Pedro, “un Buonamico” que cura y enseña en La Francia
Médico, docente, radioaficionado, escritor, amante de la tecnología, un ciudadano comprometido con el crecimiento de La Francia, el lugar en el mundo que eligió para trabajar por sus dos vocaciones: la medicina y la docencia.
Por Isabel Fernández
Pedro Oreste Buonamico llegó en 1958 siendo muy joven a La Francia con su título de médico generalista bajo el brazo y aunque pensaba quedarse unos meses nada más, formó una familia junto a su esposa María Anita Ortiz, quien es instrumentadora quirúrgica y echó raíces en medio de la Pampa Gringa.
Se interesó no solo por la salud del pueblo, -atendiendo entre 2.800 y 3.000 partos en 38 años de profesión, además de otras dolencias de generaciones de familias-, sino también por el crecimiento social con una importante presencia en la educación y la cultura.
Así es que, paralelamente a la medicina, Buonamico llevó adelante su otra pasión: la docencia. Fue fundador y director del primer colegio secundario en el pueblo, el "Instituto de Segundo Nivel de La Francia". También participó en la creación de Lalcec y escribió el libro "Recuerdos" con anécdotas de toda su trayectoria en la medicina y en la vida social. Desde hace varios años lleva el título de ciudadano ilustre de La Francia.
Hoy con 87 años, aunque está jubilado, sigue participando activamente de la sociedad que ayudó a construir. Tiene tres hijas, Adriana que también es médica, Miriam y Soraya, siete nietos y tres bisnietos que disfruta junto a su esposa.
"Mi vocación es la medicina y la enseñanza y siempre trabajé para hacer más grande el pueblo", aseguró el doctor Pedro en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO quien destacó la importancia de la capacitación continua en la medicina y en todos los ámbitos.
Dedicación continua
"Quien es médico tiene que capacitarse continuamente, dedicarse a la medicina. Hay muchos avances actualmente por eso hay que actualizarse y conocer bien el paciente", afirmó el médico.
Agregó que en lo que hace a la educación creo que lamentablemente en los últimos 15 años en la Argentina "se ha venido abajo, con relación a otras naciones vecinas, se ha relajado mucho. Pero ya las autoridades lo saben y seguramente tratarán de mejorar. Ahora se estudia de otra manera todo con la tecnología y creo que triunfará quien se dedique a su especialidad".
El médico del pueblo
Aunque había otros médicos, en 1958 La Francia contaba solamente con un dispensario y el doctor Buonamico era el único que lo atendía. Su experiencia anterior en el Hospital de Urgencias de Córdoba le permitió atender todo tipo de enfermedades y también muchos partos en el dispensario que luego se convirtió en el Hospital "Dr. Amancio Rodríguez Alvarez", que actualmente creció mucho atendiendo varias especialidades.
Traer chicos al mundo era una de las tareas que más le gustaba y fue así que con el paso del tiempo se capacitó en la universidad y logró la especialidad de obstetricia.
Trabajaba como un médico rural, salía a la mañana y volvía a la noche, recordó el doctor. "Atendía partos en la zona rural, muchas veces me llevaban en sulqui. Había señoras que llegaban de lejos, incluso en los días de lluvia, me ha pasado que he tenido que asistir partos en los mismos carros", dijo.
Añadió que cuando llegó a La Francia "no había bioquímicos y entonces los análisis como la eritrosedimentación, análisis de glucosa o grupos sanguíneos los hacía en mi consultorio".
El doctor analizó los avances que ha tenido la medicina en las últimas décadas. "Antes lo más importante era la semiología, lo que el médico hacía en el examen físico. El médico palpaba el hígado, el abdomen, auscultaba los pulmones, ahora casi no se toca al paciente porque la tecnología ayuda al diagnóstico", comentó.
Recordó que para seguir un embarazo, "lo único que tenía de tecnología era un detector de latidos fetales y el estetoscopio. Apoyaba ese aparato en la panza y la mujer escuchaba los latidos del bebé, pero no había ecografías, llegaron mucho después. Ahora las ecografías son muy precisas, casi se le ve la carita al bebé".
Enseñar para progresar
Su vocación de curar siempre fue muy fuerte, pero también lo fue la de enseñar. Siendo médico se convirtió también en un docente y fundador del colegio secundario hoy llamado "Instituto de Segundo Nivel de La Francia".
"Cuando llegué se hablaba de la necesidad de un colegio secundario y como conocía las materias porque preparaba chicos para que rindan, me ocupé de realizar trámites para que el instituto comience a funcionar", afirmó el doctor Pedro Buonamico.
Escritor y radioaficionado
El médico agregó que en ese camino, también encontró su veta de escritor y de radioaficionado
Escribió el libro "Recuerdos" en dos tomos y asegura que se trata de una recopilación de todo lo que fue aprendiendo, las anécdotas, lo que vivió en la medicina, entre muchas otras cosas.
"Soy radioaficionado porque me gusta hablar con las personas en varios idiomas, me gusta mucho la tecnología, manejo la computadora y las redes sociales", dijo Buonamico quien también fue presidente del Radio Club San Francisco
Actualmente sigue practicando la radioafición aunque dice que "ahora no se habla más, antes se hablaba frente al micrófono, ahora es todo por la computadora, todo escrito".
"Hice de todo en el ámbito social y cultural, pero nunca estuve en la política -manifestó-, no me gustaba o no tenía tiempo. Un médico que es de un partido político en un pueblo pierde la mitad de los pacientes".
"Estoy muy agradecido de todo lo que viví y lo que me enseñaron. Me saludan por la calle, 'Adiós doctor' , me dicen y tengo un gran satisfacción de haberme quedado en La Francia", finalizó.