En la ciudad existe una línea de teléfono cada cuatro sanfrancisqueños
El teléfono fijo sigue dándole pelea al tiempo. Si bien se usa poco, el servicio se mantiene por la conexión a internet y el sistema de alarma. Para Clede es más cómodo que el celular.
Ivana Acosta
El desarrollo de nuevas tecnologías de información supone para las sociedades en todo el mundo transformaciones y cambios de hábitos. Desde que Alexander Graham Bell lo patentó, el teléfono fue un aparato foco de experimentos constantes pero siempre con el mismo objetivo: fomentar la conversación.
Al menos esa fue su función principal hasta la llegada de Internet y del teléfono celular. Porque desde entonces, cada vez más encuentra diversificadas sus funcionalidades y el esplendor que tuvo en el siglo XIX, cuando se lo descubrió, se fue opacando.
El teléfono dejó de ser aquel aparato que solo permitía dialogar a las personas, hoy es un medio para tener un cable de red e internet y sirve hasta para la conexión de las alarmas.
Pero no solo eso. Internet si bien está ligada a su expansión por el uso de cables y redes telefónicas, también logró en cierta forma independizarse al poder extender su servicio vía satelital o con empresas de cable. Y eso para las telefónicas significó un brete, tan grande que las empresas y países inician procesos para que el teléfono fijo pase a la historia.
Francia es uno de los países que hoy apuesta por esa estrategia. Gradualmente hasta 2023 se irán desinstalando, dándole paso a una nueva etapa de la modernidad.
Más acá, en el hemisferio sur la situación no es tan sencilla. De hecho, una estrategia como esta podría significar una desconexión para gran parte de la población, especialmente en las zonas rurales.
Si se mira en la Argentina y específicamente en San Francisco, la situación se repite. Hay usuarios que se resisten, por conveniencia o preferencia, a cortar el servicio pese a que el aparato ya casi no suene.
En ese grupo estáClede Boetto, para quien el celular es algo difícil de manejar a sus casi 90 años. Pudo adaptarse al paso de teléfonos de disco a botonera e incluso los inalámbricos, pero no al celular.
Clede sigue siéndole fiel al teléfono fijo, que pasó de ser solo para llamadas importantes a tener un uso cotidiano
En San Francisco, 1 cada 4
De acuerdo a datos provistos a LA VOZ DE SAN JUSTO por el gerente de Relaciones Externas y Comunicación de Telecom, Gustavo Arraigada, en la ciudad existe un total de 16.860 líneas de teléfonos fijos que se encuentran activas. Cifra que, calculada sobre una población que supera los 61.000 habitantes, permite hacer un promedio de una línea de teléfono cada cuatro sanfrancisqueños.
Entre ellos está Clede, quien junto a su marido instalaron su primer teléfono en la década del '80.
"No uso celular porque no escucho bien, no tengo buen oído", expresó Clede, que en algún momento tuvo un Smartphone en sus manos pero el cual le duró menos que una llamada equivocada. Aunque confesó le hubiera gustado acostumbrarse.
Telecom es la única empresa prestadora en esta zona.
El primer aparato llegó por insistencia de ella y su hija Shirley, y ante el pedido, Belindo Fassetta (su esposo) decidió que el teléfono entrara en casa.
La vida no fue la misma para la familia aunque Clede reconoció que en aquella época "el teléfono solo era para cosas importantes", pero el tiempo fue cambiando la rutina.
"Si hará años que lo tenemos que Shirley - su hija - tenía 15 años y le pedí a ella que le diga a papá que lo ponga porque si no teníamos que ir del vecino. Ahora me comunico con mi hija, con mi hermana que es grande. Nos hablamos a la mañana a cada rato", recordó la mujer.
Clede tiene dos teléfonos en su casa, uno inalámbrico y el otro conectado con un cable, los que usa indistintamente. "Antes no era tan importante el teléfono, ahora por cualquier cosa llamás o te llaman, sobre todo los que venden pero a esos les corto y listo", afirmó sonriente.
En cuatro años, los franceses levantarán el tubo del teléfono por última vez y el sonido que indica la existencia de la línea en casa se apagará para siempre. Pero en la Argentina y sobre todo en nuestra ciudad, mientras haya gente como Clede, el "ring" seguirá vigente como el primer día.
Así llegó a la ciudad
Para conocer cómo fue que llegó el teléfono a San Francisco y las empresas que brindaron este servicio hay que retroceder en la historia hasta 1906, cuando un emprendimiento de Rafaela extendió el negocio hasta nuestra ciudad.
Cinco años después, la empresa de Benjamín Mateo, llamada "Empresa Telefónica de San Francisco", contaba con 15 abonados en un servicio que para esa época era un verdadero privilegio, aunque se extendió rápido y alcanzó los 80 en pocos meses.
La voz, literalmente, trascendió el ejido urbano y, mediante decisión por ordenanza de la municipalidad, Mateo obtuvo un permiso de explotación del servicio de telefonía por 20 años. En ese lapso llegó hasta Josefina y Santa Clara de Saguier, en la provincia de Santa Fe.
Rápidamente, la prestación del servicio de telefonía se perfeccionó y para 1921 las 24 horas del día el teléfono podía encontrarse con tono y utilizarse; antes sólo estaba habilitado parcialmente.
La prosperidad continuó hacia 1928, cuando el Concejo Deliberante firmó un contrato con la empresa Unión Telefónica del Río de la Plata y así San Francisco unió sus redes de telefonía fuera de la región y llegó a toda la Argentina.
Sin embargo, ese fue el principio del fin porque el poder de Unión Telefónica del Río de la Plata fue mayor y hacia 1936 se adjudicó la exclusividad como operador de telefonía, y tiempo después la labor la continuaría la desaparecida Empresa Nacional de Telefonía (Entel).
Cabe destacar que inicialmente Entel funcionaba en calle Pueyrredón 61, pero en 1982 se ubicó en el inmueble de Bv. 9 de Julio al 1400. Luego de que en la década de 1990 se privatizara la telefonía en todo el país, Telecom - que es la única empresa prestadora en esta zona - se quedó con el espacio.
En el Archivo Gráfico y Museo Histórico de Ciudad (AGM), los teléfonos tienen su lugar y dan cuenta de la transformación y modernización del servicio.
Francia comienza a decirle adiós
El teléfono de la casa, luego de un siglo conectado por cables, se retira en Francia, donde sólo quedarán los números fijos conectados por cajas y smartbox a Internet.
El cambio total regirá a partir de 2023, pero desde noviembre próximo no se comercializarán las instalaciones de líneas fijas, informó el diario Le Parisien. La operación es delicada, ya que sobre 20 millones de usuarios con línea fija la mitad tiene el viejo sistema, en lugar de la conexión a Internet.
El paso no será brusco, habrá cuatro años de tiempo antes del corte de línea tradicional. La empresa Orange, a cargo de la telefonía en el país, procederá a un test sobre una muestra representativa de la población para el cual eligió a 14 comunas de Bretaña.
Entre nostálgicos del teléfono a la antigua y expertos que temen resistencias, no falta quien ve el riesgo de profundizar la fractura entre la Francia más moderna y metropolitana de la rural y atrasada.