En la paz de su casa
La joven modelo decidió esta semana refugiarse en su pueblo natal tras la polémica que vive junto a su ex, Daniel Scioli.
Por Leandro Gottardi
La localidad de Alicia -con una población estimada de 3600 habitantes-, donde nació y vivió gran parte de su vida antes de partir a Buenos Aires, fue el refugio que encontró Gisela Berger para sobrellevar la separación de Daniel Scioli y la explosión mediática de sus declaraciones sobre el excandidato a presidente en 2015.
Allí la acogió su familia, en su vivienda ubicada en la intersección de las calles Laprida y Rioja, casi al final del pueblo.
La casa ayer permaneció como una fortaleza, cerrada por completo aunque desde su interior se oía música y hasta el llanto de un niño, que se presume podría ser su pequeña hija Francesca.
Los vecinos del lugar enfatizaron la humildad de la familia Berger, cuyo domicilio daba muestras de ubicarse muy lejos del exceso que caracteriza al entorno político en la Capital Federal.
Fuera se hallaba un automóvil marca Kia Carnival que, aseguraron, pertenece al excandidato presidencial y cuyo registro de patente, como dato, arroja multas por más de $27.000.
Consultados por LA VOZ DE SAN JUSTO, vecinos de la localidad resaltaron que Alicia no perdió su tranquilidad ante la llegada de Berger y lo que trajo consigo mediáticamente, aunque señalaron que la presencia de periodistas de medios nacionales por sus calles se extendió por horas y en cierto punto molestó a más de un habitante que se vio invadido, algo a lo que no están acostumbrados.
Mientras tanto, fuera de la vivienda de los padres de la modelo se paseaban perros, caballos y hasta gallinas, mostrando un ambiente campestre y muy tranquilo. Ideal para encontrar la paz, aquello que la joven del momento fue a buscar.