La historia de Camila, golpeada y violada, vivía presa como animal de su novio
Todo sucedió un verano cuando Camila De Rosa fue a decirle a su pareja que lo dejaba cansada de los vejámenes a los que la sometía. La reacción del abusador fue apuntarla con un arma, amenazar de muerte a su familia y encerrarla en el patio.
La historia de Camila De Rosa se hizo conocida en medio de una enorme vorágine de mujeres que comenzaron a contar situaciones de acoso y abuso sexual en su vida, muchas en su adolescencia e infancia.
Pero lo que contó ella en su cuenta de Twitter días atrás, podría ser también la historia de cualquier otra joven que sucumbió ante la violencia de un hombre y logró salir de ese círculo para recomenzar su vida.
Hay muchas "Camilas" por ahí, con cosas que contar y sus palabras, también son las de cientos de mujeres que pasaron situaciones similares en algún momento. Su relato tiene tintes de violencia verbal, psicológica, sexual, amenazas e incluso llegó a vivir a la intemperie en el patio de su casa.
Lo que contó a LA VOZ DE SAN JUSTO es un cuento pero de terror donde logró salir adelante y reconstruir poco a poco todo su entorno, dejar de mentir a otros y de mentirse a sí misma. Eligió no decir cuándo sucedió, pero su relato podría suceder en cualquier momento.
- La situación que pasaste fue muy dolorosa, ¿cómo sucedieron las cosas?
Había sucedido en vacaciones de verano, no tenía colegio por eso recuerdo bien, en cuanto a la historia con mi novio estuvimos 6 meses bien, sin violencia, era una relación normal. Después empezaron a haber episodios de empujones, gritos, hasta que pasaron a cachetadas, golpes que dejaban moretones, y tirones de pelo. Los insultos nunca faltaban, y cada vez que yo quería alejarme, primero lloraba, y si lo ignoraba el amenazaba con matar a mis hermanitos y mis papás. Esa fue la principal razón para quedarme callada mucho tiempo.
- Pero después empeoró todo, ¿fue cuando decidiste dejarlo?
Eso pasó una de las tantas veces que quiero dejarlo, esa vez estaba decidida entonces fui a su casa, le comento que esa relación tenía que terminar. Ahí fue que me dijo, "antes de que te vayas quiero darte algo". Entró a su casa y salió con un arma ahí me apuntó en la sien, me levantó de donde yo estaba y repitió: "Si no sos mía no sos de nadie, decidí".
Yo estaba llorando desesperada así que le dije que sí me quedaba con él y no me creyó. Ahí empezó la peor parte, la más dura porque decidió mantenerme en su casa por varios días. Estuve durmiendo en un cartón en el piso, me traía un poco de comida y bebida, también el teléfono para que le avisara a mi familia y amigos que estaba bien con él.
- ¿También te violó?
Cada vez que podía me violaba, después de vuelta me amenazaba con que si yo hablaba sus hermanos y primos iban a buscar a mis hermanitos, así que me quede sumisa y callada. Luego de varios días, dos semanas vino como siempre a dejarme comida y esa fue la primera vez que dejó la puerta abierta. Aproveché, lo empujé y corrí, después salté el tapial, me metí a la casa de una vecina, y puse la llave, la pobre señora no entendía nada. Primero me pedía por favor que no le robe, y después cuando le expliqué todo, quería ayudarme y llamar a la policía. Yo en ese momento le pedí por favor que no, que espere.
- Después vino la reacción y la denuncia
Cuando me decido a hablar, le comenté a mi mamá todo lo ocurrido. Mi papá me acompañó a la policía. A la semana, me citan a tribunales, con él ya no había tenido contacto, pero casi muero de miedo cuando lo veo esa mañana. Pensé que los policías nos invitaron a hacer un picnic una mañana cualquiera a mí y a mi violador, me sentí súper ofendida y desprotegida. Después de varias citaciones, le dieron una orden de restricción pero la rompió cuando me escribió y apareció en mi colegio. Entonces volví a denunciar, sentía que se me burlaban y, en frente de la jueza me dijo: "Voy a salir y te voy a encontrar". Ahí me enteré que tenía varias denuncias e iba a ir a una prisión.
Con terapia y apoyo de su familia Camila
logró salir adelante, aunque confiesa que todavía siente miedo y su exnovio
"aparece" en los sitios a los que ella concurre
- ¿Lo volviste a ver o te molestó?
Desde ese momento no lo vi nunca más por 3 años y medio. Este año este año, lo vi en un negocio, me comuniqué a la policía, para averiguar si era él o quizás vi mal, y la policía solo me dijo: "Y piba, lo habrán liberado, pero todavía está vigente la orden de restricción". Desde ese momento a ahora, lo he visto varias veces afuera del boliche al que concurro, en plazas conocidas de la ciudad, haciendo su vida como un ciudadano cualquiera, no tuvimos más contacto, pero el miedo me persigue de todas formas.
- ¿Cambió mucho tu vida desde entonces?
Mi vida después de eso fue difícil, cuando trate de ponerme en pareja querían abrazarme y yo me corría como un reflejo de miedo. Hoy en día puedo llevarlo mejor, trato de no estar sola nunca, de que mis amigos me acompañen a casa, o al menos al remis.
- Muchas personas lo primero que dicen es 'porque no denunció antes' y dónde estaba la familia, como víctima qué les dirías.
En mi caso fue, que como víctima, si yo denunciaba y él estaba preso, no terminaba todo ahí. Yo misma escuché a sus primos y hermanos cómo le pegaban a sus novias. Pero también tenía miedo por mi familia, me sentía la culpable de todo. Por suerte me animé a hablar y no pasó nunca nada, pero en el momento, a uno lo ciega el miedo porque estamos hablando de una persona que por una escena de celos en plena vía pública me dio la frente contra un poste, una señora vio todo y se volvió a su casa, porque ella también tuvo miedo. Es fácil verlo desde afuera y decir qué harías, difícil es hacerlo.