Las clínicas demandan la intervención estatal para mejorar su situación fiscal
Las clínicas demandan la intervención estatal para mejorar su situación fiscal
El sistema de salud privado sanfrancisqueño no es ajeno a la realidad nacional atravesada por problemas económicos, aunque mantiene su "microeconomía" y con esfuerzo e inversión enfrenta los cambios de paradigmas en recursos humanos y tecnología. Directores de clínicas locales aseguraron que la inflación médica (65 % en 2018) es mayor que la inflación general.
El sistema de salud privado sanfrancisqueño no es ajeno a la realidad nacional atravesada por problemas económicos, aunque mantiene su "microeconomía" y con esfuerzo e inversión enfrenta los cambios de paradigmas en recursos humanos y tecnología. Directores de clínicas locales aseguraron que la inflación médica (65 % en 2018) es mayor que la inflación general.
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Advierten que las clínicas privadas atraviesan una "situación complicada"
Por Isabel
Fernández
El sistema de salud privado
de nuestra ciudad no es ajeno a la situación de crisis del
el sector a nacional. Las clínicas la están"remando" para mantenerse y seguir brindando la mejor atención.
Cumplen con una función social y laboral importante, sin embargo no tienen acceso a créditos blandos, pagan impuestos y tasas como cualquier comercio o empresa,
no tienen beneficios tributarios como el recupero del costo del IVA, pagan la
tarifa de energía eléctrica como grandes consumidores. Son los mismos trabajadores, los médicos los que afrontan los costos, aportando dinero entre todos.
Según un estudio realizado en Córdoba, el sector de salud
privada es un gran generador de trabajo, incluso más que la
industria automotriz y con un alto porcentaje de empleo femenino como jefe de
hogar. El 90 % de los pacientes con obras sociales como Pami y Apross se
atienden en los sanatorios privados.
Entre las cuatro clínicas de San Francisco -Regional del Este, Sanatorio y Clínica San Justo, Sanatorio Argentino y Clínica de
Especialidades"Enrique J. Carrá (h)-, existen unas 250 camas. Además se desempeñan 400 empleados y otros 400 profesionales médicos.
Por la ubicación geográfica tan cercana a la
provincia de Santa Fe son muchos los médicos que
trabajan en ciudades como Rafaela o Santa Fe y también aquí se atienden muchos pacientes de la vecina provincia.
Los doctores Daniel Casermeiro y Daniel Puricelli,
directores médicos del Sanatorio Argentino y de la Clínica Regional del Este,
respectivamente, analizaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO la realidad del
sector y pidieron más intervención del Estado otorgando beneficios que permitan
oxigenar la asfixiante situación.
-¿Cómo enfrentan la situación económica actual las clínicas?¿Está en crisis el sistema de
salud privado en la ciudad?
-Daniel Casermeiro: El sistema de salud hace décadas que está en crisis y lamentablemente nunca hubo recomposiciones. Cada uno de los
nuevos avatares nos obligan a tratar de nivelar un poco para abajo ya sea en la
parte edilicia, tecnológica con los nuevos
equipamientos y eso lamentablemente va a influir también en la calidad de servicio.
A veces tenemos que
complementar con empresas secundarias de salud en casos como el diagnóstico. Hay aparatos que están totalmente actualizados,
pero ya no son más de la clínica, cuando sí debería poder tenerlos.
Desde el punto de vista
edilicio pasa lo mismo, el mantenimiento cuesta cada vez más. La empresa de salud tiene un porcentaje directamente relacionado al
valor dólar y el desfasaje se hace aún mayor. Es común que en un sanatorio dos
meses al año aumenten los services
oficiales porque los tomógrafos o aparatos de rayos
necesitan una reparación.
Con la inflación y la corrida cambiaria, los desfasajes en el sector de la salud fueron
totalmente asimétricos. Nosotros no tenemos
la posibilidad de remarcar nuestro producto o ponerle el precio.
- Se dice que hay una inflación médica que crece más que la común.¿Cuál es el costo más caro que afrontan las clínicas?
-Daniel Puricelli: La inflación médica incluye todo lo que deben pagar las clínicas, desde los
salarios, los medicamentos, los insumos, los services para los aparatos tecnológicos, etc. La inflación en salud es superior a la
corriente. Hubo alrededor de un 65 % de inflación sanitaria o médica en 2018, por encima del 45 % de inflación común.
Los aranceles están regidos por las paritarias que no aumentaron en ese porcentaje. Todo esto
agrava el problema y quienes absorben las diferencias terminan siendo los
profesionales que trabajan en la clínica, que habitualmente
pagan parte de derechos o alquileres. La parte médica está soportando todos los aumentos.
-D.C.: El costo del personal en las clínicas se lleva la gran parte
de los gastos. En la mayoría de las pymes, el costo
laboral equivale al 28 % del gasto mientras que en nuestro caso, se eleva al 45
% del total, y es muy alto. Las clínicas están abiertas los 365 días del año, las 24 horas, y tienen que tener personal permanente.
-D.P.: La diferencia está en que cuando nosotros
incorporamos tecnología, lejos de reducir la
cantidad de personal, tenemos que aumentarla y pagar más. Cuando traernos un tomógrafo hay que traer técnicos y profesionales que lo manejen y procesen las imágenes.

Las instituciones médicas privadas
se encuentran en una "situación complicada" y
demandan la intervención estatal para mejorar su
situación fiscal.Así lo advirtió recientemente
la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados (Adecra) durante el tercer Congreso
de Salud Anual, que reunió a unos 800 asistentes en
Buenos Aires, con presencia de empresarios, periodistas y economistas, entre
otros invitados.
-¿Cuáles son las mayores dificultades para el mantenimiento de las clínicas?
-D.C.: Raramente tenemos posibilidad es crediticias y tenemos serias dificultades
para financiarnos. Para las pymes suelen salir créditos blandos
pero para las empresas de salud no hay, tampoco subsidios como por ejemplo hay
en la educación. Sería bueno acceder a créditos blandos para poder
actualizarnos.
-D.P.: La presión fiscal también es muy fuerte. Las clínicas no pueden utilizar el
Impuesto al Valor Agregado (IVA) porque quienes nos pagan, están exentos, el Pami o el Apross. Tenemos mucho dinero de IVA a favor que no
lo podemos utilizar.
Las clínicas privadas nacieron y se desarrollaron para suplir una función que el Estado no cumple, que es la atención de la salud.
Si tuviéramos un Estado con una
atención de la salud vigorosa, solo
existirían clínicas privadas para temas puntuales.
No somos clínicas privadas, sino de gestión privada, porque los fondos
que ingresan son de Pami, Apross y obras sociales en su gran mayoría, entonces son fondos públicos o semipúblicos y nosotros no fijamos el precio, sino que es un complejo mecanismo
de negociación que generalmente lo fija
quien nos contrata.
Los colegios que nacieron
con la misma orientación tienen un tratamiento por
parte del Estado totalmente distinto, están subsidiados,
con tarifas y calidad impositiva distinta.En cambio, nosotros tenemos el mismo tratamiento por
parte del Estado que el que tiene un negocio en un local, con las mismas
tarifas e impuestos.
Somos el único sector en el que los bienes de capital que se compran se pagan con
dinero que aportan los mismos médicos. Al no tener créditos, si se quiere comprar algo hay que recaudar entre todos los médicos para hacer un crédito entre nosotros mismos.
Es algo bastante insólito.
-DC: Si nuestras empresas fueran redituables como cualquier pyme, entonces se
podría manejar la proyección que tiene esa
empresa como estar en el tope de la tecnología, la calidad en
cuanto a la parte edilicia, en proyectos de ampliación.
Todos sabemos que la salud
amerita una actualización permanente no solo desde
el punto de vista científico para los médicos, sino en materia tecnológica y edilicia. Las
exigencias que tienen las clínicas son específicas, hay normas edilicias que se deben cumplir por seguridad, por eso,
para nosotros es más cara la construcción.
- Cerraron clínicas en el interior
provincial,¿por qué se produce esto?
-D.P: En los pueblos del departamento San Justo han desaparecido pequeñas clínicas que cumplían una función muy importante porque podían solucionar muchas atenciones como un parto normal o una cirugía menor, que hoy se solucionan con ambulancias.Tenemos las rutas llenas de ambulancias porque se ha
caído el primer cordón de salud,
nosotros somos el segundo y después sigue la capital.
-¿Podría pasar en San Francisco?
-D.P.: Es un"no sistema" porque no está organizado y no se está previendo qué pasaría si desaparecieran las clínicas en San Francisco, ¿dónde se atendería la gente? En
un pueblo se soluciona con una ambulancia pero en nuestra ciudad, no. Requiere de un enorme
esfuerzo mantener estas instituciones no solamente funcionando, sino que
funcionando bien; brindar el servicio en buenas condiciones es caro.
-D.C.: Cuando la clínica va avanzando en algo,
hay que saber que detrás de eso hay aportes
personales y particulares. Siguen apostando a la salud porque es el rubro
familiar o un grupo de gente que quiere hacerlo. Y no es porque haya un crecimiento genuino, prácticamente todas
nuestras instituciones están en dificultades, con
moratorias, porque no alcanzamos a cubrir el circuito mensual. Hace cuarenta años que venimos haciéndole frente a una situación que no es viable y la estamos transformando en viable, pero no sabemos
hasta cuándo. Hay poblaciones de la zona
como Porteña donde directamente no
tienen clínica, en otras, había dos o tres y queda una, como en localidades como Freyre, Devoto o La
Francia.
Nosotros la estamos remando,
estamos corriendo riesgos porque estamos en el mismo sistema. Nos sentimos con
ciertas injusticias fiscales, tributarias, crediticias que si cambian, le
generarían a las clínicas un oxígeno extraordinario y no
estaríamos en una situación de
incertidumbre como la que vivimos.
En las reuniones
lamentablemente tenemos que estar compartiendo nuestras incertidumbres, ver cómo tomar medidas en conjunto para protegernos, en vez de compartir nuestros
proyectos.
-¿Qué ocurrió con la conformación del clúster de salud que se anunció hace dos años en la ciudad?
-D.C.: En épocas de campaña, los gobiernos hablan de la salud como si fuera su caballito de batalla,
pero seguimos siempre igual. El clúster de salud surgió hace dos años para potenciar que el sistema esté lo más sólido posible, pero quedó en dos o tres reuniones de índole político, con buenas intenciones quizá, pero que no se
plasmaron en nada.
-D.P.: Sin embargo, dentro del contexto que se vive es muy bueno que exista una
comunicación y una solidaridad entre
las cuatro clínicas y tratamos de buscar
soluciones entre todos. Ya tuvimos la crisis del 2001 que nos enseñó mucho a todos y varias crisis más y por lo menos, hay una
buena relación entre todos que permite
salir adelante en momentos como estos.
Para que estas crisis no
afecten la calidad de atención, se requiere un gran
esfuerzo de todos, a veces hay que dejar de lado muchas cosas para que los
insumos, los medicamentos sean los adecuados, es un esfuerzo de toda la clínica y su personal.

Los doctores
Daniel Casermeiro y Daniel Puricelli
-¿Cuál es la situación con las obras sociales?
-D.C.: Hay un problema que es histórico. Nosotros brindamos una
prestación que la cobramos en 75 a 90
días. En épocas de estabilidad, muchos
dicen que en la salud se hace una rueda y se empieza a cobrar. Pero la
diferencia que hay en países como el nuestro en el
que hay inflación altísima, en esos 75 o 90 días el costo de la inflación lo soportamos solamente las clínicas. También existe un sistema de débito, esto es cuando nos
pagan, a su vez nos cuestionan algunas cosas y nos debitan dinero que luego lo
vuelven a acreditar 90 días después, entonces hay prácticas que se cobran 180 días después de haberlas realizado.
Con el Pami tenemos un
desfasaje en los dos últimos años de un 25 % anual, perdimos un 50 %. Pero no podemos decirle que no
atendemos a los jubilados y afiliados porque nos dejan de pagar y una clínica, si le deja de pagar el Pami no puede seguir funcionando. Estamos cautivos dentro de
ese sistema y obligados.
-¿Qué tendrían que hacer los gobiernos
nacional y provincial?
-D.C.: El gobierno provincial y nacional deberían mirar con más cuidado al sector de salud. Hay relaciones pero no hay resultados. Deberían ofrecer subsidios, acceso a crédito blandos,
brindar exenciones impositivas, beneficios para aprovechar el IVA. Las clínicas pagamos la luz más cara porque somos grandes
consumidores. También hay otros gastos como los
residuos patógenos que por el servicio se
le paga a la municipalidad,éste funciona correctamente.
"Es
necesaria una integración pública y
privada en salud"
Ante la complicada realidad, desde Federación Médica de Córdoba se plantea la integración
público privada en el sistema
de salud, con el objetivo de optimizar recursos y disminuir los riesgos en los
pacientes.
El presidente de la Federación
Médica de Córdoba y director médico
del Sanatorio y Clínica San Justo, Daniel
Martelli, quien además es secretario de la
Confederación Médica
de la República Argentina, advirtió que la situación
que viven las clínicas es "mala" y destacó la importancia de que se tome la decisión política de
integrar los dos sistemas público y
privado para abaratar costos y mejorar la atención.
"No hay
integración pública
y privada, es más, son antagonistas,
compiten y eso no tiene sentido. Es necesaria una integración pública y
privada en salud", dijo Martelli.

El médico añadió que"no sería malo que
puedan integrarse los dos sistemas. Es una decisión política que
se debería tomar porque estamos
hablando de pacientes hospitalarios que pueden ser atendidos y su problema
resuelto en la parte privada y el costo lo afronta el Estado".
Martelli ejemplificó
que muchas veces en San Francisco"tenemos un
paciente que está mal y se deriva a Río Cuarto o Córdoba
cuando en 20 cuadras lo solucionan. Muchos dicen que es costoso, pero el
traslado, la ambulancia, la internación
y los procedimientos en otros lados son también
costosos".
Sigue la emergencia sanitaria
Martelli recordó
que desde 2001 está decretada la emergencia
sanitaria porque se cierran clínicas y
faltan recursos. "Hace 18 años y no pasa nada, se va prorrogando y no hay
soluciones", alertó el médico.
Remarcó que las
instituciones privadas"se
sostienen con el aporte de los médicos y
por la crisis hubo mucho problema financiero, se tuvieron que acomodar pagos y
pagar aguinaldo en forma diferida".
El cierre de clínicas
en el interior y la falta de médicos son
otros problemas que se afrontan.
Martelli recordó
que hace 20 años en San Francisco"había cinco clínicas y una maternidad. Estaban las cuatro que están ahora, el Instituto Médico
Quirúrgico que cerró y nadie lo reemplazó
y la maternidad del doctor Marinosci, que desapareció
también. En los últimos 20 años
no hubo cierre de clínicas pero lo tuvimos antes
y la población aumentó igual que las prestaciones. Se necesitarían más camas".
Añadió que la falta de médicos
es por mala distribución, aunque
ahora el gobierno provincial tomó la
propuesta para incentivar la radicación
en el interior. "No faltan médicos, sino que están
mal distribuidos geográficamente
y en las especialidades críticas,
como neonatoloía, terapia intensiva,
neurocirugía, anestesista, etc.. En San
Francisco no se ve, pero en el interior sí.
No hay una distribución racional
del recurso humano, Córdoba
tiene 23.000 médicos, 13.000 están en la capital",
aseguró Martelli.
Por Isabel
Fernández
El sistema de salud privado
de nuestra ciudad no es ajeno a la situación de crisis del
el sector a nacional. Las clínicas la están"remando" para mantenerse y seguir brindando la mejor atención.
Cumplen con una función social y laboral importante, sin embargo no tienen acceso a créditos blandos, pagan impuestos y tasas como cualquier comercio o empresa,
no tienen beneficios tributarios como el recupero del costo del IVA, pagan la
tarifa de energía eléctrica como grandes consumidores. Son los mismos trabajadores, los médicos los que afrontan los costos, aportando dinero entre todos.
Según un estudio realizado en Córdoba, el sector de salud
privada es un gran generador de trabajo, incluso más que la
industria automotriz y con un alto porcentaje de empleo femenino como jefe de
hogar. El 90 % de los pacientes con obras sociales como Pami y Apross se
atienden en los sanatorios privados.
Entre las cuatro clínicas de San Francisco -Regional del Este, Sanatorio y Clínica San Justo, Sanatorio Argentino y Clínica de
Especialidades"Enrique J. Carrá (h)-, existen unas 250 camas. Además se desempeñan 400 empleados y otros 400 profesionales médicos.
Por la ubicación geográfica tan cercana a la
provincia de Santa Fe son muchos los médicos que
trabajan en ciudades como Rafaela o Santa Fe y también aquí se atienden muchos pacientes de la vecina provincia.
Los doctores Daniel Casermeiro y Daniel Puricelli,
directores médicos del Sanatorio Argentino y de la Clínica Regional del Este,
respectivamente, analizaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO la realidad del
sector y pidieron más intervención del Estado otorgando beneficios que permitan
oxigenar la asfixiante situación.
-¿Cómo enfrentan la situación económica actual las clínicas?¿Está en crisis el sistema de
salud privado en la ciudad?
-Daniel Casermeiro: El sistema de salud hace décadas que está en crisis y lamentablemente nunca hubo recomposiciones. Cada uno de los
nuevos avatares nos obligan a tratar de nivelar un poco para abajo ya sea en la
parte edilicia, tecnológica con los nuevos
equipamientos y eso lamentablemente va a influir también en la calidad de servicio.
A veces tenemos que
complementar con empresas secundarias de salud en casos como el diagnóstico. Hay aparatos que están totalmente actualizados,
pero ya no son más de la clínica, cuando sí debería poder tenerlos.
Desde el punto de vista
edilicio pasa lo mismo, el mantenimiento cuesta cada vez más. La empresa de salud tiene un porcentaje directamente relacionado al
valor dólar y el desfasaje se hace aún mayor. Es común que en un sanatorio dos
meses al año aumenten los services
oficiales porque los tomógrafos o aparatos de rayos
necesitan una reparación.
Con la inflación y la corrida cambiaria, los desfasajes en el sector de la salud fueron
totalmente asimétricos. Nosotros no tenemos
la posibilidad de remarcar nuestro producto o ponerle el precio.
- Se dice que hay una inflación médica que crece más que la común.¿Cuál es el costo más caro que afrontan las clínicas?
-Daniel Puricelli: La inflación médica incluye todo lo que deben pagar las clínicas, desde los
salarios, los medicamentos, los insumos, los services para los aparatos tecnológicos, etc. La inflación en salud es superior a la
corriente. Hubo alrededor de un 65 % de inflación sanitaria o médica en 2018, por encima del 45 % de inflación común.
Los aranceles están regidos por las paritarias que no aumentaron en ese porcentaje. Todo esto
agrava el problema y quienes absorben las diferencias terminan siendo los
profesionales que trabajan en la clínica, que habitualmente
pagan parte de derechos o alquileres. La parte médica está soportando todos los aumentos.
-D.C.: El costo del personal en las clínicas se lleva la gran parte
de los gastos. En la mayoría de las pymes, el costo
laboral equivale al 28 % del gasto mientras que en nuestro caso, se eleva al 45
% del total, y es muy alto. Las clínicas están abiertas los 365 días del año, las 24 horas, y tienen que tener personal permanente.
-D.P.: La diferencia está en que cuando nosotros
incorporamos tecnología, lejos de reducir la
cantidad de personal, tenemos que aumentarla y pagar más. Cuando traernos un tomógrafo hay que traer técnicos y profesionales que lo manejen y procesen las imágenes.

Las instituciones médicas privadas
se encuentran en una "situación complicada" y
demandan la intervención estatal para mejorar su
situación fiscal.Así lo advirtió recientemente
la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados (Adecra) durante el tercer Congreso
de Salud Anual, que reunió a unos 800 asistentes en
Buenos Aires, con presencia de empresarios, periodistas y economistas, entre
otros invitados.
-¿Cuáles son las mayores dificultades para el mantenimiento de las clínicas?
-D.C.: Raramente tenemos posibilidad es crediticias y tenemos serias dificultades
para financiarnos. Para las pymes suelen salir créditos blandos
pero para las empresas de salud no hay, tampoco subsidios como por ejemplo hay
en la educación. Sería bueno acceder a créditos blandos para poder
actualizarnos.
-D.P.: La presión fiscal también es muy fuerte. Las clínicas no pueden utilizar el
Impuesto al Valor Agregado (IVA) porque quienes nos pagan, están exentos, el Pami o el Apross. Tenemos mucho dinero de IVA a favor que no
lo podemos utilizar.
Las clínicas privadas nacieron y se desarrollaron para suplir una función que el Estado no cumple, que es la atención de la salud.
Si tuviéramos un Estado con una
atención de la salud vigorosa, solo
existirían clínicas privadas para temas puntuales.
No somos clínicas privadas, sino de gestión privada, porque los fondos
que ingresan son de Pami, Apross y obras sociales en su gran mayoría, entonces son fondos públicos o semipúblicos y nosotros no fijamos el precio, sino que es un complejo mecanismo
de negociación que generalmente lo fija
quien nos contrata.
Los colegios que nacieron
con la misma orientación tienen un tratamiento por
parte del Estado totalmente distinto, están subsidiados,
con tarifas y calidad impositiva distinta.En cambio, nosotros tenemos el mismo tratamiento por
parte del Estado que el que tiene un negocio en un local, con las mismas
tarifas e impuestos.
Somos el único sector en el que los bienes de capital que se compran se pagan con
dinero que aportan los mismos médicos. Al no tener créditos, si se quiere comprar algo hay que recaudar entre todos los médicos para hacer un crédito entre nosotros mismos.
Es algo bastante insólito.
-DC: Si nuestras empresas fueran redituables como cualquier pyme, entonces se
podría manejar la proyección que tiene esa
empresa como estar en el tope de la tecnología, la calidad en
cuanto a la parte edilicia, en proyectos de ampliación.
Todos sabemos que la salud
amerita una actualización permanente no solo desde
el punto de vista científico para los médicos, sino en materia tecnológica y edilicia. Las
exigencias que tienen las clínicas son específicas, hay normas edilicias que se deben cumplir por seguridad, por eso,
para nosotros es más cara la construcción.
- Cerraron clínicas en el interior
provincial,¿por qué se produce esto?
-D.P: En los pueblos del departamento San Justo han desaparecido pequeñas clínicas que cumplían una función muy importante porque podían solucionar muchas atenciones como un parto normal o una cirugía menor, que hoy se solucionan con ambulancias.Tenemos las rutas llenas de ambulancias porque se ha
caído el primer cordón de salud,
nosotros somos el segundo y después sigue la capital.
-¿Podría pasar en San Francisco?
-D.P.: Es un"no sistema" porque no está organizado y no se está previendo qué pasaría si desaparecieran las clínicas en San Francisco, ¿dónde se atendería la gente? En
un pueblo se soluciona con una ambulancia pero en nuestra ciudad, no. Requiere de un enorme
esfuerzo mantener estas instituciones no solamente funcionando, sino que
funcionando bien; brindar el servicio en buenas condiciones es caro.
-D.C.: Cuando la clínica va avanzando en algo,
hay que saber que detrás de eso hay aportes
personales y particulares. Siguen apostando a la salud porque es el rubro
familiar o un grupo de gente que quiere hacerlo. Y no es porque haya un crecimiento genuino, prácticamente todas
nuestras instituciones están en dificultades, con
moratorias, porque no alcanzamos a cubrir el circuito mensual. Hace cuarenta años que venimos haciéndole frente a una situación que no es viable y la estamos transformando en viable, pero no sabemos
hasta cuándo. Hay poblaciones de la zona
como Porteña donde directamente no
tienen clínica, en otras, había dos o tres y queda una, como en localidades como Freyre, Devoto o La
Francia.
Nosotros la estamos remando,
estamos corriendo riesgos porque estamos en el mismo sistema. Nos sentimos con
ciertas injusticias fiscales, tributarias, crediticias que si cambian, le
generarían a las clínicas un oxígeno extraordinario y no
estaríamos en una situación de
incertidumbre como la que vivimos.
En las reuniones
lamentablemente tenemos que estar compartiendo nuestras incertidumbres, ver cómo tomar medidas en conjunto para protegernos, en vez de compartir nuestros
proyectos.
-¿Qué ocurrió con la conformación del clúster de salud que se anunció hace dos años en la ciudad?
-D.C.: En épocas de campaña, los gobiernos hablan de la salud como si fuera su caballito de batalla,
pero seguimos siempre igual. El clúster de salud surgió hace dos años para potenciar que el sistema esté lo más sólido posible, pero quedó en dos o tres reuniones de índole político, con buenas intenciones quizá, pero que no se
plasmaron en nada.
-D.P.: Sin embargo, dentro del contexto que se vive es muy bueno que exista una
comunicación y una solidaridad entre
las cuatro clínicas y tratamos de buscar
soluciones entre todos. Ya tuvimos la crisis del 2001 que nos enseñó mucho a todos y varias crisis más y por lo menos, hay una
buena relación entre todos que permite
salir adelante en momentos como estos.
Para que estas crisis no
afecten la calidad de atención, se requiere un gran
esfuerzo de todos, a veces hay que dejar de lado muchas cosas para que los
insumos, los medicamentos sean los adecuados, es un esfuerzo de toda la clínica y su personal.

Los doctores
Daniel Casermeiro y Daniel Puricelli
-¿Cuál es la situación con las obras sociales?
-D.C.: Hay un problema que es histórico. Nosotros brindamos una
prestación que la cobramos en 75 a 90
días. En épocas de estabilidad, muchos
dicen que en la salud se hace una rueda y se empieza a cobrar. Pero la
diferencia que hay en países como el nuestro en el
que hay inflación altísima, en esos 75 o 90 días el costo de la inflación lo soportamos solamente las clínicas. También existe un sistema de débito, esto es cuando nos
pagan, a su vez nos cuestionan algunas cosas y nos debitan dinero que luego lo
vuelven a acreditar 90 días después, entonces hay prácticas que se cobran 180 días después de haberlas realizado.
Con el Pami tenemos un
desfasaje en los dos últimos años de un 25 % anual, perdimos un 50 %. Pero no podemos decirle que no
atendemos a los jubilados y afiliados porque nos dejan de pagar y una clínica, si le deja de pagar el Pami no puede seguir funcionando. Estamos cautivos dentro de
ese sistema y obligados.
-¿Qué tendrían que hacer los gobiernos
nacional y provincial?
-D.C.: El gobierno provincial y nacional deberían mirar con más cuidado al sector de salud. Hay relaciones pero no hay resultados. Deberían ofrecer subsidios, acceso a crédito blandos,
brindar exenciones impositivas, beneficios para aprovechar el IVA. Las clínicas pagamos la luz más cara porque somos grandes
consumidores. También hay otros gastos como los
residuos patógenos que por el servicio se
le paga a la municipalidad,éste funciona correctamente.
"Es
necesaria una integración pública y
privada en salud"
Ante la complicada realidad, desde Federación Médica de Córdoba se plantea la integración
público privada en el sistema
de salud, con el objetivo de optimizar recursos y disminuir los riesgos en los
pacientes.
El presidente de la Federación
Médica de Córdoba y director médico
del Sanatorio y Clínica San Justo, Daniel
Martelli, quien además es secretario de la
Confederación Médica
de la República Argentina, advirtió que la situación
que viven las clínicas es "mala" y destacó la importancia de que se tome la decisión política de
integrar los dos sistemas público y
privado para abaratar costos y mejorar la atención.
"No hay
integración pública
y privada, es más, son antagonistas,
compiten y eso no tiene sentido. Es necesaria una integración pública y
privada en salud", dijo Martelli.

El médico añadió que"no sería malo que
puedan integrarse los dos sistemas. Es una decisión política que
se debería tomar porque estamos
hablando de pacientes hospitalarios que pueden ser atendidos y su problema
resuelto en la parte privada y el costo lo afronta el Estado".
Martelli ejemplificó
que muchas veces en San Francisco"tenemos un
paciente que está mal y se deriva a Río Cuarto o Córdoba
cuando en 20 cuadras lo solucionan. Muchos dicen que es costoso, pero el
traslado, la ambulancia, la internación
y los procedimientos en otros lados son también
costosos".
Sigue la emergencia sanitaria
Martelli recordó
que desde 2001 está decretada la emergencia
sanitaria porque se cierran clínicas y
faltan recursos. "Hace 18 años y no pasa nada, se va prorrogando y no hay
soluciones", alertó el médico.
Remarcó que las
instituciones privadas"se
sostienen con el aporte de los médicos y
por la crisis hubo mucho problema financiero, se tuvieron que acomodar pagos y
pagar aguinaldo en forma diferida".
El cierre de clínicas
en el interior y la falta de médicos son
otros problemas que se afrontan.
Martelli recordó
que hace 20 años en San Francisco"había cinco clínicas y una maternidad. Estaban las cuatro que están ahora, el Instituto Médico
Quirúrgico que cerró y nadie lo reemplazó
y la maternidad del doctor Marinosci, que desapareció
también. En los últimos 20 años
no hubo cierre de clínicas pero lo tuvimos antes
y la población aumentó igual que las prestaciones. Se necesitarían más camas".
Añadió que la falta de médicos
es por mala distribución, aunque
ahora el gobierno provincial tomó la
propuesta para incentivar la radicación
en el interior. "No faltan médicos, sino que están
mal distribuidos geográficamente
y en las especialidades críticas,
como neonatoloía, terapia intensiva,
neurocirugía, anestesista, etc.. En San
Francisco no se ve, pero en el interior sí.
No hay una distribución racional
del recurso humano, Córdoba
tiene 23.000 médicos, 13.000 están en la capital",
aseguró Martelli.
Qué hacer en las vacaciones de invierno en San Francisco
El invierno de Juan Ignacio con dermatitis atópica