Afecciones respiratorias: vigilancia y prevención
Si bien los fríos extremos se están haciendo esperar, la necesidad de extremar los cuidados se impone ante la aparición de casos de enfermedades riesgosas para la vida del ser humano. Por cierto, la mejor arma es la prevención a través de la vacunación en algunos casos.
Las
enfermedades respiratorias son un flagelo que en esta época del año adquieren
picos preocupantes en muchos casos. Es una buena noticia la que trascendió
desde el Hospital J. B. Iturraspe en el sentido de que en San Francisco y en el
departamento San Justo aún no hay casos de tos convulsa, pese a que se
triplicaron en toda la provincia.
Esto, sin embargo, no amerita bajar la guardia. La tos convulsa, perfectamente prevenible a través de la vacunación, y otros males de las vías respiratorias constituyen un problema de salud pública que debe ser atendido con firmeza por los organismos sanitarios oficiales y privados, toda vez que su impacto en la población es significativo cada invierno. Por ello, se insiste en la vacunación para prevenir la tos convulsa: la dosis y refuerzos de la quíntuple en niños, adolescentes, embarazadas y personal de salud. Pero también en los mensajes que alertan sobre otros virus como el llamado sincicial respiratorio (VSR), la causa más frecuente de la bronquiolitis.
Sabido es que las enfermedades respiratorias representan una de las más requeridas de atención médica en todo el mundo, tanto en la consulta ambulatoria como en la internación, y se encuentran entre las primeras causas de mortalidad. Una proporción importante de las consultas, hospitalizaciones y muertes por malestares del sistema respiratorio es de origen infeccioso y, entre ellas, la neumonía, la enfermedad tipo influenza y la bronquiolitis son las afecciones respiratorias de mayor frecuencia y gravedad. El Ministerio de Salud de la Argentina sostiene que estas afecciones son la principal causa de consulta e internación en todas las edades -aunque afectan especialmente a los menores de 5 años y a las personas de 65 años y más.
Para peor, este año se ha sumado la tos convulsa, un mal infeccioso agudo de la vía aérea baja, muy contagioso, que puede ser muy grave sobre todo en los bebés y los niños, y si bien se puede prevenir a través de la vacunación, fue declarada por la Organización Mundial de la Salud como enfermedad re-emergente. En menores de un año registra una tasa de mortalidad de alrededor de hasta el 8% en algunos países. En adolescentes o adultos, puede presentarse en forma subclínica, lo que constituye una importante fuente de contagio. La gravedad es aún mayor si se tiene en cuenta que, a pesar de los 40 años de vacunación, aún se registran en el mundo 60 millones de casos por año, con más de 500 mil muertes.
En este contexto, si bien los fríos extremos se están haciendo esperar, la necesidad de extremar los cuidados se impone ante la aparición de casos de enfermedades riesgosas para la vida del ser humano. Por cierto, la mejor arma es la prevención a través de la vacunación en algunos casos. Aunque nunca estará de más acrecentar la vigilancia epidemiológica y mantener el alerta para que el sistema de salud esté en condiciones de hacer frente a los requerimientos que se producen frente a la emergencia de las afecciones respiratorias.