Las “abuelas” de la casa del tobogán
Son personas mayores pero se sienten vitales gracias a la labor que llevan adelante para que 47 niños tengan una oportunidad en la sala cuna. En vísperas del Día del Niño, estas mujeres reconocen que la institución es el motor que los mantiene vivos.
Sentadas en la escalera y en el tobogán de madera, juegan como niñas. Las voluntarias de la Asociación Cooperadora y Amigos de la Casa del Niño, que rondan los 70 años de edad, son las encargadas de que nada les falte a los 47 niños que asisten de lunes a viernes a la guardería municipal y Sala Cuna.
Ellas, con ese amor de abuela que muestran en cada gesto, reconocen que colaborar por los chicos es lo que las mantiene vitales y con ganas de seguir adelante para mantener en pie 83 años de historia, de sonrisas y los más de 200 socios que confían en su trabajo desinteresado.
Acompañadas solo por dos hombres en el grupo, estas mujeres se reúnen cada jueves para trabajar por una institución histórica de barrio Catedral.
Algunos con más de 50 años en la entidad y otros recién llegados para acompañar y sentirse acompañados. Raquel Meyer (presidente), Mabel Mercado (secretaria), Susana Beatriz Valenzuela (tesorera), Adriana Bonfigli, Noemí Cuberli, Nelly Fraire (vocales) y Susana María Fenoglio (colaboradoras) junto a José Ángel Ludueña (vicepresidente) y Raúl Piombo (colaborador) hacen posible una infancia feliz más allá del contexto de vulnerabilidad.
En vísperas del Día del Niño, este homenaje de VOZ MUJER a las incansables abuelas del corazón de ese hogar que cobijó a miles de niños en ocho décadas de historia.
- ¿Qué tareas llevan adelante como Cooperadora?
- Raquel Meyer: La Cooperadora surgió con la Casa del Niño, es decir, tiene 83 años y es parte de la historia de esta institución porque siempre acompañó todos los procesos de la misma. Nuestra finalidad es la misma desde el inicio: apoyar al grupo humano que conforma la guardería, es decir, los niños, el personal, los padres; no solo en lo económico sino también en lo espiritual y lo social, porque esta casa tiene un fin social que es la contención.
- Adriana Bonfligli: Estamos atentos a todo lo que necesitan en la institución. Tuvimos hace un tiempo una gran donación de cuentos y conformamos una importante biblioteca para los chicos.
- Andrea Colomo (actual directora de la Sala Cuna):Son las que gestionan todas las necesidades que tienen los chicos, el personal y el mantenimiento pero no solo dentro de la institución, también se preocupan porque en su casa tengan abrigo y ropa. Están muy comprometidas con cada caso que se presenta.
- Susana Valenzuela: Estamos atentos a cada detalle, que no les falte nada.
- ¿De dónde obtienen los recursos económicos para poder cumplir con las demandas de la institución?
- A. B. : Tenemos un evento que es fundamental para nosotros: la venta de empandas que realizamos en junio. Para esa fecha podemos llegar a vender 450 docenas de carne. Esa gran venta, que es histórica para nosotros, requiere de mucho esfuerzo de todos los que hacemos la Casa del Niño.
-S. V.: Tenemos muchas necesidades y la venta de las empanadas, que ya es un clásico para nosotros, nos permitió comprar dos equipos de aire acondicionado y los regalos del Día del Niño, que son un par de zapatillas y medias para cada uno, ya que la gente colabora y mucho con juguetes, por eso cubrimos otra necesidad que es la vestimenta.
- ¿Se sienten acompañadas en esta labor?
- A. C.:No.La población es muy generosa con la Casa del Niño. Los chicos reciben juguetes y ayuda todo el tiempo, porque la gente quiere mucho este lugar. Además, contamos con el apoyo de la Secretaría de Salud de la municipalidad de San Francisco.
- R. M.:Yo podría decir que esta es mi segunda casa (risas).
La razón de vivir
- Todas rondan los 70 años de edad. ¿De dónde salen las energías y las ganas de seguir colaborando?
- R. M. :Por amor. Eso me pasa a mí y a todos los que somos parte de la cooperadora. Muchas veces me pregunto, ¿Por qué esto haciendo esto? Tuvimos un accidente automovilístico no hace mucho tiempo haciendo unos trámites para la institución y me hizo pensar porqué nos arriesgamos tanto, pero este lugar es el motor que nos mantiene vivos. Si lo dejamos, nos enfermamos.
- Susana María Fenoglio: Cuando uno conoce este lugar se siente con energías, mejor de ánimo, una es feliz. Llegué a la institución por invitación de las mujeres porque había perdido a mi esposo y estaba muy triste. Ellas me invitaron para que venga y me encontré con un grupo maravilloso que hace mucho por los más vulnerables que son los chicos. No podría dejar de venir porque me siento muy acompañada. Este lugar me da ganas de vivir.
- Mabel Mercado: Esto es vocación de servicio. La mayoría de las que conformamos este grupo de trabajo fuimos docentes y pasamos por la Casa del Niño. Fui directora de la institución y siento que es como mi casa y es el lugar donde quiero estar. Son como los nietos de una. Uno no solo se encariña sino que aprendes a respetar a los chicos y ves cómo crecen. Es muy emotivo.
- ¿Por qué no hay gente joven en el voluntariado?
- S. F.:Hay gente joven en cooperadoras escolares, pero no en las de este tipo. Es muy difícil que haya compromiso por parte de ellos.
- A. C.:La cooperadora es fundamental para que la Casa del Niño funciona porque su labor es muy importante. Son el motor de esta institución.
- ¿Se puede decir que son como las abuelas de la institución?
- M. M.:hay una mirada maternal puesta en este lugar.
- S. F.:Cuando llegamos los primero que hacen los chicos te estiran sus bracitos para que les hagas upa. Me emocionan cuando te abrazan y dan afecto.
El recuerdo de los que ya no están
La presidenta de la cooperadora, Raquel Meyer, dio unas sentidas palabras por los colaboradores que ya no están físicamente en la institución pero que tanto hicieron por sus 83 años: "Queremos tener presente a todos los que ya no están, que transitaron este camino en distintas etapas y en las renovadas generaciones. Permanezcan en nuestros recuerdos, vivan en nuestros corazones y hablen en el silencio del pasado. Dios retribuya con paz su desvelo por nuestra querida Casa del Niño".