Hay camas pero faltan médicos terapistas
Rodolfo Buffa, jefe de dos terapias intensivas en San Francisco, advirtió que la cantidad de profesionales de la especialidad "no es suficiente" y apuntó contra las decisiones políticas que alientan la precarización laboral.
Por Isabel Fernández | LVSJ
En medio de la pandemia de coronavirus, la falta de personal en las terapias intensivas se convirtió en un riesgo más peligroso que la escasez de respiradores en todo el país. San Francisco y el departamento San Justo no son la excepción, aquí, como en otras ciudades también faltan médicos, enfermeros y otros profesionales especializados.
En San Francisco hay unas 35 camas de terapia intensiva declaradas entre el sector público y privado, mientras que en el departamento San Justo son más de 50.
Una cama de terapia intensiva debe contar con toda la infraestructura establecida por ley, tiene que ser ortopédica, contar con monitores, respiradores, aparatos que complementan las terapias de soporte, pero lo más importante: contar con el personal exclusivo médico, enfermera y otros profesionales capacitados. Aunque no todas cuentan con esa exclusividad.
Según estimaciones, el 5% de los pacientes que contraen coronavirus requiere tratamiento en terapia intensiva, la mitad de estos van a necesitar ser ventilados mecánicamente y otros van a necesitar diversos tratamientos complejos.
El médico infectólogo jefe de la terapia intensiva de la Clínica Regional del Este y del Hospital"J. B. Iturraspe", Rodolfo Buffa, advirtió en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que la cantidad de médicos terapistas en San Francisco y el departamento San Justo"no es suficiente. Por día, deberíamos tener no menos de 12 o 13 médicos de guardia activa -esto es que trabajan exclusivamente en dentro de la terapia- en las clínicas y hospitales, pero no contamos con esa cantidad".
Además, consideró que debería existir"competitividad entre el sector público y privado de la salud, que se realicen auditorías y se midan resultados".
¿En qué situación están las terapias de San Francisco y el departamento San Justo en cuanto a recursos humanos?
No es suficiente la cantidad de terapistas que tenemos en San Francisco y el departamento San Justo. Por día deberíamos tener no menos de 12 o 13 médicos de guardia activa en las clínicas y hospitales pero no contamos con esa cantidad. El problema es que no hay personal suficiente que esté a cargo de cada cama de terapia.
A su vez, el 95 % de los médicos intensivistas están en las capitales como pasa con otras especialidades, hay médicos que no van al interior porque se les paga mal, existe el pluriempleo que precariza y no se brinda atención de calidad.
La terapia intensiva tiene que tener la infraestructura y el recurso humano capacitado. En San Francisco tenemos cuatro instituciones privadas y una pública que es el Hospital Iturraspe, todas tienen terapia intensiva, pero no en todos los casos se cumple con la función.
Hay sanatorios donde no hay médico de guardia activa. Tanto la ley nacional como la provincia establece que la terapia intensiva es aquella que tiene un médico coordinador o jefe, y luego médicos de guardia activa lo que significa que permanezcan las 24 horas en la terapia lo que no es lo mismo que el médico que está en la terapia y en la guardia central, en esos casos son salas de cuidado intermedio.
El contar con el médico exclusivamente en la terapia hace la diferencia ya que la complejidad es mayor. San Francisco tiene una escuela para formar el recurso humano de terapia intensiva que es el Hospital"J. B. Iturraspe".
-¿Cómo se categorizan las terapias intensivas?
El sistema de salud no categoriza a la terapia intensiva por calidad, categoriza por lo que se inscribe como monitores, respiradores, etc. pero no por el recurso humano con el que cuenta. Además no se hacen auditorías serias y entonces sucede que en la parte privada, las clínicas todas cobran el mismo valor de la cama de terapia intensiva, cuando se sabe que hay terapias que tienen las complejidad que se requiere y otras que no.
Esto hace que cuando se analizan los gastos fijos, hay algunos que gastan tres veces más que el otro, pero le pagan lo mismo que a todos.
Es una trampa que hay que comenzar a desmistificar porque los mejores auditores que tiene la salud son los pacientes, los médicos tienen una malentendidaética profesional, deben entender esa diferencia y marcarla. Es una pelea diaria, con obras sociales y patronales.
- ¿Las camas de la parte privada están preparadas para recibir pacientes covid-19?
Están preparadas para recibir a cualquier paciente, porque el paciente covid no es distinto, es igual a cualquiera que entra a la terapia, pero con coronavirus.
Hay pacientes que están con las mismas patologías que presenta uno con covid pero con otra causa.
No hay que preparar una terapia intensiva para covid, lo que se prepara es el recurso humano para que sepa manejar a ese tipo de paciente. Fundamentalmente la capacitación se centra en el autocuidado que es el uso del equipo de protección personal (EPP).
Lo que se requiere es hacer una valoración del recurso humano con el que se cuenta para poder tratar una persona con coronavirus.
-¿Son suficientes las que tenemos en la ciudad en esta emergencia?
No hay inconvenientes con la necesidad que puede haber de camas en la situación en la que estamos actualmente en la pandemia. En San Francisco está tranquila la situación, mantuve contacto con terapistas de otros lugares del país y están desesperados como por ejemplo en Buenos Aires donde hay una ocupación de las camas en un 65 %.
Sin embargo ese porcentaje hay que analizarlo, porque lo que ocurre es que no tienen ocupación de camas que no sean por covid, no hay otras patologías, entonces la ocupación que tienen es la misma que tenían el año pasado por neumonía, gripe, es solamente covid-19.
Obviamente la situación de Buenos Aires o Jujuy es distinta a la de San Francisco y eso es lógico porque demográficamente es diferente. En la provincia están ocupadas el 6,9% de las camas de terapia intensiva, pero no se sabe si son de la parte pública o privada.
En Córdoba hay más Covid-19 que acá en San Francisco y si se quieren evitar contagios, es importante tratar de fortalecer en la ciudad a las especialidades en las que estamos un poco flojos como neurocirugía, cirugía cardiovascular, cirugía vascular periférica. De esta manera la gente no tiene que ir a Córdoba a atenderse y desde el departamento San Justo pueden venir para San Francisco.
Todo eso debería ser auditado y ordenado por el Ministerio de Salud que tiene falencias históricas que nunca se cambian.
Buffa: "Los médicos de terapia intensiva deben trabajar en relación de dependencia, no hay ningún profesional que pueda trabajar como monotributista, es una precarización total".
- ¿Qué se debería hacer para aumentar la cantidad de profesionales?
Es una decisión netamente política que implica reconocer la especialidad como debe ser, mejorar los salarios. Creo que los médicos de terapia intensiva deben trabajar en relación de dependencia, no hay ningún profesional que pueda trabajar como monotributista, es una precarización total. Eso es algo que la ley tiene que cambiar.
El sistema de salud actual es perverso, dividirlo en efectores públicos y privados es perverso. Debe existir es un Ministerio de Salud poderoso, no corrupto que permita que exista competitividad entre los efectores públicos y privados y que quien trabaje en un lado no trabaje en el otro, además que se midan resultados.
El resultado que sale del efector público tiene que ser igual o mejor que el que sale del privado, en el medio están los gremios, las obras sociales que lo que menos miden es la salud.
Eso es lo que hay que poner en regla y eso implica un gran cambio, hay que romper con instituciones, con ideas y con la corrupción que no está solamente en el sector público sino también en el privado, las obras sociales que forman parte del sector privado.
El sector privado puede trabajar bien, pero debe ser auditado y comparado porque si no, no sirve.
- ¿Cómo se contiene al paciente y los familiares en este contexto de pandemia donde hay más restricciones?
Siempre se abordó y se aborda la contención del paciente y la familia, tenemos equipos de salud mental que trabajan dentro de la terapia. Ahora con la pandemia las visitas se restringieron aún más en la terapia, pero antes estábamos en el proyecto Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) que prevé la humanización de las terapias logrando que sean abiertas, en donde las camas se encuentran en espacios como un internado.
El objetivo es que los familiares puedan estar más cerca durante la estadía del enfermo, se ampliaron los horarios de visita, se permitía que los familiares higienicen al enfermo, etc. pero con la pandemia se cerraron las puertas.
La terapia intensiva debe tener personal especialmente formado y exclusivo.
Un lugar para el tratamiento de alta complejidad
A raíz de la complejidad en el tratamiento de las enfermedades y a su vez en la aparición de muchos medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas no infecciosas, tumores, enfermedades reumáticas, trasplantes, entre otras cosas se ha requerido de un lugar común para abordar a los pacientes que requieren de un tratamiento de alta complejidad.
Estos son pacientes que no pueden valerse por sí mismos o están atravesando un proceso en su vida que puede desencadenar la muerte.
"La terapia intensiva se ha tornado en un espacio físico con personal especialmente formado que tiene la obligación de tratar a los pacientes para que no mueran y mejorar la patología con la que entraron. Eso requiere de dos cosas: infraestructura y recurso humano especializado", explicó el médico Rodolfo Buffa.
Actualmente por ley no puede existir ninguna clínica abierta si no tiene terapia intensiva. Eso es controlado por normas de categorización que incluyen la infraestructura y el recurso humano que está conformado por médicos, enfermeros, enfermeras, nutricionistas, kinesiólogos, farmacéuticos, etc, es un equipo interdisciplinario. Según la complejidad que tenga la terapia intensiva requerirá más o menos formación.
Las terapias se dividen en nivel I que son las más especializadas, la nivel II, el shockroom y las terapias intensivas móviles que son las ambulancias."Las ambulancias que tengan médico, enfermero y chofer o paramédico cumplen la función, el resto son móviles para trasladar enfermos", sentenció Buffa.
Un problema crónico que la pandemia visibilizó
Cuando casi el 80% de las terapias intensivas del país están con ocupación de camas del 69% por la pandemia de coronavirus, salió a la luz un problema que ya existía desde hace tiempo: la falta de médicos terapistas.
Así lo advirtió a LA VOZ DE SAN JUSTO la doctora Rosa Reina, presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati) quien dijo que es una falta crónica."Esta pandemia desnudó un problema que lleva muchos años, que desde la Sati venimos alertando; ya fuimos insuficientes durante la pandemia de la gripe H1N1, lo advertimos y no nos escucharon", aseguró.
Rosa Reina, presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
La doctora afirmó que la situación fue alertada por la Sati reiteradas veces en los medios"pero no dejó de ser una nota light de pocos días y sin repercusión; lo expresamos en las escasas reuniones que pudimos tener con el ministerio después de la gripe H1N1 y las autoridades no tomaron la dimensión real de la situación".
"Les alertamos que otra pandemia nos pondría al borde de la saturación -recordó Reina- nos preocupó y así lo expresamos cuando el país se preparó para una posible llegada del ébola en el 2014. Pero la situación siguió igual, con profundas deficiencias y desinversión en el sistema de salud público desde hace muchos años, con sueldos paupérrimos para todo el personal de la salud lo que ha hecho, y continúa, haciendo difícil cubrir las vacantes por jubilación y otras causas".
La doctora aseguró que para cubrir la demanda"es fundamental jerarquizar a la especialidad y considerarla de alta necesidad para el sistema de salud, otorgándole una situación laboral digna: adecuado ambiente de trabajo, rediseñar las horas de guardia para no agotar al personal, y salarios dignos acorde a la alta capacitación, alta responsabilidad, para así evitar el pluriempleo que desgasta mucho al personal".
No llegar al colapso
Con respecto a la ocupación de camas por el coronavirus, Reina advirtió que casi"el 80% de las terapias intensivas del país están con ocupación de camas del 69% en la mayoría con ocupación del 80 al 100%, algunas ya saturadas".
Aseguró que se están abriendo camas enáreas que no son terapa intensiva,"se habilitaron camas y respiradores, pero con recurso humano insuficiente, sobre demandado, cumpliendo más horas de trabajo que las que les corresponde, con mayor número de pacientes atendidos por un profesional por encima de la relación paciente/profesional considerado estándar de calidad".
Dijo que esto está sucediendo en varios lugares del país, entre ellos el Área Metropolitana Buenos Aires (Amba) donde se concentra el mayor número de casos."El colapso es la situación a la que no queremos llegar, pero estamos al borde de la saturación de las camas, con personal de salud altamente calificado para atender a estos pacientes críticos ya casi saturados".
En cuanto al sector privado consideró que se está comportando"de la misma manera que el público, quizás haya algunas excepciones, pero muchas instituciones privadas están a más del 80% de ocupación de sus camas".
La atención en pandemia
Por otro lado la doctora Reina se refirió a la contención del paciente internado en terapia en estos tiempos de covid-19."Es la situación más dura para la familia y el personal de salud, se habla mucho con la familia, se le explica la situación, se hacen videollamadas con el paciente y la familia, en algunas casos con protocolos de seguridad se permite que la familia pueda visitar al paciente. Es complicado permitir que todas las familias asistan a los hospitales sin ponerlos en riesgo y cuando hay restricción de circulación", comentó.
Finalmente, a los que dicen que la pandemia es un invento, que la cuarentena y que las medidas no deben aplicarse, la doctora dijo que los"invitaría a estar 24 horas de guardia sin descanso, sin dormir, atendiendo pacientes todo el tiempo, totalmente vestidos con todo el equipo de protección personal, luego sacárselo con todo el protocolo de cuidado para evitar contagiarse, ponerse su ropa de calle, y llegar a su casa con el temor de que quizás podrían contagiar a su familia".