Habilitaron el segundo cinerario de la ciudad
Hasta hoy, el único lugar sagrado apto para la disposición final de cenizas de difuntos en parroquias era la Catedral, donde en los últimos dos años se duplicó el número de plazas ante el creciente interés motivado por la realidad de que la cremación es una alternativa en alza.
La Iglesia Nuestra Señora de la Consolata habilitó este domingo el segundo cinerario parroquial en San Francisco con una capacidad para 150 lugares donde se pueden depositar las cenizas de personas fallecidas.
La habilitación de nuevo cinerario en La Consolata contó con la presencia del obispo Sergio Buenanueva quien en compañía del párroco Daniel Maini procedió a la bendición de este espacio sagrado dentro del templo. En la misma ceremonia se procedió a depositar la urna con las cenizas del padre Salvador García, quien hasta su fallecimiento se desempeñaba como vicario de la parroquia.
Este cinerario se suma al que desde 2010 se encuentra en la Parroquia San Francisco de Asís de la Iglesia Catedral, que comenzó con 140 plazas disponibles y actualmente cuenta con 280 plazas.
Dentro de la diócesis, la Iglesia San Bartolomé, de Morteros, también dispone de un cinerario.
El próximo, en Devoto
La colocación de cenizas en estos sitios no es gratuita, además los creyentes que lo utilizan deben hacer un aporte para el mantenimiento.
El obispo Buenanueva explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que "las parroquias han ido presentando sus pedidos de autorización y se les ha concedido" mientras que estimó que el próximo en habilitarse dentro de la diócesis se ubicará en la parroquia de Devoto.
"Allí los trámites se encuentran muy avanzados los trabajos y seguramente dentro de poco se va a poder habilitar".
Más interés por cremaciones
La creación de nuevos cinerarios va de la mano con un cambio de tendencia marcado por un mayor interés en las cremaciones -pedidos para incinerar el cuerpo después de la muerte- aunque aún las sepulturas -sea en tierra, en nicho o en panteón- siguen siendo mayoría.
Buenanueva seáló que "los sacerdotes van analizando el reclamo de las personas y en este caso se advierte que lentamente en algunos lugares la cremación es una costumbre que se va imponiendo".
Si bien en años anteriores desde la Iglesia Católica había cierto rechazo a aceptar la cremación como una práctica habitual, actualmente eso fue cambiando hasta el punto de permitir la construcción de estos espacios de disposición final de las cenizas en el interior de las parroquias.
"En algún momento la cremación estuvo prohibida por la Iglesia porque la incineración era pedida por alguno como un gesto anticristiano. Eso era muy común en algunos países anticatólicos y por eso la Iglesia lo había prohibido. De todas maneras, hace unos años, la Iglesia fue admitiendo esta práctica al punto tal que se dio una instrucción desde el Vaticano. La Iglesia sigue prefiriendo y recomendando la sepultura en la tierra, pero no rechaza ni mucho menos condena al que desea la incineración", agregó el religioso.
En tanto, aclaró que "se recomienda que las cenizas se depositen en un lugar santo como los cinerarios", cuestionando la práctica de esparcir las cenizas en cualquier sitio. "Esparcir las cenizas no está prohibido por la Iglesia pero está en el orden de las recomendaciones, sobre todo porque el cristianismo tiene una honra al cuerpo que se refleja en la celebración de la misa", dijo Buenanueva.
Costo
El servicio de nichos en el cinerario de la Catedral tenía un costo que oscilaba entre 12.000 y 17.000 pesos en 2017, a lo que le sigue un aporte mensual de mantenimiento que era aproximadamente de 50 pesos. No obstante, hoy esos valores se actualizarán aunque desde Consolata aún no conformaron de cuánto será la suba. El tiempo de utilización del servicio una vez adquirido es de 20 años, luego del cual el plazo puede renovarse.
Cómo funcionan
La parroquia que tiene un cinerario hace un contrato con la familia donde están estipulados los requisitos para colocar las cenizas, entre ellos, que es un lugar cristiano por lo tanto, quien es de otro culto, si bien puede permanecer allí, tiene que respetar que solo habrá signos cristianos.
Por cada contrato se adjudica un sitio para depositar la urna que contienen las cenizas de la persona difunta. Luego se levanta un acta con el certificado de defunción donde además, alguien de la familia se hace responsable de ese cinerario.
Antes de depositarlo en el lugar, se hace una ceremonia religiosa en presencia de la familia de la persona fallecida y sus allegados.
Además, existe la posibilidad del servicio de cinerario comunitario. En este caso, la gente puede depositar las cenizas tal como si fuera un osario común; permanece en un recinto sagrado como el resto de los nichos.
Sin avances por el crematorio propio
La obra del primer crematorio en nuestra zona aún no tiene fecha para el inicio de la construcción en un predio de a pocos kilómetros de la vecina localidad de Josefina, con acceso directo a la autovía de la ruta 19.
Se trata de una iniciativa conjunta de las empresas fúnebres Rosso Hnos. y Di Monte SRL de nuestra ciudad que todavía continúan tramitando las habilitaciones necesarias para avanzar en el proyecto.
"No hemos tenido novedades. El proyecto sigue vigente y lo tenemos en carpeta pero aún no sabemos cuándo va a comenzar la construcción y no tiene una fecha fijada", expresó Gustavo Rosso en dialogo con este diario.
En cuanto al procedimiento de cremación, Rosso sostuvo: "Un 30 % de la población aproximadamente elige la cremación. En ciudades más grandes el porcentaje llega al 40 %". Las generaciones más jóvenes optan por la cremación, por eso San Francisco en algún tiempo tendrá su propio crematorio pero por el momento no hay avances".
De esta manera, vendrá a cubrir una importante demanda, ya que actualmente las cremaciones deben realizarse en centros ubicados a más de 120 kilómetros de San Francisco.