Cómo ayudar a los niños y adolescentes a enfrentar los miedos
"¡Mamá!!!" grita aterrorizada Clarita mientras se tapa los ojitos en medio de la oscuridad de la noche y asegura convencida que hay un monstruo debajo de su cama. ¿Qué mamá o papá no vivió alguna vez esta situación cuando los pequeños se ven acosados por los fantasmas de los miedos?.
En la infancia y la adolescencia son
frecuentes los miedos y evolucionan según la edad. Es común que los
chicos no se animen a ir al patio de noche porque la oscuridad le da
temor, que el payaso de los dibujitos animados se les aparezca en
cualquier lado o sientan miedo a no ser aceptados por sus
compañeros.
Aunque es normal y hasta positivo que sientan temores, ya que ayudan a evitar peligros, es importante que los adultos podamos brindarles herramientas para vencerlos.
¿A qué tienen miedo los chicos según la edad?, ¿Qué debemos hacer como padres para ayudarlos?, ¿Cuándo se convierten en un problema?. La licenciada en Psicología, María José Palacios (MP-9684) del Instituto Neuro Rehabilitación y Educación, remarcó que el miedo "es algo normal y positivo en el desarrollo del niño, le ayudará a evitar peligros, a ser prudentes y a superar dificultades, pero siempre necesita el apoyo de los adultos para superar sus temores".
La psicóloga explicó que la situación "solo es problemática cuando el temor del niño es des adaptativo, es decir cuando no hay indicios racionales que justifiquen un miedo muy grande y esto genere angustia y extrema ansiedad".
Agregó que también puede ser una señal de alerta si con el paso del tiempo el miedo no va desapareciendo, aunque sea de una forma progresiva. "En los casos en que los miedos no desaparezcan no se debe dudar en consultar con un profesional especializado para que el niño pueda desarrollarse de una manera saludable", aconsejó Palacios.
Qué hacer
Explicarles que el miedo es normal en ciertas situaciones y por extraño que parezca el temor nunca hay que ridicudizarlos. La psicóloga recomendó que es importante que los padres, los adultos, puedan ofrecerle apoyo al niño o adolescente "demostrándole que no tiene porque tener miedo de una situación cotidiana, ayudándole a analizar racionalmente que esta fuera de peligro".
"Ayudarle a que el mismo evalúe su nivel de miedo y brindarle estrategias para que poco a poco vaya venciéndolo, por ejemplo que respire profundamente, piense en cosas agradables, que recuerde por qué está fuera de peligro, entre otras cosas", explicó.
Existen distintos factores que influyen en que algunos niños sean más temerosos que otros
¿Por qué hay chicos más temerosos que otros?
Existen distintos factores que influyen en que algunos niños sean más temerosos que otros. Al respecto la licenciada Palacios enumeró tres:
Su carácter: suelen tener más temores los niños con mucha fantasía o los niños muy irritables que se asustan rápido.
La educación: si es muy estricta o demasiado exigente crea niños inseguros y temerosos porque los estresa.
La actitud paterna: el modo en que los padres actúan ante sus miedos influye ya que el niño aprende por imitación.
Los temores según la edad
* (6 meses a 2 años): Pueden temerle a los desconocidos e incluso sentir ansiedad ante la ausencia de los padres, pero en general estos miedos son positivos y pueden indicar, incluso, una cierta madurez.
* (2 a 6 años):evolución de los miedos infantiles, ya que hay más estímulos que puedan provocarlos. Pueden entrar en escena estímulos imaginarios y los miedos pueden hacerse algo más abstractos (fantasmas, monstruos, etc.). también puede aparecer miedo a personas disfrazadas, miedo a los animales, a las tormentas, a la oscuridad.
* (7 a 11 años):los miedos comienzan a ser menos imaginarios y más basados en la realidad. Puede aparecer el miedo a daños físicos, a los accidentes, a los tratamientos médicos, etc. Ocasionalmente pueden empezar a manifestarse el miedo a cosas como no adaptarse socialmente al entorno o a que los padres se separen, si el ambiente familiar no es propicio.
* (12 a 14 años): importante reducción de los miedos anteriormente acumulados. En lugar de ellos, toman importancia los relacionados con el fracaso escolar o con el no ser aceptado por otros compañeros.
* (15 a 18 años): siguen un poco la línea de la etapa anterior, aunque cobran fuerza las preocupaciones por las relaciones personales, y por los logros académicos y deportivos. En cambio, los temores a cosas como el peligro o la muerte que se hayan podido experimentar anteriormente se van diluyendo poco a poco.
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