Los jardines maternales de la ciudad temen por más cierres y piden ayuda
" Dos jardines ya cerraron sus puertas y tememos seriamente por el resto", advirtieron los responsables de 30 salitas que presentaron a las autoridades municipales un protocolo para poder reabrir. Estos establecimientos, que se declararon en grave crisis, podrán entrar en el plan por el cual el gobierno paga el 50 % de los salarios de los trabajadores, sin embargo, esto no alivia la asfixia ya que la gran mayoría no puede acceder.
En medio de la cuarentena obligatoria, los jardines maternales de San Francisco expusieron la crítica situación que los encuentra al borde de la quiebra. El sector pidió al municipio que apoye con alguna medida alternativa a estas instituciones que son imprescindibles en la primera infancia y que sostienen puestos de trabajo que hoy están en el aire.
La pandemia del covid - 19 está amenazando con la continuidad de 30 salitas de gestión privada que no pueden trabajar desde marzo. Imposibilitados de cobrar cuotas no generan ingresos para pagar sueldos, alquiler y servicios. "Dos jardines ya cerraron sus puertas y tememos seriamente por el resto", advirtieron desde el rubro que ya elaboró un protocolo pensando en el retorno, aunque aún lo ven lejano.
Estas instituciones pasan por una situación por demás angustiante. Con una notoria disminución en el pago de las cuotas y las mismas obligaciones tributarias y de alquiler que tenían antes de la crisis sanitaria, aguardan una ayuda oficial que, hasta el momento, no están recibiendo.
Para ello realizaron gestiones -hasta el momento sin éxito- ante autoridades municipales y del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) que los habilite a retomar la actividad.
Responsables de salitas piden ayuda amortiguar el impacto económico del aislamiento.
Presentaron un protocolo
Los responsables de los jardines maternales desarrollaron un protocolo sanitario para aplicar si logran el permiso para reabrir las salas, que establece medidas de seguridad tanto para los docentes como para los niños.
Melina Bianco (Zafari), Lorena Galotto (Mis Primeras Huellas) y Carina Cravero (Creando Formas) son parte de un grupo conformado por 30 propietarios y trabajadores de jardines maternales que se encuentran en crisis y buscan la manera de poder seguir con sus puertas abiertas.
"Dos jardines ya cerraron sus puertas y tememos seriamente por el resto", expresaron con mucha preocupación las entrevistadas quienes además agradecieron "la comprensión" de aquellos padres que aún continúan pagando las cuotas mensuales que les permite seguir en pie, pero no saben cuánto más pueden aguantar.
No obstante, reconocieron que "no todos acompañan" este esfuerzo donde además no reciben ningún tipo de ayuda económica, ya sea de orden municipal, provincial o nacional.
Las maestras remarcaron que su situación "es compleja" porque poseen habilitación municipal como comercio aunque realizan una actividad enmarcada en el ámbito educativo. "Cuando se flexibilizó la actividad para los comercios nosotras quedamos afuera porque estamos dentro del sector educativo", aclararon.
Piensa en la vuelta y no será igual
"Decidimos abandonar un poco la queja por la situación económica, que sigue siendo trágica, para volcarnos a trabajar en lo positivo, en lo que podemos hacer a pesar de la difícil situación que nos toca vivir. Se trata de ponernos en campaña para que cuando todo esto pase y el gobierno nos autorice a abrir, tengamos nuestros jardines en condiciones", indicaron.
Para ello buscaron el asesoramiento de profesionales como ingenieros químicos y pediatras. "Estamos acondicionándolos para la vuelta, porque nuestros pequeños no se van a encontrar con el mismo jardín que tenían a principios de marzo", dijeron.
Según el protocolo, los niños recibirán una educación didáctica sobre acciones preventivas para cuidarse a sí mismos y a sus compañeros respecto a la higiene personal, como no llevarse las manos a la cara, saludar a través de gestos o canciones que eviten el contacto físico, utilizar el pliegue interior del codo para estornudar o toser y lavarse las manos correctamente. Además, los pequeños no asistirán con mochilas, bolsos ni loncheras y sus padres deberán llevar al inicio de la semana una bolsa descartable con sus elementos personales: muda de ropa, calzado, pañales y meriendas, entre otros.
Asimismo, el personal docente también adquirirá nuevos hábitos: calzado y uniforme quedarán en la institución durante la semana; usarán barbijos para la preparación de alimentos y cambio de pañales y se establecerán ciertas normas de higiene personal. Al igual que a los niños, les será controlada la temperatura corporal en forma diaria y todo material didáctico será desinfectado.
En el caso del inmueble, el instructivo indica los mecanismos de desinfección diaria y el mantenimiento de la limpieza general antes y después del desarrollo de cada actividad. Además quedará dispuesto en la entrada al jardín un espacio denominado "zona contaminada", donde se realizarán los cambios de calzado y se dejarán las pertenencias traídas del exterior. Ello sumado a la reubicación total de los instrumentos pedagógicos, de los juguetes y el mobiliario para cumplir con las recomendaciones de distanciamiento social.
La población de niños en los jardines no es igual que la de una escuela: alrededor de 40 en el mejor de los casos y muy probablemente sea menos. Es una cifra más manejable que la de una comunidad escolar promedio.
"Los padres nos preguntan cuándo abrimos"
"Consideramos que la palabra de los padres será fundamental para la reactivación de los jardines maternales. Muchísimos papás tienen que volver a sus trabajos, por lo que nos preguntan cuándo vamos a reabrir, dado que necesitan que cuidemos a sus hijos", agregaron las maestras.
Y se mostraron convencidas en que la actividad post pandemia deberá garantizar "un espacio seguro, higiénico y de contención y seguridad para esas familias que necesitan cumplir con sus funciones laborales y dejar a sus hijos a nuestro cuidado".
Acompañar en la cuarentena
"Psicólogas nos ha orientado y capacitado para acompañar el período de cuarentena y sobretodo, el regreso a la rutina, contemplando las necesidades y estados de ánimo de los niños, teniendo en cuenta su corta edad. En esta etapa es para nosotras fundamental agradecer el acompañamiento de las familias, quienes siguen confiando en cada jardín, apoyando para que podamos sostener esta situación y poder seguir estando cuando todo pase", concluyeron.
No pueden acceder al programa ATP
Los jardines de infantes y los jardines maternales podrán continuar con el proceso de adhesión al Programa de Asistencia en Emergencia para el Trabajo y la Producción (ATP) que incluye una asignación salarial aportada por el Estado para hacer frente a la situación generada por la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, la asistencia estatal -que también incluye reducción de aportes patronales- no modifica la asfixiante realidad de los establecimientos de nuestra ciudad ya que en su mayoría son monotributistas.