Chocolate: los detalles del caso a horas del juicio
El cachorro que murió tras agonizar varios días por haber sido despellejado vivo movilizó al país contra el maltrato animal.
Este lunes, desde las 9, en los Tribunales de San Francisco, Germán Gómez (37), comenzará a ser juzgado por la muerte del cachorro Chocolate, que en enero de 2017 fue despellejado vivo. El caso tuvo trascendencia nacional y llegó a varios países.
La audiencia será oral y pública. El juicio podía durar dos días y sentar un precedente judicial sobre el maltrato animal.
El peluquero está imputado como supuesto autor del delito de violación de domicilio e infractor a la ley 14.346 (Ley Sarmiento), que establece una pena de un mínimo de 15 días a un año de cárcel.
Gómez es defendido por el abogado local Sergio Corón Montiel, mientras la querella, la Fundación Bio Animalis, será representada por la abogada Gretel Monserrat.
El ataque
Chocolate fue despellejado vivo el 2 de enero del 2017 en un domicilio de calle Antártida Argentina al 600, en barrio La Milka, un complejo de departamentos.
El perro falleció tras agonizar ocho días a causa de las severas heridas en la veterinaria de Roberto Ferrero, quien, además, practicó la autopsia y colaboró en la incineración de sus restos que hoy yacen en un memorial a metros del edificio de tribunales.
Luego de conocido el hecho, por orden del fiscal que instruyó la causa, Oscar Gieco, Gómez pasó 19 días detenido en la cárcel de nuestra ciudad, luego recuperó su libertad.
Chocolate era un cachorro de tres meses, hijo de una perra - llamada Samanta - que llegó a la casa de la familia Notta meses antes del brutal desenlace.
Quien rescató al cachorro fue María Rosa Elena, una mujer que es reconocida por su devoción y protección hacia los animales.
Cuando la familia Notta vivía en esa vivienda, la madre de Chocolate apareció perdida, al tiempo quedó preñada y tuvo los cachorros. En noviembre de 2016, los Notta dejaron la vivienda porque el padre quedó desempleado.
En su nueva casa no tenían espacio para mascotas, por eso un familiar se ofreció a cuidarlos y darles de comer mientras salía la adopción de los animales.
En tanto, la mujer que los tenía al cuidado viajó para pasar las fiestas con sus familiares, quedando a cargo una pareja que iba al departamento y les daba de comer. La perra mayor se encontraba en un patio al frente del departamento y los cachorros en uno ubicado al fondo del inmueble.
Gómez, el imputado
Producto del trabajo de los investigadores, las sospechas recayeron sobre Germán Gómez. El hombre, de profesión peluquero y de bajo perfil, en aquel entonces vivía al lado de la vivienda - en Antártida Argentina al 600 - donde estaba Chocolate, aunque en recientes declaraciones radiales afirmó "que nunca lo vio" y que sólo "conoció" a su madre - Samanta - "porque estaba encerrada en el porsche" de la casa lindante a su departamento.
"No existen pruebas" en su contra dijo Gómez a días del juicio y señaló que una de las cosas que llama su atención es la cremación de los restos de Chocolate rápidamente después de su fallecimiento.
El peluquero contó a FM Romántica cómo sucedieron los hechos aquella jornada: "Ese día como a las 18 salí a cortar el césped en la parte del frente - con una bordeadora que describe como chica y vieja -, en mi departamento. Corté las rosas y después me metí adentro, al tener la peluquería siempre los lunes me dedicaba a cortarlo".
Sostiene que se enteró "por trascendidos" entre los vecinos sobre el hallazgo de Chocolate. Luego a su casa llegó la policía - un oficial que nombró como Lencina - en busca de pistas del posible autor de la brutal agresión al perro.
Gómez recuperó su libertad tras 19 días en la cárcel
Un crimen del pasado
El caso Chocolate reavivó el caso del homicidio del sanfrancisqueño Leonardo Tarditti (22), sucedido el 21 de octubre de 2005, en Frontera. ¿Por qué? Gómez había estado relacionado a esta causa, aunque luego la Justicia lo desvinculó. Sin embargo, la familia del fallecido sostiene, a pesar de los años que pasaron, que él tuvo participación en la muerte.
En una vivienda de calle 102, al 74, Tarditti fue apuñado en el corazón y murió desangrado camino al Hospital "J.B. Iturraspe". El joven tenía pareja y dos hijas.
En aquel entonces, los nombres de Alberto Saavedra y Gómez trascendían en la investigación del crimen. Saavedra fue condenado como autor de homicidio y Gómez -que en principio habría sido señalado por encubrimiento- desvinculado, por lo que no participó del juicio que se realizó en Rafaela.
El brutal ataque al cachorro sacó a la ciudad a la calle a repudiar semejante el acto de maltrato animal
Las pruebas
LA VOZ DE SAN JUSTO accedió al expediente de la causa Chocolate que instruyó el fiscal Gieco. Ahí consta que la propietaria de la perra y los cachorros estaban en el patio del departamento de un familiar, que había viajado hacia Buenos Aires. Ellos - luego de la mudanza de la familia Notta - quedaron supervisados por este familiar.
También está asentado que, en el allanamiento perpetrado en el departamento del peluquero, la policía secuestró una navaja, psicofármacos y una bordeadora.
Y se detalla el lugar donde estaba Chocolate: "Es un patio de pequeñas dimensiones, colinda con el departamento en donde vive Gómez, una de las paredes tiene 2 metros de altura y termina con rejas", describe el informe.
La casa del imputado y en la que residía el cachorro están divididas por paredones de distinta altura y grosor. "En el patio hay una de 2,50 metros de altura, la pared del costado este tiene 2,20 metros y la que colinda con el departamento del presunto agresor, una altura de 1,80 metros".
Para los investigadores "es el lugar de más fácil acceso sin ser observado desde el exterior".
En un párrafo del expediente, una vecina del complejo de departamentos de barrio La Milka, donde ocurrió el ataque, indicó que "encontrándose en el patio de su vivienda a las 17.30 del día lunes 2 de enero, comenzó a escuchar que un cachorro lloraba prolongadamente, que el can lloró y gritó con dolor por espacio de una hora".
En su declaración testimonial, agregó que a esa hora, Gómez se encontraba en el patio de su departamento, por lo que para la investigación sería imposible que el imputado no haya podido escuchar el llanto del animal.
En la instrucción también se dejó en claro que las lesiones fueron producidas por una persona y no animales, y se resalta: "El corte fue efectuado con un elemento filoso, de cuchilla plana y sin dientes".
Por otro lado, otra mujer testigo de la causa sostuvo que Gómez se comunicó con ella por teléfono y le dijo que en el patio del departamento de su vecina había perros y se habría quejado por los llantos de éstos, mientras que por otro lado, en el expediente figura que el imputado dijo "desconocer que había perros y que nunca había escuchado nada".
La investigación hace referencia a que en la casa de Gómez se habría encontrado un sillón con un almohadón apoyado en la pared que da hacia el patio donde se encontraba el cachorro; éste habría sido usado para "ingresar al patio, retirar el animal, cometer la agresión y luego lo habría arrojado al patio del departamento".
San Francisco marchó para pedir justicia
Conmoción
generalizada y el reclamo
de penas más duras
Cuando el 10 de enero de 2017 se conoció la noticia del fallecimiento de Chocolate, los vecinos y los proteccionistas de animales se convocaron en la Plaza Cívica para reclamar por justicia, pero también con un pedido firme para que las penas por maltrato animal sean endurecidas. La marcha se replicó luego frente al Congreso de la Nación, en Buenos Aires.
Recientemente, tomó estado público el texto de un anteproyecto de ley para reformar el Código Penal, en el mismo se incluye un capítulo referido a los actos de maltrato y crueldad hacia los animales y hacer más duras las penas.