Día del Panadero: “Se está perdiendo lo artesanal que tenía este oficio”
Día del Panadero: “Se está perdiendo lo artesanal que tenía este oficio”
El trabajo de aquellos que elaboran los más
ricos panificados que acompañan la vida de las personas cada día se transformó
en un nuevo desafío en tiempo de pandemia.
El trabajo de aquellos que elaboran los más
ricos panificados que acompañan la vida de las personas cada día se transformó
en un nuevo desafío en tiempo de pandemia.
-
Claudio Rivolta, titular del gremio.
Cada 4 de agosto
se celebra Día Nacional del Panadero; una fecha especial para reconocer a estos
trabajadores que con su labor artesanal elaboran los productos panificados para
que lleguen a todos los hogares; los otros esenciales que amasan el pan cada
mañana.
El del panadero
es un oficio muy versátil y sobre todo antiguo. A pesar de que adquirió cada
vez más profesionalización, el panadero es en sí mismo un artesano.
En San Francisco
cientos de personas desarrollan esta noble actividad a diario, en su mayoría,
en un horario donde el resto de la gente descansa para que, al despertarse,
puedan saborear el pan, las facturas o bizcochos recién horneados.
Los trabajadores
panaderos están nucleados en el Sindicato de Obreros Panaderos que, en nuestra
ciudad, al igual que en el resto del país, hoy celebrarán su día. En este caso,
el gremio cuenta con 450 afiliados en todo el departamento San Justo.
Claudio Rivolta, secretario
general de esta organización sindical en San Francisco, en diálogo con LA VOZ
DE SAN JUSTO reconoció que la actividad atraviesa "por un momento muy complejo"
vinculado con la crisis derivada de la pandemia.
"Nosotros siempre
fuimos trabajadores esenciales como mucho otros rubros y en nuestro caso, hemos
sufrido algunas pérdidas de compañeros por el coronavirus y eso nos generó una
rara mezcla de sensaciones y sentimientos", explicó.
"La actividad
cambió mucho"
El dirigente
sindical reconoció que con el paso de los años "la actividad cambió mucho" a
partir de la utilización de la tecnología en la elaboración de los productos de
panificación, "un proceso que se fue dando de manera paulatina pero constante".
La elaboración
artesanal ha pasado a ser un recuerdo ya que, según dijo Rivolta, "en San
Francisco pueden quedar una o dos panaderías" que aún conservan la manera
artesanal de elaborar el pan ya que el resto "sigue el proceso industrial"
mediante la tecnificación.
Los tradicionales
hornos a leña dieron paso a los hornos rotativos convencionales a gas mientras
que parte de la actividad que antes requerían del oficio del panadero ahora
fueron reemplazadas por máquinas como el caso de las sobadoras, cortadoras de
criollos y sistemas automatizados de producción.
"Si bien la
elaboración del producto es similar en todos los casos ya que siempre tiene que
estar la mano del panadero, este sistema ha introducido notorios cambios",
manifestó el entrevistado y confesó asimismo que a partir de estas
modificaciones "los sabores no son los mismos".
"No solo cambió
la técnica de elaboración sino también las harinas. El producto fue refinado,
se le fue quitando gluten y además se venden muchas premezclas lo que ubica muy
lejos a estos productos de otros que se consideraban como parte de la
panificación artesanal, tan rica y que identificaba a esta actividad hace
tiempo", se explayó Rivolta.
Como consecuencia
de estos cambios que introdujo la tecnología en la actividad, Rivolta se
atrevió a afirmar que "se está perdiendo lo artesanal que tenía este oficio"
que solo se sostiene por "el esfuerzo que hacen algunos panaderos de muchos
años en la actividad que siempre tienen algún 'secretito' para seguir
cautivando a los clientes con el sabor de sus productos".
Preocupa el comercio
informal
Con la
profundización de la pandemia de Covid-19 y el aislamiento, muchas personas
comenzaron a incursionar en la elaboración de productos de panificación que, en
un principio, fueron iniciados como un pasatiempo pero luego algunos quedaron
como una alternativa válida para engrosar los ingresos familiares.
Para ello, las
redes sociales funcionan como el canal de comunicación entre los productores y
sus clientes que encontraron en estas propuestas una alternativa de consumo
reforzada por el delivery.

Rivolta advirtió
sobre el impacto de la proliferación de pequeñas fábricas clandestinas de
panificados.
Esta situación
preocupa al sindicato ya que "si bien es una manera de que la gente pueda
incrementar sus ingresos, esto atenta contra el sector formal de la actividad".
"Al haber tantas
ventas informales esto atenta contra las empresas legalmente constituidas y de
manera indirecta nos preocupa a nosotros porque se reducen las fuentes de trabajo",
advirtió Rivolta.
Salarios
"Históricamente
tuvimos sueldos bajos", reconoció Rivolta al abordar la situación salarial del
sector.
"Los trabajadores
panaderos tenemos un salario promedio de alrededor de 45.000 pesos", apenas por
encima de los 41.994,86 pesos que el Indec establece como valor de la canasta
básica total para no caer debajo de la línea de la pobreza.
"La situación
salarial de nuestro sector es muy preocupante, sobre todo para aquellos que
tienen que pagar un alquiler", agregó.
Por último, el
dirigente gremial aprovechó la ocasión para dirigirse a los trabajadores
panaderos en su día "para agradecerles el esfuerzo realizado desde siempre y
que se incrementó durante la pandemia para no dejar faltar el pan en la mesa de
la gente así como también el resto de los productos de panificación. Esta es
una actividad en la cual hay que ponerle mucho amor y cuando eso sucede, se
nota en el producto. En nuestra zona tenemos muy buena panificación y por eso
es necesario agradecer la dedicación que ponen todos los trabajadores y ojalá
pronto podamos estar un poco mejor".
¿Por qué se
celebra hoy?
Cada 4 de agosto
se celebra el Día Nacional del Obrero Panadero, en conmemoración al 18 de julio
de 1887, fecha en la que se fundó en Buenos Aires la Sociedad Cosmopolita de
Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, el primer sindicato de esa
profesión del país.
Dicha institución
nació por iniciativa del italiano Ettore Mattei, quien se destacó como uno de
los organizadores del movimiento obrero y el movimiento anarquista en
Argentina. Fue la primera sociedad de resistencia y solidaridad de clase de la
nación basada en los principios de la acción directa y la huelga
revolucionaria.
Errico Malatesta,
otro famoso anarquista italiano que residió en el país entre 1885 y 1889, redactó
sus estatutos. En éstos, se resaltó la importancia que tiene la organización
federal tanto lugareña como regional y territorial; y se señaló la tendencia a
llegar a una Federación Regional Argentina de Trabajadores, así como también a
la solidaridad internacional.
Los anarquistas renombraron a los productos de panadería, por eso hacen alusión o burla a temáticas religiosas y militares: sacramentos, bolas de fraile, bombas, vigilantes, etc.
El único elemento
con tonalidad anarquista apareció en el artículo 7: "Esta sociedad no debe
inmiscuirse en cuestiones políticas". Esos estatutos sirvieron de modelo para
muchos otros creados en esa década por militantes de ideología similar, como
los zapateros, zingueros y obreros mecánicos.
Los anarquistas
renombraron a los productos de panadería, por eso hacen alusión o burla a
temáticas religiosas y militares: sacramentos, bolas de fraile, bombas,
vigilantes, etc.
Cabe destacar que
los miembros de esta sociedad anarquista fueron quienes renombraron a las masas
de repostería y facturas horneadas, que son popularmente conocidas en la
actualidad con nombres que hacen alusión o burla a temáticas religiosas y
militares. Entre las denominaciones: sacramentos, bolas de fraile (o suspiros
de monja), cañones, bombas y vigilantes.
El 4 de agosto
fue reconocido oficialmente como Día Nacional del Panadero por el Congreso
Nacional argentino en 1957. Desde entonces, la conmemoración de esta fecha es
un clásico en la sociedad.
Cada 4 de agosto
se celebra Día Nacional del Panadero; una fecha especial para reconocer a estos
trabajadores que con su labor artesanal elaboran los productos panificados para
que lleguen a todos los hogares; los otros esenciales que amasan el pan cada
mañana.
El del panadero
es un oficio muy versátil y sobre todo antiguo. A pesar de que adquirió cada
vez más profesionalización, el panadero es en sí mismo un artesano.
En San Francisco
cientos de personas desarrollan esta noble actividad a diario, en su mayoría,
en un horario donde el resto de la gente descansa para que, al despertarse,
puedan saborear el pan, las facturas o bizcochos recién horneados.
Los trabajadores
panaderos están nucleados en el Sindicato de Obreros Panaderos que, en nuestra
ciudad, al igual que en el resto del país, hoy celebrarán su día. En este caso,
el gremio cuenta con 450 afiliados en todo el departamento San Justo.
Claudio Rivolta, secretario
general de esta organización sindical en San Francisco, en diálogo con LA VOZ
DE SAN JUSTO reconoció que la actividad atraviesa "por un momento muy complejo"
vinculado con la crisis derivada de la pandemia.
"Nosotros siempre
fuimos trabajadores esenciales como mucho otros rubros y en nuestro caso, hemos
sufrido algunas pérdidas de compañeros por el coronavirus y eso nos generó una
rara mezcla de sensaciones y sentimientos", explicó.
"La actividad
cambió mucho"
El dirigente
sindical reconoció que con el paso de los años "la actividad cambió mucho" a
partir de la utilización de la tecnología en la elaboración de los productos de
panificación, "un proceso que se fue dando de manera paulatina pero constante".
La elaboración
artesanal ha pasado a ser un recuerdo ya que, según dijo Rivolta, "en San
Francisco pueden quedar una o dos panaderías" que aún conservan la manera
artesanal de elaborar el pan ya que el resto "sigue el proceso industrial"
mediante la tecnificación.
Los tradicionales
hornos a leña dieron paso a los hornos rotativos convencionales a gas mientras
que parte de la actividad que antes requerían del oficio del panadero ahora
fueron reemplazadas por máquinas como el caso de las sobadoras, cortadoras de
criollos y sistemas automatizados de producción.
"Si bien la
elaboración del producto es similar en todos los casos ya que siempre tiene que
estar la mano del panadero, este sistema ha introducido notorios cambios",
manifestó el entrevistado y confesó asimismo que a partir de estas
modificaciones "los sabores no son los mismos".
"No solo cambió
la técnica de elaboración sino también las harinas. El producto fue refinado,
se le fue quitando gluten y además se venden muchas premezclas lo que ubica muy
lejos a estos productos de otros que se consideraban como parte de la
panificación artesanal, tan rica y que identificaba a esta actividad hace
tiempo", se explayó Rivolta.
Como consecuencia
de estos cambios que introdujo la tecnología en la actividad, Rivolta se
atrevió a afirmar que "se está perdiendo lo artesanal que tenía este oficio"
que solo se sostiene por "el esfuerzo que hacen algunos panaderos de muchos
años en la actividad que siempre tienen algún 'secretito' para seguir
cautivando a los clientes con el sabor de sus productos".
Preocupa el comercio
informal
Con la
profundización de la pandemia de Covid-19 y el aislamiento, muchas personas
comenzaron a incursionar en la elaboración de productos de panificación que, en
un principio, fueron iniciados como un pasatiempo pero luego algunos quedaron
como una alternativa válida para engrosar los ingresos familiares.
Para ello, las
redes sociales funcionan como el canal de comunicación entre los productores y
sus clientes que encontraron en estas propuestas una alternativa de consumo
reforzada por el delivery.

Rivolta advirtió
sobre el impacto de la proliferación de pequeñas fábricas clandestinas de
panificados.
Esta situación
preocupa al sindicato ya que "si bien es una manera de que la gente pueda
incrementar sus ingresos, esto atenta contra el sector formal de la actividad".
"Al haber tantas
ventas informales esto atenta contra las empresas legalmente constituidas y de
manera indirecta nos preocupa a nosotros porque se reducen las fuentes de trabajo",
advirtió Rivolta.
Salarios
"Históricamente
tuvimos sueldos bajos", reconoció Rivolta al abordar la situación salarial del
sector.
"Los trabajadores
panaderos tenemos un salario promedio de alrededor de 45.000 pesos", apenas por
encima de los 41.994,86 pesos que el Indec establece como valor de la canasta
básica total para no caer debajo de la línea de la pobreza.
"La situación
salarial de nuestro sector es muy preocupante, sobre todo para aquellos que
tienen que pagar un alquiler", agregó.
Por último, el
dirigente gremial aprovechó la ocasión para dirigirse a los trabajadores
panaderos en su día "para agradecerles el esfuerzo realizado desde siempre y
que se incrementó durante la pandemia para no dejar faltar el pan en la mesa de
la gente así como también el resto de los productos de panificación. Esta es
una actividad en la cual hay que ponerle mucho amor y cuando eso sucede, se
nota en el producto. En nuestra zona tenemos muy buena panificación y por eso
es necesario agradecer la dedicación que ponen todos los trabajadores y ojalá
pronto podamos estar un poco mejor".
¿Por qué se
celebra hoy?
Cada 4 de agosto
se celebra el Día Nacional del Obrero Panadero, en conmemoración al 18 de julio
de 1887, fecha en la que se fundó en Buenos Aires la Sociedad Cosmopolita de
Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, el primer sindicato de esa
profesión del país.
Dicha institución
nació por iniciativa del italiano Ettore Mattei, quien se destacó como uno de
los organizadores del movimiento obrero y el movimiento anarquista en
Argentina. Fue la primera sociedad de resistencia y solidaridad de clase de la
nación basada en los principios de la acción directa y la huelga
revolucionaria.
Errico Malatesta,
otro famoso anarquista italiano que residió en el país entre 1885 y 1889, redactó
sus estatutos. En éstos, se resaltó la importancia que tiene la organización
federal tanto lugareña como regional y territorial; y se señaló la tendencia a
llegar a una Federación Regional Argentina de Trabajadores, así como también a
la solidaridad internacional.
Los anarquistas renombraron a los productos de panadería, por eso hacen alusión o burla a temáticas religiosas y militares: sacramentos, bolas de fraile, bombas, vigilantes, etc.
El único elemento
con tonalidad anarquista apareció en el artículo 7: "Esta sociedad no debe
inmiscuirse en cuestiones políticas". Esos estatutos sirvieron de modelo para
muchos otros creados en esa década por militantes de ideología similar, como
los zapateros, zingueros y obreros mecánicos.
Los anarquistas
renombraron a los productos de panadería, por eso hacen alusión o burla a
temáticas religiosas y militares: sacramentos, bolas de fraile, bombas,
vigilantes, etc.
Cabe destacar que
los miembros de esta sociedad anarquista fueron quienes renombraron a las masas
de repostería y facturas horneadas, que son popularmente conocidas en la
actualidad con nombres que hacen alusión o burla a temáticas religiosas y
militares. Entre las denominaciones: sacramentos, bolas de fraile (o suspiros
de monja), cañones, bombas y vigilantes.
El 4 de agosto
fue reconocido oficialmente como Día Nacional del Panadero por el Congreso
Nacional argentino en 1957. Desde entonces, la conmemoración de esta fecha es
un clásico en la sociedad.