El campo es la llave primera
En la actual nefasta realidad, parece ser la primera -quizás la única- llave capaz de abrir la esperanza. Mal que les pese a quienes atacan al campo, lo denigran, demuestran revanchismo infantil y forman parte de los odiadores seriales a los que el presidente dice combatir.
El desastre económico que se avizora en el futuro cercano, con cuarentena o ya sin ella, ha sido admitido una voz importante del gobierno nacional. Precisamente, fue la vicejefa de gabinete de la Nación, Cecilia Todesca, quien habló sobre las consecuencias del coronavirus en la economía de la Argentina y advirtió que los efectos son graves y modificaron los planes del gobierno. "El golpe sobre la economía es muy duro. La pobreza, el desempleo y la destrucción de empresas van a observar datos muy fuertes, de una crisis inédita. Van a empeorar, eso va a suceder, lo decimos con toda claridad", dijo la funcionaria.
Si bien no hizo otra cosa que confirmar la presunción de la gran mayoría de los argentinos que atisba serias dificultades en los meses venideros, llamó la atención la sinceridad con la que planteó la cruda situación que deberá atravesar el país.
En medio de este panorama oscuro, sin embargo, otros personajes del gobierno nacional y de la oposición se encargan de alimentar las divisiones sin ningún reparo en la necesidad encontrar algunos consensos que permitan potenciar a los sectores con mayor capacidad de recuperación, que son los que pueden traccionar a los demás ámbitos de la economía.
El campo es uno de ellos. Desde hace décadas se "banca" los vaivenes económicos y sigue apostando a la producción, mientras desde algunos sectores se lo sigue atacando con virulencia. Desde hace más de medio siglo, el mundo desarrollado ha desarrollado estrategias para sostener la producción agrícola - ganadera. En la Argentina, muy por el contrario, se le siguen imponiendo exacciones adicionales, haciendo caer la rentabilidad del sector.
Para más, en los últimos meses han recrudecido los ataques a los campos. La rotura de silobolsas se ha convertido en un "pasatiempo" favorito de algunos delincuentes que comulgarían con determinadas posiciones políticas y gozan de impunidad puesto que siguen actuando en las sombras, cómodos y aprovechando la inacción de las fuerzas de seguridad y la Justicia. Como si esto fuese poco, la vicepresidenta de la Nación difunde por las redes sociales bromas de mal gusto en las que se mofa de las enormes pérdidas de los productores víctimas de un delito que no cesa y que parece ser admitido desde algunas altas tribunas del poder.
De todos modos, y pese a las frecuentes afrentas, el productor agropecuario continuará haciendo lo que sabe hacer. Trabajar la tierra para brindarse y brindar a los demás la posibilidad de un futuro más promisorio. En la actual nefasta realidad, parece ser la primera -quizás la única- llave capaz de abrir la esperanza. Mal que les pese a quienes atacan al campo, lo denigran, demuestran revanchismo infantil y forman parte de los odiadores seriales a los que el presidente dice combatir.