“A mi esposa la metieron presa por querer trabajar”, dijo el dueño del maxikiosco clausurado
“A mi esposa la metieron presa por querer trabajar”, dijo el dueño del maxikiosco clausurado
La comerciante de nuestra ciudad que el lunes
fue detenida por violar las normas que rigen la apertura de estos comercios durante
la cuarentena, recuperó la libertad tras pagar más de $40.000 de multa y
abogados. Su familia está indignada y asegura que fue una injusticia.
La comerciante de nuestra ciudad que el lunes
fue detenida por violar las normas que rigen la apertura de estos comercios durante
la cuarentena, recuperó la libertad tras pagar más de $40.000 de multa y
abogados. Su familia está indignada y asegura que fue una injusticia.
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El dueño de Maxikiosco “El Busca” contó a este diario su versión de los hechos | Fotos: Marcelo Suppo | LVSJ
"Mi esposa
estuvo dos días detenida sin haber cometido ningún delito, la metieron presa
por querer trabajar", aseguró Marcelo Plano, propietario de Maxikiosco "El
Busca", que fue clausurado días atrás por no cumplir con el protocolo para apertura
de estos comercios en medio dela pandemia de coronavirus.
Ayer
miércoles, tras pagar una multa de $ 40.186, recuperó su libertad Alicia Raquel
Ibáñez, dueña del emprendimiento comercial de barrio San Martín de nuestra
ciudad, quien el pasado lunes fue detenida por burlar la clausura del local que
el municipio había impuesto por atender al público fuera del horario permitido por
el decreto que regula el aislamiento, alegando que violó la norma al menos en
tres oportunidades.
Luego
de que el Tribunal Administrativo de Faltas del municipio diera participación a
la Justica, la misma fiscal, Leonor Faillá, que había ordenado la detención este
miércoles resolvió que la mujer de 35 años fuera liberada. En tanto, sigue imputarla
por "desobediencia a la autoridad".
Marcelo
sostiene que la causa de la clausura fue el entredicho que protagonizó con el inspector
municipal, ya que afirmó que según les informaron, el sábado anterior al Día
del Padre, estaban habilitados a abrir hasta las 20 y no hasta las 18, puesto
que el negocio además de alimentos, vende artículos de regalaría.
"Mi esposa
cometió una contravención, no un delito. Quiero conocer toda la verdad porque
ella fue presa por querer trabajar, nada más que por eso", expresó indignado en
diálogo exclusivo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
El abogado
defensor, Rubén Caffaratta, pidió la excarcelación de su defendida amparándose
en que se la acusa de un delito contravencional que no contempla pena privativa
de la libertad. Además, expuso que Ibáñez es madre de familia -tiene tres hijos,
la menor, de 10 años- y que por su condición de comerciante posee arraigo en la
ciudad.
Durante
dos días la mujer permaneció alojada en la Alcaidía de la Departamental San
Justo. Este diario intentó obtener el testimonio de la imputada, en tanto, fue su
esposo, Marcelo, quien rompió el silencio y accedió a la entrevista en la tarde de ayer en el local de Bv. 9 de Septiembre 2175, que todavía permanecía con la faja de clausura, aunque era inminente la apertura ya que fue abonada la multa.

"Estamos muy tristes porque nos clausuraron de
una manera injusta", dijo Marcelo.
"Ella
no está en condiciones de hablar, no se encuentra bien anímicamente, le afectó
mucho estar dos días detenida sin haber cometido ningún delito, la metieron
presa por querer trabajar", manifestó el hombre con un mezcla de impotencia,
bronca e indignación por lo sucedido, que a su entender, fue una injusticia.
"Estamos
muy tristes porque creo que nos clausuraron de una manera injusta", siguió.
Si
versión de los hechos
Plano
narró que "el viernes mi señora se comunicó a la línea municipal 103
preguntando por el horario de atención al público en víspera del Día del Padre.
Informó que nosotros teníamos artículos de regalaría. Quien la atendió le
informó que nosotros estábamos autorizados a cerrar a las 20", comenzó narrado
lo ocurrido Marcelo.
El
comerciante aseguró que ellos siempre respetaron los horarios establecidos por
el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) para los comercios minoristas
esenciales de proximidad, como kioscos y almacenes de barrio, de 7 a 18, aunque
desde ayer pueden abrir hasta las 20.
No
obstante, a causa de la información recibida en el 103, ese sábado anticiparon
en las redes sociales que iban a tender hasta las 20.
"A
las 19.50 del sábado 20 de junio, llegó un inspector y nos preguntó si teníamos
habilitación para atender hasta las 20, le informé lo que me habían dicho desde
el 103, me preguntó cómo estaba habilitado el comercio y le dije que como
proveeduría. Entonces, consultó por teléfono, cortó y me manifestó que tenía que
cerrar por orden de la jueza de faltas. Sin problema, comencé a guardar las
cosas que tenía en la vereda mientras el inspector permanecía parado allí",
relató Marcelo.
Pero
fue la llegada de una clienta que venía a buscar un regalo a última hora la que
disparó la discusión con el inspector municipal. "No dejaba entrar a la chica.
Le pedí que la dejara pasar porque venía a buscar un regalo que ya tenía
encargado, allí este inspector se pone mal y me dijo: "Vamos hacer las cosas
como querés vos, yo ahora te clausuro". Yo le respondí que hiciera lo que
quisiera y le entregué el regalo a la clienta", continuó.
El
empleado municipal le pidió la habilitación del comercio. "Se la mostré y le
tomó una foto y se fue. Cerré y al otro día me encontré con el negocio
clausurado", dijo Marcelo y comentó que en ningún momento tuvo en sus manos un acta
de clausura.
La
puerta de acceso a la vivienda familiar es además la puerta principal del local
comercial. "Al no tener en mi poder ninguna acta de clausura, el domingo abro
normalmente, pero al mediodía vuelven a clausurar el comercio, allí comencé a
atender por el costado ya que había gente que tenía regalos encargados".
De
la clausura a la detención
Al
lunes siguiente, Alicia comenzó el peregrinar que implica este tipo de trámites.
"Con el asesoramiento de un abogado, empezó a realizar el descargo, todo por
escrito", contó su marido.
El
letrado les sugirió que consultaran a un colega penalista "porque nos habían iniciado
una causa en la Justicia Penal por la rotura de la faja de clausura. Nosotros,
en nuestra ignorancia en el tema, desconocíamos que podía llegar a ocurrir eso".
Al
retornar el matrimonio de la reunión con el abogado, había dos policías de
civil frente al maxikiosco quienes le tonificaron a Alicia que tenían una orden
de detención en su contra. A las 17 de ese lunes finalmente fue detenida.
"Fue
una contravención, no un delito"
"Se la
llevaron en un auto sin identificación, la trataron muy bien, con mucho
respeto, pero pese a todo, ella ahora está angustiada, siente mucha vergüenza.
Ella siente la mirada de la gente y eso la pone mal", señaló Marcelo sobre el
estado anímico de su esposa.
"La
fiscal nos dijo que si no pagábamos la multa, ella no recuperaba la libertad.
El martes fui a las 13.15 para abonarla y ya estaba cerrado, no me la cobraron,
dejaron que mi señora pasara una noche más detenida. Finalmente este miércoles
a las 7 fui a pagar, luego el abogado Caffaratta llevó los comprobantes a la Fiscalía
y a las 15.30 la dejaron en libertad", continuó el relato.
Marcelo
no finalizó la entrevista sin dejar de mostrar su malestar. "Teníamos la
información de que se podía trabajar, creo que el inspector que clausuró no lo
hizo por el horario sino por el entredicho que mantuvo conmigo. Además mis
abogados me dijeron que mi esposa cometió una contravención, no un delito.
Entonces quiero saber quién ordenó la detención, deseo conocer toda la verdad
porque ella fue presa por querer trabajar, nada más que por eso".
"Mi esposa
estuvo dos días detenida sin haber cometido ningún delito, la metieron presa
por querer trabajar", aseguró Marcelo Plano, propietario de Maxikiosco "El
Busca", que fue clausurado días atrás por no cumplir con el protocolo para apertura
de estos comercios en medio dela pandemia de coronavirus.
Ayer
miércoles, tras pagar una multa de $ 40.186, recuperó su libertad Alicia Raquel
Ibáñez, dueña del emprendimiento comercial de barrio San Martín de nuestra
ciudad, quien el pasado lunes fue detenida por burlar la clausura del local que
el municipio había impuesto por atender al público fuera del horario permitido por
el decreto que regula el aislamiento, alegando que violó la norma al menos en
tres oportunidades.
Luego
de que el Tribunal Administrativo de Faltas del municipio diera participación a
la Justica, la misma fiscal, Leonor Faillá, que había ordenado la detención este
miércoles resolvió que la mujer de 35 años fuera liberada. En tanto, sigue imputarla
por "desobediencia a la autoridad".
Marcelo
sostiene que la causa de la clausura fue el entredicho que protagonizó con el inspector
municipal, ya que afirmó que según les informaron, el sábado anterior al Día
del Padre, estaban habilitados a abrir hasta las 20 y no hasta las 18, puesto
que el negocio además de alimentos, vende artículos de regalaría.
"Mi esposa
cometió una contravención, no un delito. Quiero conocer toda la verdad porque
ella fue presa por querer trabajar, nada más que por eso", expresó indignado en
diálogo exclusivo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
El abogado
defensor, Rubén Caffaratta, pidió la excarcelación de su defendida amparándose
en que se la acusa de un delito contravencional que no contempla pena privativa
de la libertad. Además, expuso que Ibáñez es madre de familia -tiene tres hijos,
la menor, de 10 años- y que por su condición de comerciante posee arraigo en la
ciudad.
Durante
dos días la mujer permaneció alojada en la Alcaidía de la Departamental San
Justo. Este diario intentó obtener el testimonio de la imputada, en tanto, fue su
esposo, Marcelo, quien rompió el silencio y accedió a la entrevista en la tarde de ayer en el local de Bv. 9 de Septiembre 2175, que todavía permanecía con la faja de clausura, aunque era inminente la apertura ya que fue abonada la multa.

"Estamos muy tristes porque nos clausuraron de
una manera injusta", dijo Marcelo.
"Ella
no está en condiciones de hablar, no se encuentra bien anímicamente, le afectó
mucho estar dos días detenida sin haber cometido ningún delito, la metieron
presa por querer trabajar", manifestó el hombre con un mezcla de impotencia,
bronca e indignación por lo sucedido, que a su entender, fue una injusticia.
"Estamos
muy tristes porque creo que nos clausuraron de una manera injusta", siguió.
Si
versión de los hechos
Plano
narró que "el viernes mi señora se comunicó a la línea municipal 103
preguntando por el horario de atención al público en víspera del Día del Padre.
Informó que nosotros teníamos artículos de regalaría. Quien la atendió le
informó que nosotros estábamos autorizados a cerrar a las 20", comenzó narrado
lo ocurrido Marcelo.
El
comerciante aseguró que ellos siempre respetaron los horarios establecidos por
el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) para los comercios minoristas
esenciales de proximidad, como kioscos y almacenes de barrio, de 7 a 18, aunque
desde ayer pueden abrir hasta las 20.
No
obstante, a causa de la información recibida en el 103, ese sábado anticiparon
en las redes sociales que iban a tender hasta las 20.
"A
las 19.50 del sábado 20 de junio, llegó un inspector y nos preguntó si teníamos
habilitación para atender hasta las 20, le informé lo que me habían dicho desde
el 103, me preguntó cómo estaba habilitado el comercio y le dije que como
proveeduría. Entonces, consultó por teléfono, cortó y me manifestó que tenía que
cerrar por orden de la jueza de faltas. Sin problema, comencé a guardar las
cosas que tenía en la vereda mientras el inspector permanecía parado allí",
relató Marcelo.
Pero
fue la llegada de una clienta que venía a buscar un regalo a última hora la que
disparó la discusión con el inspector municipal. "No dejaba entrar a la chica.
Le pedí que la dejara pasar porque venía a buscar un regalo que ya tenía
encargado, allí este inspector se pone mal y me dijo: "Vamos hacer las cosas
como querés vos, yo ahora te clausuro". Yo le respondí que hiciera lo que
quisiera y le entregué el regalo a la clienta", continuó.
El
empleado municipal le pidió la habilitación del comercio. "Se la mostré y le
tomó una foto y se fue. Cerré y al otro día me encontré con el negocio
clausurado", dijo Marcelo y comentó que en ningún momento tuvo en sus manos un acta
de clausura.
La
puerta de acceso a la vivienda familiar es además la puerta principal del local
comercial. "Al no tener en mi poder ninguna acta de clausura, el domingo abro
normalmente, pero al mediodía vuelven a clausurar el comercio, allí comencé a
atender por el costado ya que había gente que tenía regalos encargados".
De
la clausura a la detención
Al
lunes siguiente, Alicia comenzó el peregrinar que implica este tipo de trámites.
"Con el asesoramiento de un abogado, empezó a realizar el descargo, todo por
escrito", contó su marido.
El
letrado les sugirió que consultaran a un colega penalista "porque nos habían iniciado
una causa en la Justicia Penal por la rotura de la faja de clausura. Nosotros,
en nuestra ignorancia en el tema, desconocíamos que podía llegar a ocurrir eso".
Al
retornar el matrimonio de la reunión con el abogado, había dos policías de
civil frente al maxikiosco quienes le tonificaron a Alicia que tenían una orden
de detención en su contra. A las 17 de ese lunes finalmente fue detenida.
"Fue
una contravención, no un delito"
"Se la
llevaron en un auto sin identificación, la trataron muy bien, con mucho
respeto, pero pese a todo, ella ahora está angustiada, siente mucha vergüenza.
Ella siente la mirada de la gente y eso la pone mal", señaló Marcelo sobre el
estado anímico de su esposa.
"La
fiscal nos dijo que si no pagábamos la multa, ella no recuperaba la libertad.
El martes fui a las 13.15 para abonarla y ya estaba cerrado, no me la cobraron,
dejaron que mi señora pasara una noche más detenida. Finalmente este miércoles
a las 7 fui a pagar, luego el abogado Caffaratta llevó los comprobantes a la Fiscalía
y a las 15.30 la dejaron en libertad", continuó el relato.
Marcelo
no finalizó la entrevista sin dejar de mostrar su malestar. "Teníamos la
información de que se podía trabajar, creo que el inspector que clausuró no lo
hizo por el horario sino por el entredicho que mantuvo conmigo. Además mis
abogados me dijeron que mi esposa cometió una contravención, no un delito.
Entonces quiero saber quién ordenó la detención, deseo conocer toda la verdad
porque ella fue presa por querer trabajar, nada más que por eso".