual se deben dividir en burbujas. De todas formas, esos mismos cursos no tienen burbujas en las materias teóricas porque en esos casos los espacios son acorde a lo que exigen los protocolos", se explayó Tomé Seif y dijo que "se trabaja para mejorar la ventilación cruzada".
"Se están instalando extractores de aire en el Taller de Electrónica y para eso hemos recibido el asesoramiento de un especialista que nos aconsejó la compra de un extractor de bajo nivel de ruido que se está instalando. Igualmente nos recomendó ampliar algunas aberturas por lo que será necesario hacer un trabajo de albañilería", siguió.
Los estudiantes del Ipet 50 volvieron al taller.
En lo que respecta al internado, la incorporación de jóvenes allí fue paulatina. Con una capacidad de 115 estudiantes, actualmente funciona a un 80 % de su capacidad que en el último tiempo fue ampliándose desde 55 hasta llegar a los 85 estudiantes que residen allí. "Los 20 estudiantes que faltan están aún con la modalidad remota y seguramente la próxima semana les tocará a ellos también", indicó el director.
"De manera permanente se les mantiene el rigor del cuidado de todas las normas sanitarias para evitar contagios de coronavirus. Antes de bajar a las aulas tienen que tomarse la temperatura, colocarse alcohol y el mismo procedimiento se hace al regresar", añadió.
Asimismo, "estamos modificando los bancos dobles porque si bien en teoría podrían ocuparse estos espacios porque la distancia da como para que eso ocurra, tratamos de reacomodarlos para adaptarnos de la mejor manera posible", explicó.
Por otra parte,
hasta el momento solo están autorizados los estudiantes comprendidos entre
primeros y tercer año para realizar actividades físicas en el polideportivo que
la institución posee en el predio ubicado en la intersección de Caseros y 9 de
Septiembre.
Tomé Seif afirmó que los estudiantes "están felices" con el retorno a las aulas ya que "algunos no se veían desde hace mucho tiempo. Hay mucho entusiasmo con el reencuentro".