La protectora de “La Pirámide” que recuerda la peor tragedia aérea de Morteros
El monumento que mantiene vivo el recuerdo de tres jóvenes que perdieron su vida durante un vuelo bautismo en 1921, fue declarado patrimonio histórico municipal. Es el reconocimiento al trabajo que una morterense hizo en pos de salvaguardar la historia que marcó un hito de la aviación local.
Por Vanina Panero
El pasado mes de julio el municipio declaró Monumento Histórico a la "Pirámide" emplazada en la esquina de Lafitte y Alberdi, en barrio norte de la ciudad de Morteros. El monumento remite al accidente aéreo ocurrido el 6 de noviembre de 1921 en ocasión que se realizaban las romerías españolas. El trágico hecho se cobró tres vidas en vuelos de bautismo: los morterenses Atilio Pellegrini y José Calvo y el instructor italiano Mario Colombo.
Esta historia, durante mucho tiempo desconocida por los propios habitantes de la ciudad, fue rescatada por una vecina, Silvia Lamberti de Baudino que veía esta "escultura" cada vez que salía a la calle, siendo que reside a madia cuadra de la misma.
Su curiosidad fue el motor para encarar un trabajo de investigación que derivó en el contacto con los familiares de Colombo en Milán, Italia, quienes tomaron conocimiento del estado de abandono que tuvo este monumento durante años y decidieron enviarle el dinero para recuperarla.
Silvia se convirtió así en la encargada de conservar el monumento y la historia que encierra el mismo, contando a las nuevas generaciones acerca de aquel trágico accidente que marcó la historia de la aviación morterense.
Ese mérito fue reconocido por la comunidad, que a través del municipio que proclamó este monumento histórico, para que no se pierda nunca más.
Esta pirámide fue construida en 1922 por dos tíos de Calvo (uno de los jóvenes fallecidos), que eran albañiles.
La historia quedó plasmada en el libro "Alas Rotas" en la que Lamberti relata aquella tragedia.
Silvia Lamberti, la morterense que se
convirtió en protectora de esta particular historia
El primer monumento de la ciudad
"Yo vivo a media cuadra de donde está emplazada la Pirámide, que fue el primer monumento que se construyó en la ciudad, en el año 1922 en homenaje a estos jóvenes que perdieron su vida durante un vuelo bautismo de la época", comenzó Silvia Lamberti en entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Siempre me gustó escribir y lo que me llevó a investigar acerca de esta historia es el hecho de que ver tan abandonada esta Pirámide que encierra una historia que era poco conocida en la ciudad", explicó.
Lamberti contó que la información, que luego plasmó en su libro "Alas Rotas" fue recabada mediante diarios de la época, para lo cual tuvo que recurrir a la Biblioteca de la Legislatura de Córdoba. "Se trata de un trabajo manual que hice hace 25 años".
La morterense contó que desde su inauguración en 1922, cada 6 de noviembre se rememoraba aquel fatal accidente. Años después, el olvido y el abandono cubrió todo de tal manera que la pirámide quedó devastada.
"El tornado que azotó la ciudad en 1978 le arrancó las alas, después le robaron la verja de alrededor", dijo.
Noticias desde Europa
En el marco de la investigación, Lamberti encontró el domicilio italiano donde residía Colombo, en Legnano, provincia de Milán. "Escribí una carta y la hice traducir. La mandé mando a la comuna de Legnano con una foto del piloto (Mario Colombo), la cual circuló por toda la comuna hasta que un día, un hombre que visita a este domicilio, donde ahora reside una sobrina de Colombo y ve la foto de Mario en un mural, lo reconoce y fue así como se contactan conmigo".
"Mi vergüenza era tan grande al ver el deplorable estado de la Pirámide, que les conté la situación. Ellos vienen a la Argentina en el año 90 y al comprobar el estado de la misma, deciden enviarme desde Italia el dinero para restaurarla y que fuese yo la que administrara el mismo".
En 1992, en el marco de los festejos por el Centenario de Morteros se realiza la reinauguración de la Pirámide y desde entonces "soy la encargada de cuidarla", aseguró Lamberti.
Asimismo comentó que "tuve la oportunidad de viajar a Italia y conocer la casa de Mario (Colombo).
De generación en generación
Además de ser la impulsora del proyecto que le dio a este monumento el reconocimiento de patrimonio histórico, Silvia es además la encargada de que las nuevas generaciones conozcan la historia. Así, cientos de chicos se llegan hasta "La Pirámide" para que Silvia se las relate o bien es ella misma la que va a las escuelas para contarla, de manera tal que se trasmita de generación en generación.
Colombo había llegado a Morteros, un mes antes de la tragedia y con
la intención de volver a su país para celebrar la Navidad junto a sus
padres. Arribó a esta ciudad de San
Justo por cuestiones comerciales, ya que en aquel entonces, los aficionados en
la aviación local compraban aviones en Europa y necesitaban contar con un
instructor. El piloto y acróbata italiano fue el elegido para esta tarea, a
quien además le pidieron hacer vuelos bautismos durante las denominadas Romerías
Españolas (fiesta de los inmigrantes de este país europeo) que se realizaban en
Morteros. Según relató Lamberti "ese día, los jóvenes
decidieron hacer el vuelo bautismo, que logran acceder en medio de la protesta
de cientos de personas que hacían cola para subir al avión". "Normalmente el avión hacía un pequeño giro
en el aire, y retornaba en busca de un nuevo vuelo, pero ese día dio su último ´paseo´.
La gente desde abajo, disfrutaba al ver como supuestamente el avión hacia
acrobacias en el aire, pero no se trataba de ninguna pirueta sino de la caída
precipitada que tuvo el avión y que dejó a cientos de personas conmovidas ante
este hecho fatal", manifestó. "El avión se vino de pique, en medio de
un campo, a unos pocos metros de donde
hoy se emplaza la Pirámide", puntualizó. La prensa provincial y nacional se hizo
eco de esta tragedia remarcando entre las hipótesis del accidente la sobrecarga
de peso del avión. Un artículo de "La Nación" señalaba que "las características
del aparato mostraban su capacidad solo para el piloto y un pasajero". Este hecho marcó un antes y un después en
la aviación local, siendo que años posteriores a la tragedia se crea el
Aeroclub Morteros, de la mano de los antecesores de una de las familias que más
hizo por la aviación civil en el interior del país: los Boero. "En aquel entonces, un señor Colombetti
(tío de los Boero que fundador la fábrica de aviones en 1956) y gran aficionado
en la aviación en ese momento, había contratado a Colombo como instructor,
mediante contactos familiares que tenía con el Aero Club Rosario", relató
Lamberti. Asimismo recordó que "el aeroclub
santafesino estaba en los albores pero tenían aviones por lo que viajaban a
Europa a comprar los aviones de la Primera Guerra Mundial y los traían en
barcos. Entre los primeros que adquirieron se trajeron consigo a Colombo, quien
vivía momentos difíciles después de la guerra y decidió venir a la Argentina". "Colombo estuvo primero como maestro en
Rosario, y cuando Colombetti se entera, le compra uno de sus aviones a Colombo
y lo contrata como instructor en Morteros", explicó. Familiares de los jóvenes fallecidos, durante el acto de proclamación del monumento
El
día de la tragedia
La semilla de la aviación