La pandemia dejó a los centros vecinales sin su mayor ingreso
Las entidades barriales sufrieron el duro golpe de la pandemia: al suspenderse las reuniones sociales para evitar las aglomeraciones, ya no cuentan con lo recaudado por el alquiler de sus salones. La pérdida significa entre $1000 y $30.000 por mes.
La emergencia sanitaria declarada en marzo prohibió desde entonces reuniones de todo tipo, lo cual afectó severamente las finanzas de los centros vecinales que cuya mayor fuente de ingresos deriva del alquiler de sus salones para eventos sociales.
En San Francisco 27 centros vecinales conforman la federación (FCV) que los nuclea.
Son, por definición, asociaciones de vecinos sin fines de lucro, representativas de la población barrial; son el puente entre vecinos y municipio. Todas sufren el impacto económico de la pandemia de coronavirus.
Su situación cambió por completo a partir del 20 de marzo. Los recursos comenzaron a achicarse y dejaron de contar con un recurso clave.
Antes de la pandemia, los montos que se
cobraban por el alquiler de los salones variaban de acuerdo a cada entidad
barrial. No obstante, la cifra superaba holgadamente la recaudación por cuota
societaria. El salón social del Centro Vecinal Barrio
Roque Sáenz Peña, ubicado en López y Planes 3824, tiene una superficie cubierta
de 220 metros cuadrados, apta para albergar a 170 personas. Antes de que el
virus llegara, era el sitio elegido por los vecinos para llevar a cabo
festividades tales como cumpleaños, bautismos, casamientos, fiestas de 15, etc. El presidente del centro vecinal de dicho
barrio, Jorge Rinaudo, reconoció que tener cerrado el salón "nos ocasiona un
gran perjuicio" ya que previo a la pandemia el lugar tenía actividad
"prácticamente todos los fines de semana", lo que les redituaba buenos
dividendos. Para tener una idea de la pérdida, el
alquiler de ese local rondaba los 4.000 pesos por noche. Si se tiene en cuenta
que estaba alquilado todos los fines de semana, entre viernes y domingo, se
estima una recaudación semanal del orden de los 12.000 pesos y si se hace un
cálculo mensual trepa a los 48.000 pesos en caso de que se pudiera alquiler
todos los fines de semana del mes. No obstante, Rinaudo dijo que el promedio
de dinero que ingresaba a la institución por medio del alquiler del SUM
"oscilaba los 30.000 pesos mensuales". "Esta era la fuente de ingreso más grande
que tenía el centro vecinal -reconoció-. Con ese dinero podíamos pagar la
factura de energía eléctrica y el resto volvía para afrontar el mantenimiento
general del salón y otras necesidades de la institución". En el último tiempo el salón fue
refaccionado y dentro de las reparaciones se cambió por completo el cielorraso
y la instalación eléctrica, se repararon los sanitarios, se colocó un
pararrayos y luces de emergencia. En barrio 20 de Junio, el centro vecinal,
con sede en Honduras esquina José Hernández, dispone de dos salones que en conjunto pueden recibir a 150 personas.
Su presidente, Sergio Spalla, indicó que "los salones se destinaban a eventos
familiares que llevaban a cabo los vecinos del barrio o bien se alquilaba a
otras personas que no eran socios". Antes de la pandemia, era frecuente ver
actividad continua los días sábados y domingo por la noche mientras que en algunas
semanas también se alquilaban los días viernes.Bº Sáenz Peña: "Nos ocasiona un gran perjuicio"
Alquilar el salón de barrio Sáenz Peña
generaba "la fuente de ingreso más grande que tenía" el barrio.
Bº 20 de Junio: "Subsistimos como podemos"
SUM de barrio 20 de Junio
"Como mínimo, se hacían unos ocho eventos por mes. Por noche se cobraba mil pesos por el alquiler de cada salón", dijo el vecinalista estimando una recaudación mensual de 8 mil pesos en promedio.
"Con ese dinero se pagaban servicios o bien se mejoraban las instalaciones del centro vecinal", añadió Spalla lamentado no contar desde hace cinco meses con ese ingreso.
"La situación se complica mucho ya que desde la llegada de la pandemia estamos subsistiendo como podemos, solo con lo que recibimos de la cuota de los socios", advirtió.
Bº Hernández recurre a la ayuda de los vecinos
El Centro Vecinal Barrio José Hernández posee un salón social ubicado en Almafuerte 1519. Tiene una superficie de 84 metros cuadrados que se utilizaba para festejos y celebraciones familiares como cumpleaños y bautismos.
Pedro Ceballos, presidente de la entidad, recordó que "el salón se alquilaba a todo el que quisiera realizar algún encuentro. En primer término estaban los vecinos y si no había ningún pedido de parte de ellos, lo alquilábamos a otros interesados".
El vecinalista recordó que antes del covid "el salón estaba siempre alquilado. A los socios se les cobraba 2.500 pesos y los no socios 3.000 pesos".
La pandemia ha impactado duramente sobre los ingresos de los centros vecinales, como en barrio Hernández.
El dinero recaudado por ese concepto, según explicó Ceballos, "se destinaba a la compra y el mantenimiento de las herramientas con las cuales llevar adelante el mantenimiento de los espacios verdes".
Para graficar de alguna manera la situación por la que atraviesan, Ceballos dijo que "estamos empeñados, porque tenemos que apelar a la colaboración de algunos vecinos que ayudan al funcionamiento del centro vecinal".
Bº Parque perdió un espacio que cubría una necesidad social
Ubicado sobre un sector del Parque Cincuentenario, el SUM de barrio Parque cumplía un claro fin social que la pandemia interrumpió por la imposibilidad de seguir albergando en su interior los diversos acontecimientos que organizaba la institución así como también los festejos de los vecinos.
Hasta marzo, el alquiler del salón de 84 metros cuadrados, que tiene una capacidad para 80 personas, oscilaba entre los 500 y 1.200 pesos de acuerdo al tipo de festejo.
El presidente del centro vecinal, Marcelo Molla, recordó además que "en el salón se hacían muchas actividades como gimnasia, taller de costura y ajedrez que quedaron totalmente suspendidas".
Si bien explicó que la demanda del salón "variaba por época", estimó que "durante el año se alquilaba, al menos, dos veces al mes" y en el resto de los días "se aprovechaba para hacer alguna actividad cultural o recreativa desde el centro vecinal".
Bº 9 de Septiembre: seguir "se hace cada vez más difícil"
En barrio 9 de Septiembre el centro vecinal dispone de un salón de 196 metros cuadrados ubicado en Sargento Cabral y Catamarca, con capacidad para unas 180 personas. Antes del coronavirus, estaba alquilado todos los sábados del mes y en algunas oportunidades la demanda también se extendía a alguna noche de domingo.
El presidente de la entidad vecinal, Héctor Acosta, comentó que "alquilábamos el salón a los socios y vecinos" que abonaban "un costo mínimo para salvar los gastos de funcionamiento" porque "el objetivo era que puedan contar con un espacio donde reunirse dentro del barrio".
En este caso, la tarifa para alquilarlo por una noche oscilaba entre los 800 y 1.500 pesos, "dependiendo el tipo de reunión que se llevara a cabo".
Comentó que el alquiler del salón "incluía la posibilidad de utilizar 200 sillas y 18 tablones junto al freezer y los asadores".
La sede barrial de 9 de Septiembre.
El dinero recaudado "se utilizaba para comprar pintura para pintar los cordones de las calles o arreglar los juegos de la plaza".
Ahora, "se hace cada vez más difícil" reemplazar el dinero que se recaudaba por el alquiler del salón. Nosotros seguimos manteniendo todos los servicios pero es difícil lograrlo. Esto se puede conseguir gracias a la solidaridad de algunos vecinos que siempre nos dan una mano".
Bº San Cayetano: aprovechan el desuso para reacondicionarlo
En barrio San Cayetano, el salón social del centro vecinal se ha convertido en un espacio de contención familiar donde además antes de la pandemia era común que se llevaran a cabo festejos y reuniones.
El lugar, ubicado en Güemes esquina Bailón Sosa, tiene una superficie de 45 metros cuadrados a lo que se agrega la cocina, asadores y núcleo sanitario, era alquilado por las autoridades del centro vecinal "todos los fines de semana" y en la mayoría de ellos "los viernes, sábados y domingo" puesto que era un ambiente "muy demandado por los vecinos".
La presidenta de la comisión vecinal, María Cabrera, explicó que "el SUM se había convertido en un ambiente muy familiar, para recibir a grupos de familias o de amigos que querían pasar un momento agradable y de festejo".
La imposibilidad de explotar este espacio ha llevado al centro vecinal a iniciar tareas de reacondicionamiento con el objetivo de que, una vez que se habilite, "lo podamos ofrecer a los vecinos nuevamente".
Cabrera contó que la última convocatoria que recibió el salón fue para el festejo del Día de la Mujer, que tuvo lugar pocos días antes del inicio del aislamiento. "En esa fiesta nos reunimos unas 120 personas, fue muy lindo".
El valor del alquiler oscilaba los 2.000 pesos por noche que "incluye la posibilidad de utilizar tablones, mesas redondas y sillas, propiedad del centro vecinal junto a la cocina y la heladera con freezer".
Bº Cottolengo : lo recaudado volvía en servicios a los vecinos
El barrio Cottolengo cuenta con un salón de usos múltiples que se encuentra en el mismo inmueble que ocupa el centro vecinal, ubicado en José Hernández 3049. Con capacidad para 80 personas, tiene una superficie de 150 metros cuadrados y era muy solicitado para eventos familiares que todos los fines de semana realizaban los vecinos del brrio que abonaban alrededor de 1.600 pesos en concepto de alquiler.
Carlos Giordano, presidente del Centro Vecinal Barrio Cottolengo, recordó que "el salón tenía una muy buena demanda" de parte de los vecinos, lo que les permitía generar una buena fuente de recursos que se destinaban al mantenimiento del inmueble.
"Se hacían fiestas de bautismo, comuniones o cumpleaños", comentó el vecinalista y agregó que "la mayor demanda se daba los días viernes y sábado aunque también lo alquilábamos los domingos por la mañana".
Este parate "a nosotros nos causa un perjuicio económico importante porque si bien no pretendemos ganar dinero con el alquiler del salón, por lo menos buscamos generar recursos para devolverlos en servicios como financiar talleres y actividades que eran muy buscados por los vecinos".