Intertribus, una tradición escolar que rescata el pasado aborigen
Desde hace casi 40 años, las intertribus escolares del Instituto José Manuel Estrada se convierten en el festejo de los estudiantes cada septiembre. Aunque esta vez no será posible por la pandemia, destacan el sentido de pertenencia que supo generar en los alumnos rindiendo honor a los primeros pobladores de la zona.
Por Vanina Panero | LVSJ
Desde sus orígenes, las tribus cumplen un rol fundamental en la localidad de Altos de Chipión. Así como hace más de 200 años los aborígenes supieron organizarse para poblar la zona, desde hace casi 40 años, la única escuela secundaria del pueblo mantiene vigente una tradición que hace honor al pasado indígena: las Intertribus escolares.
Se trata del Instituto Secundario José Manuel Estrada que cada septiembre con motivo del Día del Estudiante organiza una competencia deportiva y cultural que incluye a todo el alumnado. Los estudiantes, de 1º a 6º año se dividen, mediante un sorteo, en dos tribus: Wamba y Saeyú.
Cada grupo elige a sus dos caciques: un chico y una chica, que deben ser alumnos del último año. A su vez, éstos escogen a los subcaciques, que serán estudiantes de un curso menor, para que el liderazgo continúe cuando ellos egresen.
Los jóvenes desarrollan aptitudes físicas e intelectuales, pero también aprenden otros valores como el trabajo en equipo, el compromiso y conducción de grupos.
Además, es el "semillero" de grandes deportistas que tuvieron trascendencia a nivel nacional e internacional, entre ellos los hermanos Nicolás y Guillermo Burdisso. El proyecto también tuvo influencia en la elección de la carrera, siendo que a partir de esta experiencia muchos eligieron el profesorado de educación física para su futuro.
Cada septiembre, los padres también se suman a alentar a los chicos de las dos tribus
Una marca registrada
Si bien este año la pandemia impedirá su realización, la tradición es "marca registrada" desde 1982. A partir de ese año, la escuela supo generar en los chicos un sentido de pertenencia tanto con la institución como con su pueblo cuyo origen está vinculado a los aborígenes que habitaron la zona, desde fines del siglo XVIII y hasta comienzos del siglo XX.
Aunque no existen versiones documentadas, la tradición oral y algunos historiadores (como Ramón Loyola Saumell) sostienen que el nombre del pueblo deriva de un cacique mestizo llamado Chipión, hijo de un soldado español y una indígena guaycurú, jefe de un grupo sanavirón que habitaba la zona de Ansenuza a fines del XVIII.
Las carrozas, un atractivo que cierra los festejos de los estudiantes. Se reedita en 2013 con motivo de los 50 años de la escuela
"Papá Burdisso", el precursor
Enio Burdisso, padre de los famosos futbolistas Nicolás y Guillermo, fue el precursor del proyecto. Fue director y profesor de educación física del colegio Estrada.
"La idea la traje de Córdoba cuando me recibí. Es una tradición de los institutos de Educación Física y que me pareció interesante aplicarla en la escuela", contó el profesor a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Fue en 1982 cuando empezó todo. "El colegio se dividió en dos grupos con alumnos desde 1º a 5º año. Fueron ellos los encargados de elegir a sus caciques y subcaciques, el nombre de la tribu, el color, el estandarte y el lema", comentó.
Así nacieron Wamba (representado por el color amarillo) y Saeyú (distinguida con el rojo). "Coincide que mantiene los mismos colores que yo tenía en la facultad", sostuvo.
Según contó Burdisso, todo comenzaba la semana previa al Día del Estudiante y "si no terminábamos se extendía hasta la semana posterior".
"Se hacía una competencia deportiva en todas las disciplinas y era obligatorio que todos participaran. Como en aquel entonces teníamos la ventaja de conocer muy bien a todos los alumnos, junto a la profe mujer , tratábamos de buscar a dos caciques con condiciones deportivas similares, para que la competencia fuese pareja", continuó.
El profe, ya jubilado, contó que "se elegían dos caciques por tribu: un varón y una mujer de 5º año quienes su vez designaban a los subcaciques, de 4º año para que continuaran con el legado cuando ellos egresen".
"Después se dividían las categorías según las edades", agregó.
Burdisso recuerda que las competencias eran muy intensas pero que "el día después de la competencia se pasaban las broncas".
"El festejo concluida con el picnic del Día del Estudiante donde además se develaba el amigo invisible, otra propuesta de la escuela junto a las tradicionales carrozas que hacían los chicos", sostuvo.
Su mayor satisfacción es que la iniciativa pudo mantenerse en el tiempo: "Hasta el dia de hoy me cruzo con ex alumnos que son profesionales y tienen excelentes recuerdos de la competencia".
Vanesa Burdisso- su hija- es hoy junto a su colega Jorge Biolatto, la encargada de continuar con el legado de Enio.
"Semillero" de profesores y grandes deportistas
Además de ser docente, Jorge Biolatto fue ex alumno del colegio y asegura que mucho tuvo que ver la competencia a la hora de elegir su carrera profesional.
"es un proyecto muy fuerte del colegio como marca registrada, que lo han tomado otros, pero que no se si con tanta antigüedad", reconoció el "profe".
Destacó que "la intertribus marcó mucho mi adolescencia y juventud al punto tal que incluyó a la hora de decidir mi futuro profesional. En eso también tuvo mucho que ver Enio que no sólo fue profe sino que soy su sucesor en la docencia, ya que yo entro cuando él se jubila".
"Yo era del rojo, aunque muchas veces no quiero decirlo para que mis alumnos no piensen que cobro mas para un lado que para otro", expresó
Biolatto reconoció que la competencia se fue adaptando con los años siendo que el alumnado creció e inclusive debieron acudir a nuevas actividades para incentivar a los chicos.
Una de ellas fue la confección y desfile de carrozas, que se retomó en 2013.
Por su parte, Ana Villarroya ex alumna y ex docente de la institución remarcó que el colegio fue también "semillero" de muchos deportistas que supieron trascender tanto a nivel nacional como internacional.