Juan Grangetto, el hombre de campo que cultivó el espíritu cooperativo en Freyre
Con 42 años de actividad como veterinario, vinculado a la Cooperativa Agrícola Ganadera y de Consumo Ltda., Juan Grangetto además de profesional es un amigo de la gente. Forjó una carrera en base a los valores y principios del cooperativismo, una de las manifestaciones más auténticas del hombre como ser social.
Por Vanina Panero
El sueño de todo joven profesional que egresa de la universidad es insertarse rápidamente en el mercado laboral. Es el caso de Juan Grangetto, el médico veterinario de la localidad de Freyre que cumplió 42 años de actividad, de la mano de la Cooperativa Agrícola Ganadera y de Consumo Ltda. en la que presta servicios desde 1976.
Hoy, con 66 años, transita sus últimos pasos como regente de la veterinaria con la que cuenta la entidad, ya que en breve dejará de pertenecer a la misma y progresivamente, también a la prestación de servicios veterinarios. De esta manera se posiciona como uno de los profesionales del rubro con mayor trayectoria en una cooperativa de nuestra zona.
En entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, Grangetto aseguró que "la cooperativa es como mi segunda casa. Fue la que me abrió las puertas para mi crecimiento profesional y me permitió desempeñarme en lo personal y en lo laboral fiel a los principios cooperativos".
- ¿Cómo surge posibilidad de ingresar a trabajar a la cooperativa?
Cursé mis estudios en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en la localidad de Esperanza. Terminé mi ciclo universitario en 1975 y en 1976 comencé a trabajar en la Cooperativa Agrícola- Ganadera, iniciando así mi tarea profesional en Freyre.
En aquel entonces, tras el retiro de un colega, el directorio de la cooperativa, pensando que yo era un "hijo" de Freyre me brindó la posibilidad de formar parte de la estructura de esta entidad y así fue como comencé mi trabajo en la zona, la cual era muy amplia".
El veterinario junto al actual presidente de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Consumo Freyre, Ltda.
- ¿Cómo fueron esos primeros pasos?
En ese entonces sólo éramos tres profesionales veterinarios en todo el pueblo. El trabajo en la cooperativa me permitió establecer contacto con mucha gente, no sólo en lo profesional sino en el personal; entablar relaciones de amistad con cientos de personas,
Tenía oportunidad de trabajar en otros lugares pero Dios me iluminó de quedarme en Freyre e ingresar a la cooperativa. En ese momento el presidente de la cooperativa era Miguel Tortone, quien residía en el campo y venía todos los días a la cooperativa. Un hombre muy noble, humilde pero con fuerte deseos de progreso.
La relación con los productores fue creciendo y capté un porcentaje muy grande de la zona que se lo debo a la cooperativa que es mi segunda casa. De hecho llegué a atender hasta 120 tambos yo solo.
"El cierre de tambos obligó a los productores a ser más eficientes y a nosotros, a hacer un trabajo más intensivo en lo que hace al seguimiento del rodeo lechero, fundamentalmente en el control reproductivo".
Esos primeros años de trabajo fueron muy intensos ya que los horarios eran cargados para poder atender todo, inclusive privándome fines de semana y feriados para poder atender a los productores a cualquier hora que me necesitaban. Hasta me ha tocado tener que salir de una fiesta, cambiarme e ir a asistir un parto o cesárea de una vaca.
- Desde aquellos años, ¿qué cambios experimentó hasta la actualidad?
En esos años, los tambos eran más pequeños que los actuales tal vez con 100-120 vacas cada uno, siendo que después muchos cerraron y la actividad se concentra hoy en unos 60 tambos con entre 300 y 400 vacas en producción. Son etapas completamente distintas ya que antes vivía toda la familia en el campo.
Tal es así que cuando terminábamos el trabajo, nos invitaban a la cocina de su casa para compartir unos mates con chorizos de campo. Era todo muy familiero.
Hoy, la actividad con grandes rodeos de vacas se ha dividido las tareas e inclusive la instrucción de la tecnología hace que todo sea un poco más "frío" en materia de relaciones personales. De hecho, en este momento estoy trabajando con la tercera generación de muchos establecimientos tamberos.
La lechería siempre ha tenido altibajos, pero lo que hay que destacar es que los "gringos" de nuestra zona siempre le han puesto muchas fichas. Es una actividad muy dura donde se depende mucho de la mano de obra capacitada, pero que ha contribuido al crecimiento de la región, teniendo inclusive una empresa como Manfrey que cataba la mayor producción de leche de la zona y es también una cooperativa.
Las vacas, la pasión de Grangetto desde hace cuatro décadas
- ¿Cómo incidieron estos cambios en el desempeño profesional?
El cierre de tambos obligó a los productores a ser más eficientes y a nosotros, a hacer un trabajo más intensivo en lo que hace al seguimiento del rodeo lechero, fundamentalmente en el control reproductivo.
El cambio de alimentación en animales ha traído ciertas deficiencias reproductivas que nosotros tenemos que solucionar.
En esto juega un rol imprescindible la continua capacitación, de la cual me he encargado de manera constante participando de todos los cursos y congresos que se dictaron desde el colegio de veterinarios, como desde otras instituciones vinculadas al sector.
- Haciendo un balance de su trayectoria, ¿qué aspectos positivos rescata y qué cambiaría?
Tuve una vida muy linda en un pueblo pequeño donde todos nos conocemos y lo fundamental es haberme relacionado con mucha gente, donde nos tratamos a un mismo nivel, tratando no sólo de ser profesional sino amigo de la gente. Eso me ha llevado a perdurar en el tiempo y a tener un número importante de productores que siguen confiando en mí y en los colegas que trabajan conmigo.
He tratado de ser muy fiel y leal a los principios cooperativos tanto en la institución como con los productores.
Siempre nos quedan cosas pendientes, pero estoy muy conforme de llegar a mis 66 años y haber trabajado con la honestidad que lo hice. De hecho, este es un mensaje que puedo dejar a las generaciones, que todo se va dando en la vida de manera progresiva, con humildad y honestidad.
Sigo en la actividad aunque no se por cuánto tiempo más. El cuerpo siente el desgaste de estos años, por lo que poco a poco iré "entregando las armas".
Como aspecto negativo puedo hablar en lo personal del año 2004, el más triste de mi vida ya que perdí a mi hijo menor (de 21 años) en un accidente de tránsito. Es la prueba más tremenda que puede tener un ser humano y gracias al apoyo de mi familia y amigos pude salir adelante y mantenerme en la actividad.
No he parado de participar ni en la profesión ni en las entidades del pueblo, porque eso me ha hecho muy bien. El trabajo es lo que me ha mantenido a flote durante estos últimos 14 años, desde aquel acontecimiento tan terrible.
Creo que he dado lo mejor de mí, tanto en lo profesional como a las instituciones del pueblo. Por eso quiero agradecer a la cooperativa, a los productores que confían en mí y siguen confiando y a mi pueblo, Freyre, les doy un gracias enorme.
Grangetto frente a la veterinaria de la cooperativa, su "segunda casa"
Productor y dirigente, sus otras facetas
Además de médico veterinario, Grangetto es productor agropecuario en la zona. Primero tambero y ahora agrícola, fue uno de los tantos productores que abandonó la actividad lechera tras las devastadora inundación de 2012, que dejó al pueblo y los campos bajo agua.
Otra de sus facetas fue su participación en las instituciones del pueblo y entes regionales. Según aseveró, "en la Universidad nos preparan no sólo para desempeñar nuestra profesión sino para relacionarnos con la sociedad y devolverle lo que en cierto modo la universidad nos dio".
"Por ello, a lo largo de toda mi vida fue muy intensa mi participación en distintas entidades de Freyre y la zona, inclusive muchas de ellas, vigentes", precisó.
Y mencionó su apoyo a las subcomisiones del Club 9 de Julio Olímpico llegando a la presidencia de la institución deportiva en el año 1995 siendo también presidente de la comisión organizadora de la Fiesta Nacional del Sorgo y la Cosecha Gruesa. También integró el Consejo Asesor del Inta San Francisco, consejero y síndico del directorio de Manfrey entre 2002 y el 2014.
Asimismo, incursionó en la política siendo candidato a legislador departamental en dos oportunidades.
Hoy integra el Consorcio Caminero de Freyre y el Consorcio Canalero del Noreste Cordobés, y desde hace 14 años, preside la Comisión Interprovincial para la Seguridad Rural.