Isaías, un hijo de Malvinas que atesora una colección de guerra con mucha historia
En Frontera, el joven colecciona juguetes de la temática bélica, pero para él, la guerra no es un juego.
Isaías Jesús María Arellano Galarza tiene 14 años y colecciona juguetes de guerra. Soldaditos, camiones, tanques, trincheras, todo un universo de piezas que son un tesoro para ese adolescente de Frontera.
Un dato: Isaías es hijo de un excombatiente de Malvinas, lo que hizo que esa curiosidad por las piezas bélicas que descubrió en él a partir del cine, se intensificara.
Aunque su padre le construyó una habitación para su colección, Isaías asegura que no es suficiente y va por dos tesoros casi imposibles de conseguir: el tanque Churchll y el Tanque Mediano Argentino (TAM).
Cursa tercer año de la escuela Nº 329 "Brigadier Estanislao López" de la vecina ciudad, estudia alemán y es un apasionado de la historia de las guerras.
"Cuando tuve la suficiente edad, mi papá Jesús me contó que él es un excombatiente de la guerra de Malvinas y eso me hizo interesarme aún más en distintos conflictos bélicos".
Un hobby poco común
Libros, películas e Internet alimentan su afición. "Mis amigos saben poco de mi colección pero dicen que soy 'un loquito de la guerra'... y tienen razón", bromea el adolescente en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Isaías tiene al ejército italiano de Benito Mussolini; el japonés; las ratas del desierto de la séptima división Acorazada Británica; los soldados norteamericanos que lucharon en la guerra de Vietnam y los paratroopers estadounidenses. Además, los modernos; los de la Unión Soviética; la Wehrmacht, el Deutsches; la Afrikakorps (DAK) y la Luftwaffe, todos de Alemania.
Se suma una gran colección de tanques - solo faltan el Churchill y el Tanque Mediano Argentino-, trincheras y otras piezas del mundo bélico. "Con Internet y con mucha suerte, pude ir consiguiendo las piezas; aunque las de Alemania casi no se consiguen. La casualidad ayuda mucho", cuenta Isaías.
La dificultad de hallar este tipo de juguetes tiene que ver con que "la gente ya no quiere revivir esos momentos. Solo se consiguen colecciones muy costosas. Es importante que la gente conozca la historia oculta y sepa qué pasó en nuestro país y en el mundo", exhortó.
Del cine a la vitrina
La pasión de Isaías comenzó cuando tenía 7 años y vio dos películas de guerra que influyeron para luego adquirir el mote de coleccionista: "Códigos de guerra", que trata sobre una historia real de dos oficiales cuya misión es proteger a un par de indios navajos enrolados en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial, y
"Salvando al soldado Ryan", la afamada cinta ambientada en la invasión de Normandía en la misma época.
"Me gustaron tanto esas películas que empecé de a poco a investigar sobre distintas batallas a lo largo de la historia. Cuando tuve la suficiente edad, mi papá Jesús me contó que él es un excombatiente de la guerra de Malvinas y eso me hizo interesarme aún más en distintos conflictos bélicos", relata el joven.
Ya con el conocimiento suficiente, Isaías comenzó a adquirir juguetes de guerra, especialmente soldados de distintos pelotones que reconoce, a la hora de comprar, "por su traje, sus armas y elementos".
Para el joven, los tanques de guerra son lo más valioso de los tesoros que tiene. "Me gustan más porque son más seguros para los soldados y tienen más armamento, pero me atraen mucho las construcciones alemanas por el aporte que hicieron a la ciencia porque fabricaron los primeros aviones a reacción y los primeros supertanques".
Con enorme esfuerzo, sus padres, Jesús y Elsa, acompañan la pasión de Isaías. "Mis papás me compran las cosas porque saben que me gusta y mucho".
Isaías junto a su familia compartió si colección con LA VOZ DE SAN JUSTO
Una vida de colección
Coleccionista desde siempre. Precisamente, cuando tenía 7 años, LA VOZ DE SAN JUSTO lo había entrevistado por su colección de piezas de dinosaurios. Ahora, espera en la adultez convertirse en empresario de armamentos, una especie de Tony Stark del comic Iron Man. "Me gusta aprender y saber de la historia. Hay cosas que no se saben y yo quiero aprender todo el tiempo", concluye.