A diez años del caso Massini: cuando la Justicia no alcanza
Pasó una década del brutal hecho de inseguridad y de la condena, y la familia de la víctima convive con otro drama: cruzar al asesino de Teresita en las calles del pueblo, luego de estar seis años en la cárcel, donde cumplió la mayoría de edad.
A poco más de diez años del asalto y asesinato de Teresita Quaranta de Massini, ocurrido en Porteña en 2009, queda la sensación de que la Justicia no alcanza para atenuar el dolor de la pérdida de un ser querido de la manera más cruel.
En la mañana del 28 de febrero, Teresita no se imaginaba que iba a ser atacada ferozmente en su propia casa y que producto de esa acción iba a perder la vida. Lo cierto es que ese día, tal como cualquier otro, ella se encontraba en su casa de Porteña, mientras que su esposo estaba trabajando en el campo hasta que al regresar se encontró con su mujer gravemente herida por el ataque.
Ese no era un día cualquiera para la familia Massini porque a la noche iban a compartir una cena por el cumpleaños de Teresita, que había sido dos días antes.
Todo era alegría hasta que pasó lo peor.
Según surge de la investigación judicial, Teresita se encontró dentro de su vivienda con Fabio Zeláyez, un conocido de la familia que, aprovechando esa cercanía ingresó con intenciones de robo y no tuvo piedad de esta mujer de 60 años que resultó brutalmente atacada con un martillo y un cuchillo, lo que a la postre, dos días más tarde iba a terminar con su vida.
En ese momento, el acusado era menor de edad. Tenía 16 años y su padre era empleado de la familia. Quizá esta situación hizo que Teresita no sospechar que pocos segundos después iba a sufrir una verdadera tortura.
Este caso llevó al menor ante la Justicia. Lo que parecía la resolución lógica de un homicidio en ocasión de robo, un caso aberrante, terminó con "sabor a poco" para los familiares que debieron observar pasivamente cómo el acusado lograba, a través de un juicio abreviado donde reconoció la autoría del hecho, ser condenado a 7 años de prisión de los cuales cumplió 6 años hasta que finalmente en 2015 recuperó la libertad.
Zeláyez pasó poco menos de cinco años en el penal de Bouwer hasta que cumplió 21 años y luego fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº 7 en San Francisco para terminar de cumplir la condena y retornó a Porteña donde vive actualmente y transita por los mismos lugares que los familiares de su víctima.
Mauricio Massini, hijo de Teresita, recordó que en ese momento "no pudimos ni siquiera ser querellantes porque el acusado era menor de edad" lo que les impidió seguir de cerca la investigación de la causa.
Cara a cara con el asesino de su madre
Luego de la muerte de su madre, el momento más difícil que tuvo que afrontar Mauricio fue cuando estuvo cara a cara con el homicida.
"El día que a Zeláyez lo van a condenar al asesino de mi mamá tuvimos una audiencia con la jueza de Menores quien nos adelanta que lo condenaban a 7 años. En ese momento nos preguntó a mí y a mi hermana si lo queríamos ver y dijimos que sí. Minutos después lo vimos y fue un momento muy difícil para nosotros. Lo vi entrar y en ese momento se me paralizó el corazón. Desde entonces, no recuerdo más nada".
En los años en que cumplió condena, Zeláyez terminó la escuela secundaria y estudió la carrera de Abogacía. Mientras tanto, los familiares de Teresita la extrañan cada vez más.
Una sentencia que "no fue suficiente"
Fabio Zeláyez fue condenado siendo menor de edad, lo que le permitió atenuar la pena por el grave delito cometido.
Al momento de analizar el accionar judicial, Massini reconoció que "la Justicia no fue suficiente" en este caso ya que si bien "se hizo todo lo que era posible hacer en ese momento y con esas leyes, el acusado tuvo muchos beneficios a los que se acogió y por los cuales obtuvo una condena muy leve comparado con el asesinato que cometió".
"Si me preguntás si se hizo justicia, tengo que decir que sí, pero a nosotros eso no nos sirve demasiado. Se cumplió la pena que le dieron, pero por otro lado no me sirve porque no me garantiza que en algún momento esta persona pueda tomar algún tipo de represalia para con algún miembro de mi familia que vive en Porteña".
Según Massini, "el tiempo dirá" si los años que estuvo preso le sirvieron para cambiar. "Eso es algo que ni él lo puede llegar a saber. Lo único que sabemos es que él mató a mi mamá y eso no se puede remediar más".
"Ninguna Justicia es suficiente para calmar el dolor que se siente por la pérdida de una persona de la manera en que la mataron. No calma nada, en definitiva no me sirve de nada", concluyó el hijo de la víctima.