Familias y consumo: el esfuerzo por llegar a fin de mes
Con aumentos que no se detienen, los grupos familiares hacen lo que pueden para sobrevivir. Comida en casa, segundas marcas, poco esparcimiento y nuevas formas de vida para seguir adelante.
Para la familia argentina, llegar a fin de mes es casi una hazaña. Con la inflación que marcó una suba del 4% en agosto y en lo que va del año suma 30%; y los mayores incrementos que se reflejan en los alimentos y bebidas, el esfuerzo se hace notar en cada hogar.
Las familias de San Francisco y Frontera no son ajenas a la crisis y lo reflejan en el recorte en ocio y entretenimiento así como el cambio en las prepagas por obras sociales sindicales donde el aporte es menor.
Los gastos principales están en la comida diaria, pero se están optando por elaborar más comida casera y achicar los pedidos a rotiserías y pizzerías. También se eligen productos de segundas marcas como es el caso de pañales y para no afrontar intereses se compra de contado y solo utilizan la tarjeta de crédito si necesitan hacer una gran compra.
Los Gerbaudo Viva, con tres hijos estudiando y un ingreso de albañil, y los Carando con dos bebés y un sueldo y medio de empleados de comercio; son el ejemplo de cómo vive la clase trabajadora, cuáles son sus gastos y qué redujeron.
Los Gerbaudo Viva:
"Llegar a fin de mes se hace difícil" TITULO
Ariel Gerbaudo (43) llegó de trabajar de la obra, se duchó y se puso a tomar unos mates con su esposa Pamela(37), sus hijastros Nicolás (19) y Micaela (18) Viva y su niña más pequeña Magalí (12).
Este padre de familia se dedica a hacer trabajos de albañilería, plomería y refacciones en general por lo tanto sus ingresos no son fijos y fluctúan de acuerdo a la demanda. El albañil contó que con esta crisis no hay "grandes" obras como hace un tiempo atrás. "Antes, me daba el lujo de decirle que no a algunos arreglitos chicos, pero ahora la gente no construye y solo se hace la urgencia que no puede espera. Lo que hay, lo hago y no me pongo a elegir qué hacer como hacía antes", dijo Ariel.
Los Gerbaudo Viva de barrio Vélez Sarsfield, la "pelean"
como todos para llegar a fin de mes
"Llegar a fin de mes se hace cada vez más difícil. Uno trata de hacerlo de la mejor manera posible, pero se complicó mucho juntar la plata para solventar el gasto fijo de todos los meses", explicó el entrevistado.
El 40% del ingreso fluctuante de este trabajador se destina a la comida y al otro 40% se lo llevan los gastos fijos como el alquiler de la casa e impuestos. Lo que queda, se destina a gastos que surgen en el día para una familia de cinco integrantes. "Necesitas por lo menos $1.000 por día para que coma tu familia y no usamos tarjeta de crédito para no endeudarnos".
A eso se suma que todos los chicos en casa estudian. Micaela, la licenciatura en enfermería; Nicolás, diseño industrial y la pequeña Magalí, cursa sexto grado. Para pagar los estudios de Micaela, que son privados, la joven ayuda vendiendo tejidos al crochet. "Sé que tal vez no están estudiando lo que quisieron pero quiero que tengan un futuro diferente, aunque me da miedo lo que va a pasar y si van a poder encontrar su lugar como profesionales", reflexionó.
Un plato fuerte y
poca diversión
Desde que se profundizó la crisis, los Gerbaudo Viva van cada vez menos al supermercado y optaron por la comida casera y un plato fuerte por día. Ariel trabaja desde la mañana hasta entrada la tarde, entonces al mediodía los chicos y Pamela indicaron que se arreglan con algo rápido. "A la noche, que estamos todos, hacemos un plato fuerte, generalmente con carne", apuntó. "Antes íbamos y comprábamos una pizza o lomitos. Ahora, hacemos todo casero porque ahorrás un montón", explicó el albañil.
Con hijos adolescentes, el teléfono celular no les puede faltar, pero sin boleta mensuales y con datos móviles y WiFi. "Es la única manera que tengan teléfono y lo puedan usar", agregó el padre.
El esparcimiento familiar también sufrió el coletazo de la inflación y lo hacen de manera esporádica. "Antes salíamos dos o tres fines de semana al mes, pero ahora vamos a un comedor una sola vez con suerte".
Para Ariel, sus dos pasiones Sportivo Belgrano y pescar, se convirtieron en un lujo. "Siempre seguí a la verde e iba a pescar con amigos. Ahora, ya casi ni voy a la cancha, salvo que Sportivo juegue de local. Si nos vamos a pescar, duermo en carpa y solamente hacemos un solo asados por fin de semana".
Los Gerbaudo Viva tienen dos vehículos. Uno para uso familiar y otro para trabajar. Ambos "duermen" en la calle. "En algún momento se verá pero no hay forma de pagar una cochera por dos autos".
Ariel junto a los suyos la luchan día a día para llegar a fin de mes. Este padre de familia reflexionó: "Cuando eras chico, los abuelos te decían que tenías que hacer mucho esfuerzo para disfrutar cuando seas grande. Hoy tengo 43 años y veo muy lejana esa posibilidad de disfrutar. Mis hijos se llenan de estudio pero... ¿Tendrán futuro? No lo sé".
Los Carando:
"A pesar de la crisis no podemos es bajar los brazos" TITULO
En barrio San José de Frontera, viven Ariel Carando (31) y su esposa Anabel Bianciotti (30). Tomando la teta está Facundo de apenas 24 días de vida mientras que Marena, de 18 meses, da sus pasitos y juega mientras mira los dibujos animados en la tele. Los Carando son jóvenes, trabajadores de comercio y apostaron a conformar una familia.
Los Carando, en Frontera, junto a Marena de 18
meses y Facundo de 24 días de vida
Con un sueldo y medio por mes, esta pareja destina el 20% para sus pequeños hijos, lo que incluye pañales y compra de alimentos especiales para los más chicos. "Consumimos 30 litros de leche entera por mes. Los niños demandan muchísimo dinero. Uno va al supermercado y por lo menos, un tercio del chango, es para la nena. Por suerte, el gordo -por Facundo- toma teta, pero la inversión es grande en pañales y otras necesidades", dijo Anabel.
"Cuando la nena nació, no notamos tanto el aumento pero ahora con Facu, vemos que las cosas cuestan el doble que hace dos años atrás", agregó Ariel.
Los servicios como agua y electricidad, son un dolor en el bolsillo para los Carando, marcando un 30% del sueldo. Con niños pequeños, el uso de aparatos de calefacción se notó en la boleta de la luz. "Pagamos mucho de impuestos. Este mes nos llegó como $4.000 y se hace difícil pagar cuando sumás todo", explicó Ariel.
Todos los gastos, se pagan de contado y la tarjeta de crédito queda supeditada a lo grande pero ahora, no es momento de comprar. "Si conviene la compra en cuota o necesitamos, la usamos pero sino, la tarjeta de crédito no es una opción", contó el padre de familia.
Ahorrar cómo se pueda
Para no pagar niñera, la pareja decidió que Anabel trabaje medio día desde casa. Ella, encargada de los pequeños, también se las ingenia para elaborar la comida en casa y lo que implica un ahorro extra, ya que antes cuando ambos trabajaban era normal que compraran comida en rotisería que era un gasto importante. "Decidimos con Anabel que lo mejor era que ella trabaje mediodía porque no podíamos tener una niñera como corresponde, porque no podríamos pagarle. A ella le gusta cocinar también asique ahora elaboramos todo, desde las milanesas, las pastas, las salsas y eso se notó en el gasto final en el súper".
Otro recorte importante de la familia es en las marcas de los pañales. Si bien el pequeño Facundo usa para recién nacidos, la compra es para dos bebés y eso es una inversión cada semana. Para que sea menor el gasto, decidieron cambiar de marcas del pañal para Marena.
El otro gran ahorro de esta familia joven es el alquiler. Los padres de Anabel decidieron irse a vivir a Villa Carlos Paz y ellos no dudaron un segundo en dejar su departamento de $6.000 por mes de alquiler en San Francisco para cuidarles la casa que está en Frontera. "Estamos lejos de nuestros trabajos, pero fue una oportunidad porque los alquileres, para una familia, son prácticamente imposibles", aseguró Ariel.
En la cobertura de salud también hubo cambio en la vida de estos jóvenes. Antes, contaban con una Premium, pero ahora se asociaron a un obra social de un sindicato. "Tenemos todo cubierto con esta mutual, pero damos gracias a Dios que nuestros hijos son sanos, y eso es muy importante", agregó el padre de familia.
El ocio también dejó de ser como antes. "Cuando éramos pareja, aprovechábamos y salíamos a cenar. Ahora, que somos más, salimos a dar una vuelta en auto o a tomar mates a un espacio verde. Nos cuidamos con el combustible y el auto lo usamos solo para movilizarnos con los chicos".
"Tenemos que seguir trabajando y peleándola por nosotros y por los chicos. A pesar de la crisis no podemos es bajar los brazos", concluyó Ariel.
A nivel nacional
Según los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018 difundidos por el Indec, el gasto en alimentos y bebidas no alcohólicas representa el 22,8 % del consumo de los hogares a nivel nacional. En ese rubro, Córdoba se encuentra dentro de la media.
Por otra parte, según el informe, el 14,5 % del gasto se destina a vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, mientras que el 14,4 % se asigna a transporte.
Los hogares inquilinos tienen el 28,3 % de gastos relacionados con la vivienda: 13,8 puntos porcentuales más que la media nacional.
En cuanto a los medios de pago, el Indec determinó que el 69,4 % de los gastos de consumo relevados se realizó en efectivo, y el 19,4 %, con tarjeta de crédito y débito.
Sobre los lugares de compra, el 35 % del gasto en alimentos se realizó en negocios especializados (panadería, carnicería, verdulería, etcétera); el 25,2 %, en supermercados; y el 19,3 %, en autoservicios. Más del 80 % de este gasto se realiza en efectivo.