La médica venezolana que eligió Las Pichanas: “Buscaba trabajo y paz y la encontré en este pueblo ”
San Justo, tierra elegida. Por primera vez en la historia, la colonia cuenta con un profesional médico que reside en el lugar.
Vanina Panero | La Voz de San Justo
Manuela Medina Giménez, es una de las tantas jóvenes profesionales de Venezuela que escapan de las crisis de su país y emigran a los pueblos del interior de la provincia de Córdoba en busca de trabajo y sobre todo paz y tranquilidad, algo de lo que hace mucho tiempo no disfrutan en su tierra natal.
La joven de 28 años, oriunda de la ciudad venezolana de Bolívar , arribó a la Argentina hace seis meses, junto a su hermana Gabriela, de 26.
Primero se radicó en Buenos Aires y trabajaba en La Plata, pero las condiciones de vida no eran las que esperaba "ganaba muy poco y ya me tenía que ir porque se vencía mi residencia", expresó Medina en declaraciones a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Publicó en Facebook que buscaba trabajo y al poco tiempo un vecino de Colonia Las Pichanas la contactó ofreciéndole empleo en el pueblo, el cual desde hace más de dos décadas buscaba un médico que atienda y viva en la localidad. Ese primer contacto se transformó en un hecho, y fue gracias al programa provincial que promueve la radicación de médicos en el interior de Córdoba.
"Publiqué en redes sociales que estaba buscando empleo y un señor de la comunidad me contactó y me dijo que necesitaban médicos", comentó Manuela.
"No tenía mucha esperanza, pero me tenía que mudarme porque se vencía la residencia y mi hermana se había quedado sin empleo", reconoció.
Consultada sobre su elección, la profesional aseguró que "me ofrecían un trabajo en blanco, casa y estabilidad. Un pueblo donde reina la paz y la tranquilidad que yo buscaba, así que ni lo dudé y me vine".
Asimismo comentó que "en Venezuela trabajaba en un pueblo pequeño, muy similar a éste; prefiero lo tranquilo y por eso buscaba algo así".
Emigrar de Venezuela, un privilegio de pocos
Si bien hoy disfruta de trabajar de lo que le gusta, y ser recompensada de manera justa por ello, la decisión de emigrar de su país no fue fácil. "El primer mes que llegué a la Argentina atravesé una depresión muy fea, uno dice que se quiere ir de su país, pero después toparse con otra cultura y estar lejos de tu familia y amigos es muy traumático".
Por otro lado reconoció que salir de Venezuela "no es fácil" y es un "privilegio de pocos".
"Se necesita de pasaporte, papeles y dinero, a lo que la mayoría no accede", comentó Manuela.
En este sentido, la venezonala dijo que "los pocos que hemos salido del país es porque teníamos negocios, bienes pudimos vender".
En cuanto a la realidad que viven sus colegas, Manuela aseguró que "la mayoría de los profesionales ya no están en Venezuela" y les recomienda radicarse en estos pueblos del interior.
"No pasé hambre, pero me fui en busca de calidad de vida"
Pese a que reconoce no haber pasado las peripecias que muchos de su compatriotas sufren hoy, Manuela dijo que "si bien no pasá hambre porque me movía y trabajaba mucho, me fui de mi país en busca de calidad de vida".
"Elegí la Argentina por las facilidades que nos brindan en cuanto a en cuanto a convalidación de título y que estaban buscando muchos médicos", continuó.
No obstante contó que su estadía en Buenos Aires no fue muy feliz .
La joven contó que los primeros tiempos en el país se convirtieron en "una rutina desgastante", que demandaba viajar 20 kilómetros por día para llegar a La Plata, a su lugar de trabajo, levantarse a las 5 de la mañana y llegar a las doce de la noche a su casa. "Éramos mal pagos, casi se aprovechan de nosotros los venezolanos", dijo indignada.
Ayudar a su hermana para lograr su graduación
Por otra parte, Manuela contó que su hermana Gabriela, quien reside junto a ella en Pichanas era estudiante de Ingeniería Civil en Venezuela, carrera que no pudo terminar por cuestiones económicas y que planea concretar el sueño en la Argentina.
"Mi hermana dejó pendiente su tesis en Venezuela; tuvimos que venirnos porque ella estudiaba en universidad privada y yo era la que pagaba. Ahora buscamos un poco más de estabilidad para que ella pueda culminar sus estudios y ejercer su profesión".
"La Argentina y Venezuela no tienen punto de comparación"
Manuela reconoce que la realidad económica y política que vive la Argentina es difícil pero asegura que "no tiene punto de comparación" con lo que se vive en Venezuela.
"Allá todo es más intenso y grave de lo que se dice o se poder ver en televisión; es difícil de explicar, sólo lo sabe aquel que lo vive; de hecho tuvimos muchas crisis porque nunca una de estas características".
Consultada sobre lo que le genera cuando escucha frases como "la Argentina va camino a ser Venezuela" o "ya se parece a Venezuela", la joven profesional aseguró que "realmente no saben lo que es tener una situación como la que vive mi país".