Canillita, oficio de madrugadores
Este miércoles 7 de noviembre, no saldrá a la calle la edición impresa del diario LA VOZ DE SAN JUSTO, con motivo de conmemorarse el Día del Canillita, a quienes le enviamos un afectuoso saludo por su fundamental aporte a la tarea de llevar las noticias a los hogares del departamento San Justo.
No saben de lluvias, viento ni calor. Apenas dejan de trabajar cinco días en el año. Los 45 canillitas de San Francisco merecen el reconocimiento, porque este miércoles será su día y tendrán merecido descanso en el oficio que desde 1867 estrecha el vínculo entre los diarios y sus lectores.
Carlos Escudero tiene 64 años, desde hace 39 es canillita y parte del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas. Son contados con los dedos de las manos los días que para él no son laborables, pero cada 7 de noviembre es una excepción obligada.
Ese es su día y el de todos sus compañeros, y ahí el despertador se atrasa y ya no suena de madrugada.
Su día arranca a las 4 de la madrugada cuando se dirige a la rotativa de LA VOZ DE SAN JUSTO hacerse de los diarios para salir a repartirlos. "Siempre voy en bicicleta a todos lados, así que diariamente hago fácil unos 50 kilómetros. Yo no tengo problemas me meto con cuidado en cualquier lado", describió sonriente.
Su profesión la revive todos los días a la vieja usanza, pedaleando y con los diarios a cuestas. Para él no hay paradas ya que "anda todo el día en la calle".
Pero en su profesión no todo es color de rosa. "Con Internet el reparto cambió un poco, pero siempre tenemos clientes tradicionales que si me demoro, enseguida preguntan dónde estaba. Lo que más nos afecta, como ahora, son las crisis económicas", indicó.
Clientes de siempre
La gente que Carlos llama "mayor" es la que siempre está firme esperando desde temprano el diario de su ciudad y del departamento San Justo. "La mayoría de los clientes son personas de hace muchos pero muchos años. Por la crisis, mermó el trabajo, pero para ellos es como un vicio leerlo todos los días. Siempre tenemos una buena clientela base", sostuvo Escudero.
El lector necesita del canillita y viceversa. No importa si llueve o hace frío. Escudero recordó las heladas que supo atravesar para buscar los diarios y llegar a las casas con las noticias frescas cada mañana.
"Cuando salgo de casa siempre miro el cielo y ahí me preparo pero nunca dejo de salir a trabajar, y si por alguna razón me demoro, la gente se preocupa", afirmó el canillita. Y agregó que a lo largo de sus años en esta profesión no le tocaron "malos momentos" pero con los cambios en la sociedad, "anda con más cuidado".
"Yo ando por todos los barrios y sectores, no me pasó nunca nada malo, aunque a algunos compañeros sí. De todas maneras, siempre intentamos ser precavidos y elegimos volver más tarde. No andamos con miedo pero nos fijamos", finalizó.
Carlos no concibe un día en el que tenga que dejar todo, "siempre anduvo en la calle" y cree que si eso sucediera algún día "buscará alguna actividad similar porque esa es la única forma en que concibe la vida".