Pasa el tiempo y los juegos de mesa se mantienen en las casas
Desde los clásicos hasta algunos como el jenga que tienen versiones nuevas para ganar más público, este tipo de entretenimiento sigue vendiéndose y así le gana a la tecnología.
Al menos dos personas se sientan en la mesa o en una playa, quizás en una plaza y desarman todas las piezas de una caja. Leen las instrucciones y se ponen de acuerdo sobre quién empieza, como irá la rutina y si hay chicos sobre "las trampas".
La rutina se ha repetido durante mucho tiempo, desde la antigüedad para ser más precisos y con esto nació la costumbre de pasar las horas jugando en grupo con una modalidad que se reinventa y nunca cansa. Ese es el principal secreto de un juego de mesa, que sus posibilidades de transformación son infinitas y siempre da una nueva oportunidad.
Aunque el contexto económico no ayuda, los comerciantes dedicados a los juguetes tienen en los juegos de mesa un aliado incondicional que siempre promedian buenas ventas. Incluso aun cuando se podría pensar que con tanta tecnología e individualismo lo colectivo pierde terreno.
Las jugueterías y bazares de la ciudad donde los chicos encuentran juguetes siguen manteniendo una sección especial para los juegos de mesa. Caminar por esas góndolas sorprende a todos porque siempre se vuelve a la infancia. El Burako, Estanciero, las versiones modernas y clásicas del Ludo, el UNO o el Monopoly que sigue vigente.
En las jugueterías se pueden encontrar los juegos de mesa con dados, cartas, roles o fichas. Todos con una edad y cantidad de jugadores mínima sugerida. Sus precios oscilan entre los 150 pesos y pueden trepar hasta los 2000. La clave está en saber qué se busca y pensar que independientemente del destino que tenga pueda tener varios usos.
Intentan mantener los precios
Luego de las Paso la mayoría de los rubros debieron incrementar sus precios para mantenerse operativos. Sin embargo, la industria del juguete fue una de las áreas que menos impacto tuvo.
En un relevamiento hecho por comercios de la ciudad, los vendedores afirmaron a LA VOZ DE SAN JUSTO que "aunque existe la crisis la gente sigue comprando juegos de mesa".
Para que esto sea posible también es importante que se habilite el pago con medios alternativos al efectivo. Más todavía si se compra por internet, por ejemplo.
"Este año se vendieron más juegos de mesa y se mantiene parejo durante invierno y verano, en el primero se entiende porque la gente pasa más tiempo adentro", indicaron los vendedores.
Cabe destacar que además los juegos tradicionales como la Lotería, Monopoly, TEG, Jenga, Carrera de Mente, Burako y Estanciero siguen siendo de los más solicitados.
Precios variados
En el grupo de los menos costosos están los Palitos Chinos ($150), el Jenga que apenas pasa los $100, los talonarios de bingo superan los $200.
Juegos como el Sudoku puede costar alrededor de $1000 y un poco menos, más cercano a los $900 un clásico como la Batalla Naval.
También existe el caso de las personas que eligen rompecabezas y optan por aquellos de hasta mil piezas en cuyo caso se consiguen en el mismo margen de precios.
Clásicos como el Juego de la Oca van desde los $300 hasta los $700 dependiendo la versión que se busque, una situación similar a la del Ludo cuyos precios van desde los $600 hasta los $1000.
El Jenga es un juego que se "adaptó" a los bares y le ganó a la tecnología
El Jenga es uno de los juegos que trascendió las paredes de las casas. Este año se transformó en un boom en bares y cervecerías de nuestra ciudad. Por iniciativa de estos comercios el clásico juego le ganó al celular y estimula una competencia sana y diversión. Desde distintos bares comentaron que "veían a sus clientes siempre con el celular y decidieron estimular la conversación por medio de estos juegos". El resultado fue inesperado porque incluso disfrutan de "las maderitas" entre clientes que no necesariamente son parte del mismo grupo. El Jenga se presenta en el formato tradicional pero también el mediano y el gigante invitando más a jugar a las personas e interactuar como consecuencia. Algunos negocios fueron más allá y le sumaron otros juegos de mesa como los dados y las cartas que son fáciles y comunes de aprender además que estuvieron presentes en las casas desde siempre. Cuando preguntamos por qué los empresarios locales coincidieron en que "es feo" ver grupos de amigos que no charlan entre sí, pero cuando probaron poniendo el Jenga todo eso cambió. Dado que el juego "une y divierte" con el tiempo de a poco observaron "un cambio de actitud en los clientes".El jenga gana en los bares