Laspiur: análisis de un reclamo vecinal
Laspiur: análisis de un reclamo vecinal
El ataque sexual del que fue víctima una joven de Laspiur movilizó a los vecinos que insisten en sostener que es vital un control
de las personas que pretendan asentarse.
El ataque sexual del que fue víctima una joven de Laspiur movilizó a los vecinos que insisten en sostener que es vital un control
de las personas que pretendan asentarse.
Un espantoso
suceso delictivo de instancia privada del que fue víctima una joven de
Saturnino María Laspiur movilizó a los vecinos de esa localidad quienes
exigieron respuestas por la seguridad y reclamaron mayor control para las
personas que se trasladan a vivir allí. Sea por trabajo o por distintas otras
circunstancias, los habitantes de esta población, conmocionados por el abuso
sexual cometido contra una vecina, insisten en sostener que es vital un control
de las personas que pretendan asentarse.
Esta especie
de pueblada pacífica fue encabezada por el propio intendente de Laspiur, a
quien acompañó gran parte de la población. El reclamo fue recibido por las
autoridades policiales en una reunión realizada en la parroquia del pueblo y
allí se escucharon los reclamos y la necesidad de un mayor trabajo conjunto
entre policía y vecinos.
El pedido de
mayor control para las personas foráneas se sumó al de justicia por el caso que
originó esta movida. Es que para habitantes de poblaciones pequeñas, en las que
la vida fue segura hasta no hace mucho, la pérdida de la sensación de
tranquilidad es directamente proporcional a la aparición de personas oriundas
de otros sitios. El intendente así pareció entenderlo al señalar que "les
pedimos acreditar su identidad, pero esto no parece bastar" por lo que anunció
que el municipio contratará personal adicional para controlar a quienes arriben
en colectivo y además, que ampliarán la cantidad de cámaras de seguridad con
las que ya cuenta la localidad.
El pedido de
control exhaustivo a las personas en tránsito y a quienes llegan para trabajar
de manera temporaria o a asentarse definitivamente en el pueblo genera
controversias legales que debieran discutirse. Sin embargo, resulta necesario
encontrar un modo de compatibilizar derechos y garantías, estableciendo parámetros
concretos para que la vida y la seguridad se vean garantizadas. El caso de Pozo
del Molle ocurrido meses atrás es el antecedente más concreto de que se hace
necesario algún tipo de medidas dirigidas en el mismo sentido en el que va el
reclamo popular.
Si bien
existe la posibilidad de que se generen situaciones similares a lo que podría
ser una caza de brujas, la verdad es que ningún control molestará al foráneo
honesto que pretende asentarse en una población y mucho menos al que está de
paso. La Nación hace algo similar con los extranjeros que ingresan al país. Y
si es cierto que la Constitución garantiza el derecho de los ciudadanos
argentinos a transitar libremente y a vivir en el sitio que quieran, también es
verdad que la ley debe contemplar acabadamente la protección de la vida, la
salud y los bienes de las personas.
Un espantoso
suceso delictivo de instancia privada del que fue víctima una joven de
Saturnino María Laspiur movilizó a los vecinos de esa localidad quienes
exigieron respuestas por la seguridad y reclamaron mayor control para las
personas que se trasladan a vivir allí. Sea por trabajo o por distintas otras
circunstancias, los habitantes de esta población, conmocionados por el abuso
sexual cometido contra una vecina, insisten en sostener que es vital un control
de las personas que pretendan asentarse.
Esta especie
de pueblada pacífica fue encabezada por el propio intendente de Laspiur, a
quien acompañó gran parte de la población. El reclamo fue recibido por las
autoridades policiales en una reunión realizada en la parroquia del pueblo y
allí se escucharon los reclamos y la necesidad de un mayor trabajo conjunto
entre policía y vecinos.
El pedido de
mayor control para las personas foráneas se sumó al de justicia por el caso que
originó esta movida. Es que para habitantes de poblaciones pequeñas, en las que
la vida fue segura hasta no hace mucho, la pérdida de la sensación de
tranquilidad es directamente proporcional a la aparición de personas oriundas
de otros sitios. El intendente así pareció entenderlo al señalar que "les
pedimos acreditar su identidad, pero esto no parece bastar" por lo que anunció
que el municipio contratará personal adicional para controlar a quienes arriben
en colectivo y además, que ampliarán la cantidad de cámaras de seguridad con
las que ya cuenta la localidad.
El pedido de
control exhaustivo a las personas en tránsito y a quienes llegan para trabajar
de manera temporaria o a asentarse definitivamente en el pueblo genera
controversias legales que debieran discutirse. Sin embargo, resulta necesario
encontrar un modo de compatibilizar derechos y garantías, estableciendo parámetros
concretos para que la vida y la seguridad se vean garantizadas. El caso de Pozo
del Molle ocurrido meses atrás es el antecedente más concreto de que se hace
necesario algún tipo de medidas dirigidas en el mismo sentido en el que va el
reclamo popular.
Si bien
existe la posibilidad de que se generen situaciones similares a lo que podría
ser una caza de brujas, la verdad es que ningún control molestará al foráneo
honesto que pretende asentarse en una población y mucho menos al que está de
paso. La Nación hace algo similar con los extranjeros que ingresan al país. Y
si es cierto que la Constitución garantiza el derecho de los ciudadanos
argentinos a transitar libremente y a vivir en el sitio que quieran, también es
verdad que la ley debe contemplar acabadamente la protección de la vida, la
salud y los bienes de las personas.
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