Diabetes, una cuestión de familia: cuando la unión es salud
Fanny Bencich, Oscar Bergero y Maya Socha, tres testimonios que demuestran el importante papel de la familia y el entorno cercano en la prevención, cuidado y diagnóstico de esta enfermedad crónica.
Por Isabel Fernández | La Voz de San Justo
La diabetes tiene un gran impacto no solamente sobre la persona que la sufre, sino en toda la familia. La vida de todos los integrantes del hogar cambia a partir del diagnóstico. Por eso, el papel de los familiares en la gestión, atención, prevención y educación de la diabetes es fundamental.
El próximo jueves 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, este año bajo el lema: "Protege a tu familia", resaltando la importancia del compromiso y la educación de las personas que forman el entorno del diabético para ayudarlo a mantener controlada la enfermedad.
Esta fecha nació en 1991 como respuesta a la amenaza creciente de salud que suponía la diabetes, cuya incidencia viene aumentando en todo el mundo.
LA VOZ DE SAN JUSTO recogió el testimonio de tres familias sanfrancisqueñas que contaron su experiencia y resaltaron la importancia de la educación y el acompañamiento de los profesionales de la salud como nutricionista y médico. Participaron en los espacios educativos grupales para personas y familiares con diabetes que realizan de manera interdisciplinaria en Más Vida, Salud & Nutrición de nuestra ciudad.
Fanny Bencich tiene diabetes tipo 1 y una microinfusora de insulina, Oscar Bergero sufre la tipo 2 y lucha para no llegar al tratamiento con insulina y Maya Socha es "insulinoresistente", la pre diabetes, trabaja día a día para prevenirla.
Todos tienen el fundamental apoyo de sus seres queridos, que los sostienen en su tratamiento, los ayudan en los controles, los acompañan en cambiar hábitos de alimentación y en la actividad física. Para ellos, su familia es como el"motor" que los incentiva a seguir adelante.
Compromiso y amor de hija
Fanny Bencich tenía 24 años cuando le diagnosticaron diabetes tipo 1, ahí llegaron a su vida la insulina, el control diario de glucemia y el cambio en su vida para evitar que la enfermedad dañe su salud.
Actualmente tiene colocada una microinfusora de insulina, es mamá de Ludmila de 13 años y de Emilia que llegó hace cinco meses tras un embarazo muy cuidado y con los miedos lógicos por la diabetes.
En su casa, toda la familia está comprometida y la apoyan continuamente. Especialmente Ludmila que se preocupa por hacerle los controles de glucemia, que esté bien colocada la microinfusora y muy informada por saber qué hacer en caso de que sufra una hipoglucemia, una complicación frecuente en este tipo de diabetes.
"Ludmila está muy comprometida, me ayuda y cuida mucho -dijo orgullosa Fanny-. Conoce sobre la microinfusora, incluso que hacer ante un caso de hipoglucemia, durante el embarazo me acompañó mucho midiéndome la glucemia, tiene la gaseosa con azúcar preparada por las dudas, está muy cerca".
Cuando la diagnosticaron se asustó muchísimo."Pensé que nunca más iba a poder ser mamá, estuve mucho años sin intentarlo por miedo y ya hace dos años que tengo colocada la microinfusora y así llegó Emilia. Se me vino el mundo abajo pero creo que era por falta de educación. Mi bisabuela fue insulinodependiente y por lo que me contaron estuvo mal pero después me di cuenta que todo tiene que ver conépocas y la educación, antes no se conocía mucho sobre el tema".
Es importante encontrarse también con profesionales que entiendan la situación y eduquen, resaltó Fanny ."La doctora Paola Masuero me enseñó muchísimo y entendí que sí se puede convivir con la enfermedad. Se trata de cambiar hábitos alimenticios, hacer ejercicio, descansar, informarse, leer sobre la enfermedad y saber que no todo es malo, que por algo uno la tiene y algo nos enseñará".
"Es estar juntos a la par"
Oscar Luis Bergero tiene diabetes tipo 2 desde hace 20 años y con la ayuda de su esposa Mónica Levrino lucha para no llegar a ser insulino dependiente. Aceptar el diagnóstico no le fue fácil pero con el acompañamiento y el apoyo constante de Mónica, logra día a día mantener controlada la enfermedad.
"Es importante pelearle juntos y asumir que hay un diabético en la familia. Mónica es mi guía, mi coach, es muy importante el apoyo de la familia y también de los profesionales como nutricionista y médico", resaltó Oscar.
Todos los días Mónica lo incentiva para que salga a caminar, lo acompaña y se preocupa porque su alimentación sea la adecuada, lo acompaña al médico. "Todos en casa empezamos a adoptar hábitos saludables, comemos todos lo mismo, aprendimos mucho sobre las cantidades y hasta nuestro hijo está cambiando sus costumbres", dijo Oscar.
Oscar y Mónica, Fanny, Maya junto a las profesionales Eliana Menaldi y Paola Masuero
Mónica por su parte resumeésto en una sola palabra: amor."Para mí no es ningún trabajo, al contrario, aprendimos mucho y yo hago muchas cosas que antes no tenía en cuenta como leer las etiquetas nutricionales de los alimentos. Esto es amor. Hace 32 años que estamos casados y nos acompañamos en todo, en la enfermedad también. Es estar juntos a la par".
Comentó que a veces lo que pasa con el diabético es que"baja los brazos y eso cansa a quienes acompañamos pero hay que seguir adelante. Entonces tiene que tener alguien al lado que lo apoye, lo empuje y saber que se puede. No es bueno recurrir a lo más fácil y decir bueno, empiezo con la insulina".
El diagnóstico no es fácil."Al principio te negás mucho y como no duele nada, se toman las pastillas y nada más. Ahora tengo un ultimátum porque estoy tomando un medicamento que es loúltimo que me pueden dar, si me sigue subiendo la glucosa paso al tratamiento con insulina", sostuvo Oscar.
Compromiso con la prevención
Su diagnóstico es "insulinoresistencia", que es el paso previo a la diabetes tipo dos, que en la mayoría de los casos se puede prevenir con cambio de hábitos. Maya Socha es colombiana, vive en nuestra ciudad desde hace varios años y está decidida a no llegar a la diabetes.
Con su esposo Gerardo Pratto, además del acompañamiento de la nutricionista y médica, hace todo lo necesario para prevenir ya que en su familia la diabetes está presente.
"Cuando me diagnosticaron me dijeron que tenía que cuidarme para no terminar medicada y yo enseguida dije que no iba a llegar a eso. Entonces empecé a cambiar mi alimentación. Fue fundamental aprender, porque además yo vengo de un país donde se come muy diferente acá", contó Maya.
Maya y su esposo Gerardo, actividad
física y compromiso
con la prevención de la diabetes
También fue clave el cambio en cuanto a
la actividad física."Todos los días salgo a caminar, es algo que se comienza y se debe tener
continuidad en el tiempo, perserverar. Mi esposo me acompaña pero tomó tiempo,
aprendimos juntos y cambiamos muchos hábitos".
"Es muy difícil cuando uno viene teniendo una costumbre y hay que empezar a implementar cambios. Tengo una vida social muy activa, trabajo en fotografía social y muchas veces no puedo controlar lo que como. Por eso, ante esas cosas es importante tomar conciencia de cómo estoy comiendo, cuáles son las cantidades, qué puedo comer y qué no, de desayunar todos los días. El cambio de hábitos es fundamental por tres cosas: si no me alimento bien, si no hago actividad física no me siento bien y de la mano el sueño y elánimo", resumió.
Se debe educar para que el diabético no sea "el raro" de la familia
Uno de cada 4 familiares tiene acceso a algo de educación en diabetes. Las cifras son preocupantes porque es una cantidad muy escasa. Por otro lado, uno de cada dos diabéticos no está diagnosticado.
Por eso, la campaña del Día Mundial de la Diabetes se centra en concientizar para que la familia se eduque y se comprometa.
La la licenciada en Nutrición Eliana Menaldi y la doctora especialista en diabetología, Paola Masuero de Más Vida, Salud & Nutrición, destacaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO el papel fundamental del entorno en el acompañamiento y el éxito del tratamiento de la persona con diabetes para que no sea"el raro" de la familia.
"Es muy importante el apoyo de la familia en todo, no solo en la comida, sino en la gestión, prevención y educación sobre diabetes. Es importante que los familiares estén educados, que sepan qué hacer y también el compromiso del paciente", remarcaron las profesionales.
La doctora Masuero resaltó que la gestión de la familia"es fundamental, porque todos los pacientes con diabetes necesitan necesitan muchas recetas, ir al médico, autorizaciones. La gestión y la carga económica son grandes. Si bien las obras sociales por ley tienen que cubrir el 100 % hay que hacer trámites y hay cosas que no las cubren porque no están dentro de la ley".
"Si no tiene apoyo emocional, físico y económico es muy difícil para el enfermo de diabetes, por eso se debe concientizar en que la familia y el entorno se involucre y se comprometa", consideró.
Hay interés pero se debe seguir concientizando
De todas maneras agregó que en los talleres de alimentación que realizan en ese espacio, hay cada vez más familiares que vienen a aprender."Vemos el interés del entorno y eso es muy bueno. Pero hay que incentivar aún más a los familiares a que se involucren, que el diabético no sea el 'raro' de la familia, porqueél no puede comer esto o aquello. Son hábitos saludables para todos".
En casa, solo alimentos saludables
Menaldi destacó que es clave que la familia apoye en cuanto a la alimentación,"en aprobar que en la casa haya solo alimentos saludables y que los otros se compren en el momento que se desean comer".
"Cuando llega un paciente con diabetes, está asustado en la consulta y muchas veces dice que no quiere decirle a la familia que coma como él porque no tienen la culpa, se sienten una molestia. En esos casos invitamos a los familiares para que aprendan cómo tienen que alimentarse y que vean que es comer sano y la importancia de que todos aprendan", contó la profesional.
Comer sano no es privarse, da bienestar, mejora el estado de ánimo, no genera mal humor, es todo lo contrario. Hace veinte años atrás se indicaban dietas que significaban restricción.
"Lo importante es que en la casa haya comida sana y que cuando cada uno quiere comer algo se compre en el momento la porción justo, porque lo que no nos ayuda es stockearse de comida no saludable para no sobrestimular nuestro deseo o crearlo, comemos lo que vemos", afirmó la nutricionista.