En el Día de la Soberanía
Comprender cómo nos afectan los problemas globales permitirá solidificar nuestra soberanía. Porque no se trata de un regalo del cielo, ni de un don extraordinario. Construir soberanía es una misión permanente.
La Vuelta de Obligado es un paraje del río Paraná ubicado en cercanías de la ciudad bonaerense de San Pedro. Durante casi todo el siglo XX fue casi desconocido por las distintas generaciones de argentinos. En los últimos años ese nombre volvió a resonar como consecuencia de que se afianzó la efeméride del día de la Soberanía, que recuerda el heroico combate que las fuerzas nacionales mantuvieron con las flotas inglesa y francesa que formaban entonces la denominada "entente cordiale".
En 1845 el gobernador Juan Manuel de Rosas clausuró la navegación de los ríos Paraná y Uruguay a toda nave extranjera, una medida resistida por aquellos que pregonaban la libertad de comercio, en especial potencias como Gran Bretaña y Francia. Se vivían además tiempos agitados en lo que hoy es Uruguay. La flota anglo francesa llegó a estas tierras con la intención de "pacificar" la Banda Oriental y "liberar" los ríos interiores -es decir comerciar sin restricciones con todos los puertos de la cuenca del Plata, desde Montevideo hasta Asunción-. Así, el enfrentamiento era inevitable. Ante el avance de los barcos europeos, la resistencia en la Vuelta de Obligado se transformó en un jalón ineludible de la lucha por la soberanía.
El general José de San Martín, desde el exilio, comprendió la trascendencia histórica del enfrentamiento que impidió a las potencias europeas avanzar sobre el territorio nacional: "Ya sabía la acción de Obligado; los franceses e ingleses habrán visto que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca". En efecto, el combate demostró la capacidad colectiva de los argentinos que, frente a un objetivo de defensa común, supieron por un momento deponer actitudes mezquinas y luchar para preservar derechos propios.
Por cierto, el concepto de soberanía ha cambiado en más de un siglo y medio. Luego de la Segunda Guerra Mundial algunos logros de la humanidad como la instauración de la declaración de los Derechos Humanos dieron inicio a un proceso en el que se atenúa la exclusividad del Estado - Nación. Como son universales, los derechos humanos traspasaron las fronteras nacionales. Luego, otros fenómenos como la revolución tecnológica han acrecentado esta situación.
Los límites y las fronteras hoy son relativos. La humanidad enfrenta desafíos enormes como la necesidad del desarrollo sostenible, el cambio climático, la erradicación de la pobreza, las crisis financieras, la inseguridad global y la falta de respeto a la diversidad, entre otros. Son retos globales que obligan a redefinir conceptos como el de soberanía.
Sin embargo, la identidad nacional y el sentimiento de pertenencia continúan vigentes. Por ello, comprender cómo nos afectan los problemas globales permitirá solidificar nuestra soberanía. Porque no se trata de un regalo del cielo, ni de un don extraordinario. Construir soberanía es una misión permanente.