En la ciudad sin corsos vive el mejor pasista del mundo
Comparsero desde la cuna. Maximiliano Giner tiene 28 años y en 2019 se quedó con el título en un encuentro Internacional en Gualeguay. Juntoa Ara Naru, el bailarín de barrio Sarmiento se lleva todas las miradas en cada carnaval. Baila, cumple su sueño, pero hay uno que todavía no pudo alcanzar: brillar en su San Francisco.
Por Stefanía Musso | LVSJ
¿El carnavalero nace o se hace? Las plumas, el cinturón, las perlas, el maquillaje y todo lo que hace a su traje de "Hombre Halcón", el personaje que caracteriza en la comparsa Ara Naru, bajo la temática de los comics "Podemos ser súper, pero no somos héroes", están listos para que Maximiliano Giner (28) salga a bailar al son de la batucada "La Multicolor".
Cuando el baila, mira hacia el cielo, al público y sonríe. Entra en una especie de trance y se convierte en un ser de otra galaxia moviendo cada fibra íntima de su cuerpo.
Maximiliano es el mejor pasista del mundo y no solo lo dicen quienes los ven. El joven recibió este título luego de competir en el XII Encuentro Internacional de Batucadas, Baterías y Pasistas en Gualeguay, Entre Ríos, en 2109.
Para llegar a lo más alto, Maxi siempre compitió y obtuvo grandes logros. Tuve muchos podios a nivel provincial nacional hasta subirse al podio internacional. También fue jurado en distintas competencias regionales y nacionales. Su batucada, "La Multicolor" también fue premiada con primeros puestos a lo largo de estos 17 años y eso "nos hace lo que somos hoy en día", confesó.
A puro brillo. Maxi junto a otros integrantes de la comparsa de nuestra ciudad.
El sueño de mostrarse a la ciudad
Todo ese reconocimiento que Maximiliano obtuvo y el esfuerzo que hace día a día para que crezca Ara Naru, no se puede disfrutar en San Francisco, ya que desde el año 2010 la ciudad no cuenta con corsos y menos con los grandes despliegues que el carnaval tenía sobre bulevar 25 de Mayo hasta finales de 1960, donde la fiesta era completa e incluía desde disfrazarse hasta tirarse agua entre los vecinos del barrio y se conocían como "Los Carnavales del Año 2000" que eran organizados por la Cámara Junior.
Para Maxi, cada fecha de carnaval le produce nostalgia y la sensación de ser ajeno a su ciudad que hoy celebra solo en algunos barrios de la periferia con mucho esfuerzo de quienes lo organizan pero queda allí, lejos de la masividad.
Con sus destreza, Maximiliano que recorre el país todo el año o es contratado para algún show privado. "Hace mucho que sueño con que los ciudadanos de San Francisco nos puedan ver, ya que la mayoría de las familias de cada integrante no pueden hacerlo. Me gustaría que el municipio organice los tradicionales carnavales de San Francisco como años atrás porque esta es una fiesta cultural y popular para toda la familia y así lo celebraban los primeros habitantes, que habían heredado esas ganas de divertirse", dijo el joven a LA VOZ DE SAN JUSTO.
El regreso de los corsos a la ciudad para el pasista sería "un éxito asegurado. A la gente le encanta la música, las plumas, los brillos y el show. A eso lo vemos en cada presentación".
Primeros pasos
Convertido en un referente para otras comparsas, el joven de barrio Sarmiento comenzó a los 4 años en otra agrupación que luego se disolvió y continuó con la que hoy dirige su padre, la Ara Naru.
Siempre se enfocó en lo suyo más allá de los prejuicios que algunas personas puedan tener con un hombre que baila en una comparsa. "Al principio no me afectaba lo que la gente decía al ver a un hombre con plumas, brillos, maquillaje, pero sí sentía la mirada del otro. Desde hace unos años dejó de importarme porque hago lo que amo, me divierto y soy feliz. Al que no le guste, es su problema, no el mío".
La contención la encuentra en casa y en su grupo de compañeros de la comparsa. "Ara Naru es una familia, todos pueden ser parte de ella, sin importar cómo es cada uno. Eso es lo más importante, así como el amor por la danza y la música de la batucada", dijo.
Maximiliano trabaja en el sector de turnos del Hospital Regional J. B. Iturraspe, trabajo que le permite seguir su sueño, porque por ahora, no puede vivir de lo que le apasiona.
"Tengo los mejores compañeros de trabajo y directivos que pueden existir porque siempre están al pie del cañón. Amo mi trabajo y el carnaval. Para mí es normal y para ellos, también. Ya saben que si la noche anterior estuve en una comparsa o un show, siempre me quedan restos de brillo aunque me bañe cien veces", expresó entre risas.
Hijos de la misma tierra
La comparsa Ara Naru tiene 17 años de existencia luego de la disolución de otra anterior. Fue un grupo de padres y ex integrantes de aquella que decidieron armarla. Maximiliano, de 11 años por aquel entonces, recordó el esfuerzo que hicieron todos para que naciera Ara Naru. "El nombre de la comparsa no es azaroso. Significa 'hijos de la misma tierra´, ya que los que la conformamos somos integrantes de varias localidades cercanas a San Francisco".
"No teníamos nada. Con ventas de pizzas, empanadas, canelones, alfajores y demás cosas pudimos comprar algunos instrumentos, materiales y las plumas para empezar a confeccionar los trajes".
Todo, como hasta el día de hoy, se hace a pulmón sin recibir ningún tipo de ayuda o subsidio. "La peleamos como el primer día. Todo lo que somos es gracias a cada integrante que colabora con las ventas que hacemos durante el año ya que no recibimos ayuda alguna", siguió Maxi.
Hoy su papá Víctor es el director de la comparsa, pero será él quien tome las riendas en un futuro no tan lejano. "Ara Naru es mi familia, mi pasión y amor. A pesar de mi lugar, la comparsa es de todos los integrantes, nadie es más que otro", finalizó el joven con humildad.