La cabina pública de teléfono que se niega a morir
A diario pasan cientos de personas por la plaza General Paz pero pocos se percatan que ahí está la base donde el municipio puso el primer teléfono público en 1937. Sin señalización alguna, permanece casi intacta a más de 80 años de su colocación bajo la intendencia de Raúl Villafañe.
Por Ivana Acosta
Plaza General Paz o Sur -como se la llamó a principios del siglo XX cuando fue creada- fue el primer espacio verde bien conformado en un incipiente San Francisco.
Hoy es el lugar donde muchos pibes juegan en el tobogán más alto de todos, o se disputan la famosa plancha y quizá hasta sienten que podrían tocar el cielo mientras "vuelan" en una de las hamacas. Cuando pensamos en esta plaza también la asociamos a la fuente o a los bancos revestidos con las clásicas mayólicas.
Sin embargo, son pocos los que saben o recuerdan que este espacio verde estuvo el primer teléfono público de la ciudad. Le pasan cientos de personas al frente, pero pocos le prestan atención.
Precisamente ahí frente a esos juegos, en donde alguna vez estuvo el espacio para que el placero pudiera refugiarse los días de mal tiempo y también guardara sus herramientas, se encuentra la primera cabina o lo que queda de ella y que funciona como un monumento a la telefonía olvidado de nuestra ciudad.
Tiene un cartel que incluso dice "Municipalidad - 1937", año en que fue colocada. A diferencia de las cabinas que todos recordamos y que tuvieron auge en las décadas del '80 y '90, ésta de principios del siglo XX era un simple teléfono que estaba en una casilla cerrada y al que se podía acceder gracias a ese placero.
"Señor, ¿podría abrirme para hacer una llamada?", podía escucharse en aquel tiempo.
Lo abonado por el servicio no caía en el interior del aparato, sino que el mismo placero era el encargado de cobrar y rendirle a la empresa privada Compañía Central de Teléfonos.
La primera
La plaza General Paz era popular por tener el "kiosco", una construcción artística similar a un escenario de seis caras donde actuaba la banda de música. Debajo había un subsuelo para que el placero pueda refugiarse y guardar sus herramientas de trabajo.
Bajo la intendencia de Raúl Villafañe (1936 - 1940) en 1937, se instaló en la plaza Sur el primer teléfono público, sumamente útil para los vecinos que no tenían una línea en su casa o comercio.
"El funcionamiento era posible solo pidiendo al placero que abra con su llave la cabina donde se hallaba instalado el artefacto. Se abonaba con una cifra módica para que la municipalidad (propietaria de la línea) no deba aportar de su caja", detalló Arturo Bienedell, presidente de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región (AGM).
La utilidad de esta primera cabina telefónica fue importante para la comunidad que la mantuvo activa durante 50 años desde que la pusieron en funcionamiento en el '37. Con el tiempo también fue blanco de vandalismo por las pintadas, e incluso perdió la iluminación que estaba en la parte superior y de la cual hoy solo queda un hierro inerte.
En los años '80, cuando empezó a caer en desuso porque el servicio se popularizó entre la ciudadanía y se tornó más accesible, se demolió el artístico "kiosco" y quedó en el lugar un espacio de circulación.
Las que quedan
Las casas sanfrancisqueñas se fueron poblando de a poco de teléfonos de línea. Pero durante muchos años las cabinas para quienes no podían acceder al servicio fueron aliadas para poder llamar.
Tiempo más tarde, luego de la privatización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) en 1990 bajo la presidencia de Carlos Menem, esas cabinas llevaron el nombre de Telecom, la empresa que tiene la concesión. Primero fueron azules, después se convirtieron en grises que hoy - en contadas calles - se pueden ver todavía en la ciudad. La mayoría están rotas, sin servicio y sucias.
Hace 2 años, el municipio pidió a Telecom que las retire y cuarenta de estas fueron llevadas a un depósito en la ciudad de Córdoba. Solo se dejaron las que aun funcionaban.
Días atrás, en el Concejo Deliberante a través de la "Banca del vecino" se pidió, entre otras cosas, que los ediles aprueben el retiro total de las cabinas que quedan en las calles por el estado en que se encuentran, al estar inactivas.
Consultados sobre cuántas cabinas quedan en la ciudad actualmente, el responsable de Relaciones Gubernamentales, Comunicación y Medios de Telecom, Gustavo Arraigada, dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO que sólo 32 están en las calles, y 15 son usadas en el Servicio Penitenciario.
Es cierto que después que la telefonía fija y más aun con los celulares las cabinas públicas de teléfono quedaron obsoletas. Sin embargo, la de la plaza General Paz es histórica por ser el primer aparato de este tipo que hubo en la ciudad.
Por eso, debería ser conservada y señalizada como tal para contribuir a la riqueza cultural de San Francisco. En el mientras tanto, esta se niega a morir y se mantiene en el mismo sitio, aunque ya no llame.