La historia de José y su papá con covid escriben un mensaje de esperanza
José Delgado lleva 178 días sin poder viajar y abrazar a su padre Luis, que a los 73 años se contagió en el geriátrico de Cosquín donde reside. La angustia es grande pero también la gratitud al personal de salud al que este sanfrancisqueño le dedicó un emotivo video.
Por Isabel Fernández | LVSJ
"No estés solo en esta lluvia, no te entregues por favor (...). Si debes ser fuerte en estos tiempos, yo estoy con vos (...) Nos veremos otra vez", dice Seru Girán. Nada más adecuado para sentirse cerca estaépoca de aislamiento y distanciamiento social.
Los adultos mayores son los más vulnerables y los geriátricos un blanco fácil del coronavirus. El sanfrancisqueño José Delgado tiene a su papá Luis Alberto Delgado, de 73 años, internado desde hace seis en la Residencia Psicogeriátrica Parque de Cosquín, quien fue uno de los 50 casos de covid-19 registrados en el lugar.
Aunque los sentimientos que surgen primero en esta situación difícil, son el miedo y la incertidumbre, la fuerza, la unidad, la fe y la transmisión de buenas vibras son más fuertes que cualquier virus.
Entre tantas historias que deja la pandemia, se destaca la de José y su papá Luis, una en la que el amor es el principal remedio. El amor de hijo, de hermanos, de nietos, de amigos, el de la vocación, el que se brinda a todos dando fortaleza también a quienes cuidan a los adultos mayores en los geriátricos.
Durante todos estos años, hasta que comenzó la pandemia José viajaba todos los fines de semana a visitar a su papá a Cosquín, pero los encuentros se cortaron con la cuarentena. Desde hace 179 días no puede viajar y abrazarlo.
Ahora, en medio de la impotencia y la angustia por la situación, José no se quedó de brazos cruzados y gracias a la fe y el amor de sus amigos, grabó un video en el que envían fuerzas a todos los contagiados, pacientes y profesionales de la salud.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO José contó su historia para ayudar a todos los que pasan por estas situaciones.
"Lo que podemos hacer en esta crisis es apuntalar, amar y ser amados. Es importante la oración, la buena vibra para todos, hay que buscar algo que te de paz y no mirar tanto las noticias porque preocupan y todo te afecta. Hay que ponerse en los zapatos del otro y comprender, saber que todo pasa y que ya nos vamos a volver a encontrar", dijo.
Su papá Luis ahora está estable, pero el coronavirus se sumó a otras patologías que ya tenía y que motivaron su internación y atención especial hace unos días.
"La incertidumbre que se vive es muy grande -reconoció José-, los doctores nos dan el parte oficial pero también entre los familiares surgen especulaciones y habladurías, ahí aparece el miedo".
"Mi papá fue uno de los cinco que tuvieron que internar en una clínica para estabilizarlo. Son muchos ya los infectados entre pacientes y trabajadores de la salud en el geriátrico
nos mandan un informe dos veces al día que es general, solo informan sobre la salud de tu familiar si lo tienen que internar o hay algún problema", contó.
Afirmó que la situación "es angustiante porque en cada llamado, tenemos miedo, da mucha impotencia porque no sabemos qué hacer. Esto es el día a día, hoy no te dicen nada y mañana te avisan que pasó algo. Mi papá con sus patologías tiene todo en contra pero la está llevando bien, no tuvo fiebre, lo estabilizaron y come bien".
El compromiso de los "hermanos de la salud"
José destacó el compromiso y la entrega del personal de salud de la residencia, que es insuficiente ya que hubo varios contagiados."Son los hermanos de la salud. Siempre lo cuidaron mucho a él y a los otros adultos mayores que viven en la residencia, hicimos videollamadas y nos mantenemos en contacto a la distancia
"Sabemos que con el personal contagiado son pocos los que quedaron en condiciones de atender a los adultos mayores por eso iba a ir a trabajar, a ayudar al personal y ponerme al servicio de ellos, pero es muy complicado porque tengo mi trabajo acá también", dijo.
Si cuesta entender la situación por la pandemia, mucho más les cuesta a los adultos mayores en los geriátricos que esperan la visita de sus seres queridos. José aseguró que su papá "dentro de todo está bien porque no tiene conciencia del espacio y tiempo y no es tan duro como aquel que tiene conciencia y que sabe que el familiar no va, incluso muchos ya sufrían la ausencia de familiares antes de la pandemia".
En todos estos años de viajes los fines de semana, José no solo visitaba a su papá sino también a sus compañeros de la residencia. De esa manera construyó con muchos un vínculo familiar.
"Los abuelos internados me extrañan porque hace tantos años que voy y siempre los visité a todos, no solo a mi papá. Ellos son parte mía porque compartí mucho, me dicen que me extrañan", comentó.
José dijo que en las visitas recibió mucho amor no solo de su papá sino de los otros adultos."Muchos no tenían a nadie que los visite y me decían que me querían como un hermano. Eso me emociona mucho y hace que se expanda el alma. Me siento un bendecido de haber recibido todo ese amor de ellos y todo gracias a mi papá".
Un video para agradecer
Como no podían hacer nada en medio de tanta incertidumbre José y sus amigos decidieron ayudar. Por eso grabaron un video alentando a los abuelos y al personal de salud.
"Quisimos hacer este video para agradecerles todo el trabajo que están haciendo, no tenemos palabras para poder expresar lo que sentimos. Enfermeros, médicos, todos los profesionales de la salud trabajan con mucho amor para cuidar a los pacientes en el geriátrico, están dejando todo en su trabajo", destacó José.
Afirmó que el video es muy emocionante"porque lo hicieron amigos de la familia, que conocen a mi papá de hace mucho, de Rafaela, de San Francisco. Les mandamos fuerzas, diciéndoles que estamos al lado de ellos aún a la distancia, además de estar rezando para que sigan teniendo fuerzas. La idea es que podamos darles una mano desde lo afectivo, con la oración y la buena vibra".
"La sensación que tenemos los familiares es que no sientan que los dejamos, no queremos que se sientan abandonados. Porque se dan cuenta que los familiares no fueron más, no le hablaron más, nadie les agarra la mano porque están todos con guantes", finalizó.
Cómo acompañar a un familiar aislado o internado por coronavirus
Cuando se recibe el diagnóstico de la enfermedad, el impacto es grande tanto para la persona enferma como para toda la familia, que debe adaptarse a la nueva realidad, ya sea de aislamiento o de internación del familiar infectado.
En esta situación, el rol del cuidado tiene que econtrar otros caminos y es fundamental el acompañamientos psicológico tanto para el familiar como para el paciente internado ya sea en un geríatrico, hospital o clínica.
Las licenciadas en Psicología, María Emilia Gobbo (MP-6876) y Laura Boiero (MP-4946) explicaron cómo debe ser el abordaje y acompañamiento en estos casos.
Si bien en la mayoría de los casos, el acompañamiento de la persona enferma no se puede hacer de manera presencial, la tecnología brinda la posibilidad de estar más cerca a través de videollamadas o llamadas telefónicas.
"Los vínculos emocionales que establecemos las personas con nuestras familias, amistades y personas significativas son muy importantes en todos los momentos de la vida, pero en el transcurso de una enfermedad adquiere un valor fundamental para el proceso de recuperación o bien en el acompañamiento en el final de la vida (cuidados paliativos)", afirmó la licenciada Gobbo.
Remarcó que en ésto es importante "prestar atención a la forma en cómo nos comunicamos con la persona infectada, ser empáticos, no juzgar, evitar reacciones emocionales intensas y saber contener en caso de que la reacción emocional intensa sea por parte de la persona enferma".
Escucha atenta y empática
Actualmente existe un protocolo nacional que permite, bajo normas de seguridad y en condiciones específicas, el acompañamiento presencial de pacientes terminales con covid, pero no todas las instituciones cuentan con los recursos humanos suficientes para llevarlo a cabo. En ese caso, el acompañamiento telefónico es muy importante para promover una menor sensación de soledad por parte del paciente.
Gobbo remarcó que la "escucha atenta, empática y activa es una herramienta simple y poderosa para acompañar tanto a familiares como a personas enfermas. Escuchar sin juzgar, favorecer la expresión de las emociones y demostrar capacidad de contención. Es necesario también establecer un contacto cálido con la persona enferma, transmitir calma".
Agregó que se debe "evitar actuar de manera impulsiva, pensando bien lo que se quiere transmitir. Evitar dar consejos o indicaciones sobre lo que tiene o no tiene que hacer. En síntesis, debemos aprender a poner en práctica la validación emocional, esto significa aceptar las emociones del otro sin juzgarlas y sin forzar a que sean de otra manera".
"Comunicarse de esta manera fomenta la confianza en los vínculos y puede disminuir la sensación de aislamiento.Por otra parte, los familiares que deben acompañar a la distancia a la persona enferma también deben contar con una red de contención. En situaciones como estas, los vínculos son de suma importancia", dijo.
¿Qué miedos pueden surgir?
El miedo es una emoción básica del ser humano que posibilita la búsqueda de mecanismos para protegernos del peligro ante una situación de alto impacto emocional. Gobbo admitió que es inevitable sentir algún tipo de miedo cuando una persona recibe el diagnóstico de esta enfermedad, "puede aparecer el miedo a contagiar a seres queridos, miedo a la soledad en situación de internación, al aislamiento prolongado a la muerte".
El rol de los equipos de salud mental
El rol de los equipos de salud mental en el acompañamiento de la persona enferma es fundamental. En ese sentido, la licenciada Boiero dijo que en el Hospital Iturraspe, se solicita interconsulta con el servicio de Salud Mental ante la presencia angustia, ansiedad o patologías asociadas como trastornos del sueño.
"El aislamiento genera sensaciones de vacío, tristeza, angustia, aburrimiento. Las intervenciones de nuestro servicio dependen del equipo profesional a cargo, en algunos casos las mismas pueden ser presenciales, los profesionales se visten con el equipo de seguridad que ofrece el hospital y asisten a la persona enferma o por medio de video llamadas".
Además se implementan técnicas de contención, asesoramiento, información o estrategias específicas de acuerdo a lo que la persona necesita en el momento. Boiero dijo que con esto "se busca bajar la ansiedad, acompañarlo, tranquilizarlo. También se debe evaluar si el paciente necesita además tratamiento psicofarmacológico".
"En San Francisco, los familiares no tienen contacto con la persona enferma mientras esté internada en el área covid. La familia tiene contacto telefónico o por video llamada. Si hay niños en la familia, se sugiere el contacto por video llamada con los mismos para bajar sus ansiedades y para mantener el vínculo", informó.Por otra parte, remarcó que en los inicios de la pandemia desde salud mental "se realizó un acompañamiento a todo el equipo de salud realizando un abordaje de contención psicológica a médicos, enfermeros, etc. que luego debían brindar asistencia a las personas enfermas".