Por la solidaridad de los vecinos reabre un merendero en Brinkmann
Se trata de "Mano Dura", impulsado por el boxeador Luis Ortiz que desde principios de año buscaba un lugar para volver a "darle pelea" al hambre de los chicos del barrio. Con la cena a más de 130 niños, el sueño se reeditó esta semana y se completará con la merienda en los próximos días.
"No está muerto quien pelea", es una frase que se adapta perfectamente a la realidad de Luis "Cheio" Ortiz, el brinkmanense que desde hace cuatro meses apelaba a la solidaridad de los vecinos de la ciudad para poder reabrir el merendero "Mano Dura", el cual tuvo que cerrar por falta de espacio físico.
El sueño se cumplió esta semana, más precisamente el martes y el jueves, con la cena a más 130 chicos del barrio Argentina 2000, uno de los más carenciados de la ciudad.
Esto fue posible gracias al aporte de la comisión vecinal de este barrio que cedió sus instalaciones para que "Cheio" pueda seguir dando de comer a los peques. Sumado a ello, el gran aporte de mercadería adquirida con el dinero recaudado en la denominada Fiesta Real que se realizó en Brinkmann el pasado mes de junio.
"Por el frío se comenzó dando la cena dos veces por semana, pero el objetivo es reeditar la merienda, por lo que en los próximos días estaremos largando con eso", expresó Ortiz en declaraciones a LA VOZ DE SAN JUSTO.
En este sentido, explicó que "tenemos que reorganizarnos siendo que la vecinal que nos ceden para este proyecto, cuenta con muchas actividades y horarios".
El brinkmanense destacó y agradeció el aporte de la comunidad brinkmanense en especial a los integrantes de la vecinal Argentina 2000 que cedieron el espacio y a las organizadoras de la Fiesta Real, siendo que una de ellas, la nutricionista Melisa Barbonaglia se sumó a colaborar junto a Luis, su padre y la pareja de su papá que darán la cena los martes y jueves a las 20.
El trabajo de Luis suma colaboradores en Brinkmann
Más de 10 kilos de arroz y fideos en dos noches
Este martes concretaron su objetivo solidario recibiendo a 55 niños, siendo que el jueves fueron 75, por lo que la semana que viene esperar superar los 100 chicos en una sola noche.
"Nos sorprendió la cantidad de niños chiquitos que vienen solos a comer, eso muestra la triste realidad, del hambre que pasan muchos, ya que en algunos casos repetían tres o cuatro veces la comida", comentó Ortiz.
Entre las dos noches se cocinaron 10 kilos de arroz y fideos y otro tanto de pollo para darle de comer a los "peques" del barrio e inclusive de otros sectores de la ciudad.
"Por el momento somos los únicos que damos cena, por lo que esperamos la semana que viene a unos cien chicos por día", manifestó el brinkmanense.
Boxeo para contener e incluir
El proyecto se completa con clases de boxeo, las cuales "Cheio" piensa reeditar apenas llegue la primavera, siendo que en la vecinal le cedieron el patio para que pueda dictar sus clases.
Cabe recordar que este deporte se convirtió para "Cheio" en la herramienta de contención y prevención de las adicciones en niños y jóvenes, con el firme mensaje de no "caer" en este flagelo que en carne propia lo "atrapó" desde los 16 años, pero que hoy, a sus 33 ya recuperado, le permite ayudar a otros.