Miretti, otra de las grandes industrias sanfrancisqueñas
En el corazón de barrio Sarmiento, Miretti alimentó sueños de inmigrantes y forjó la historia industrial local. Con los europeos no llegó solo la mano de obra, sino también las ideas anarquistas, comunistas y socialistas y en 1929, Miretti & Cía, fue epicentro del inicio dela primera gran revolución obrera en San Francisco.
Por Ivana Acosta
Imponente pero silenciosa, extensa y hasta misteriosa, la fábrica Miretti no es una industria más en nuestra ciudad, sino una de las primeras que creció junto a San Francisco desde los primeros años de desarrollo.
Sus paredes esconden una gran historia, la de un emporio que supo construir peldaño a peldaño Luis Miretti - su fundador - desde el año 1919 en un San Francisco pujante, al cual llegaban inmigrantes de todo el mundo, pero especialmente italianos en busca de trabajo.
En este viaje a las industrias pioneras de la ciudad, la historia de Miretti como fábrica no puede ser dejada de lado. Inicialmente comenzó a funcionar como un pequeño taller en una casona antigua, ubicada en la esquina de calles Salta y Pellegrini. Ahí don Luis, de acuerdo al relato del libro "Los 100 años de San Francisco" editado por LA VOZ DE SAN JUSTO, abrió una carpintería mecánica destinada a producir en madera elementos útiles en tareas rurales. La labor era ideal para una ciudad rodeada de campos, donde lo agrícola - ganadero siempre fue el otro sinónimo de progreso para los vecinos.
El éxito fue mucho. Tanto que poco tiempo después se hizo famoso el nombre "Miretti & Cía", donde desde 1927 a la fábrica de implementos agrícolas se le sumó la de sillas, aunque años después las tareas se diversificaron en emprendimientos diferenciados.
Industria nacional
La fábrica Miretti creció rápidamente y para 1921 mudó y amplió sus instalaciones al edificio donde todavía funciona, ubicado en calle Mendoza al 300, entre Dante Alighieri y Salta.
Dar la vuelta en esa manzana - ocupa la mitad - es recorrer la historia industrial de una ciudad que en aquel momento cimentó las bases de progreso, y le permitió a San Francisco ser considerada como una rica región no solo a nivel agrícola, sino industrial, promotora de empresas cuyos productos eran de los más preciados en otras zonas del país.
Los empleados de Miretti eran criollos, pero también había italianos y otros tantos que llegaban de pueblos de la región. Se especializó en la fabricación de máquinas agrícolas, seleccionadoras de semillas, arados. Pero también en el desarrollo de ladrilleros para la producción de ladrillos en serie.
Don Luis, también incursionó en el aprovechamiento de máquinas que desarrollaron en su empresa para la producción de aceite vegetal, durante 1939 y luego de un paso en falso que dio al intentar poner en funcionamiento una usina eléctrica en la ciudad, la cual llegó a darles el servicio a los vecinos de barrio Sarmiento donde está emplazado su edificio.
Las generaciones conservan la mística y el empuje de Luis quien fundó un emporio industrial a partir de una carpintería especializada, lo cual era todo un avance para la época.
Sin saberlo inscribió con sus ideas a su apellido como sinónimo de industria, esa que catapultó a San Francisco hacia mediados del siglo XX y le permitió ser considerada como una de las ciudades más pujantes de la Argentina.
Herrumbrada en la entrada del edificio de la fábrica aun está la placa original que se colocó: "Miretti & Cía. Sociedad Anónima"
El recuerdo del primer Tampierazo
Con los inmigrantes europeos no llegó solo la mano de obra, sino también las ideas anarquistas, comunistas y socialistas al país. Hacia 1929, en el mes de agosto Miretti & Cía, fue epicentro del inicio de la primera gran revolución obrera en San Francisco.
La lucha de los trabajadores por una mejora salarial, respeto de las horas de trabajo, limitación de la jornada para mujeres y menores - que los había en actividad en aquel momento - fueron algunos de los reclamos.
El estallido obrero y social se propagó durante el mes de septiembre a otras dos industrias imponentes de la ciudad, el Molino Meteoro y la fideera Tampieri. Los trabajadores - de ideología principalmente comunista - encontraron apoyo para mantener el reclamo con los dirigentes del Sindicato de Oficios Varios al que adherían.
Con el transcurso de los meses y el reclamo vigente, el gobierno local a cargo del intendente César Ferrero en aquella época, apostó al diálogo pero la represión no tardó en llegar.
Los trabajadores se enfrentaron a las fuerzas policiales el 21 de noviembre de 1929, en el pico máximo de tensión del conflicto. Producto de esto murieron tres obreros y dos policías.
Poco tiempo después, las tres empresas en conflicto acordaron con sus empleados mejoras en sus condiciones de trabajo y salarios, marcando un hito para la ciudad en aquella primera gran revuelta obrera en San Francisco.