Transportes escolares: incertidumbre y apoyo de los padres
Los dos servicios de transporte de estudiantes están sin trabajar desde marzo cuando comenzó la cuarentena por el coronavirus. Sobreviviendo de otros ingresos, sus "clientes" siguen haciendo sus aportes porque saben lo importante que son para sus hijos.
Las camionetas de Carina Pérez y Juan Antolini están detenidas allí frente a sus casas, apenas que salen para hacer algún trámite personal o se ponen en marcha para que no se arruinen la batería u otra pieza del motor, porque ya se sabe que arreglarlas puede costar un dineral.
Por la pandemia del coronavirus y la consecuente cuarentena con los chicos en casa sin ir a la escuela, los transportes escolares trabajaron el 15 de marzo por última vez y desde entonces no volvieron a ver a sus pasajeros.
La situación es dramática para los dos choferes que son los encargados de trasladar a 40 niños y adolescentes de nuestra ciudad a sus colegios. Tras establecida la cuarentena, ellos quedaron sin posibilidad de tener un ingreso y todavía no hay una confirmación de la posible fecha de la vuelta a clases.
Sin embargo, algunos padres -que los consideran parte de la familia por la confianza depositada- hacen un enorme esfuerzo económico y siguen pagando este servicio. "Pasamos de trabajar doce horas por día con todos los turnos escolares a nada", dijo Carina Pérez a LA VOZ DE SAN JUSTO.
En su caso, ella vive actualmente con el ingreso de su esposo que es empleado en relación de dependencia y con eso, se mantiene toda la familia de cinco integrantes.
Juan Antolini, por su parte, tenía otra actividad entre viaje y viaje, que es la cadetería de trámites para una empresa pero esto era un complemento al servicio de transporte escolar. Sin embargo, ayuda también que su esposa psicóloga, tenga trabajo para mantener a sus tres hijos. "Nuestro trabajo está completamente parado. Este era mi gran ingreso económico y solo trabajamos medio mes de marzo", contó Juan.
Al ser vehículos habilitados para transporte escolar, los choferes no pueden hacer la tarea de remis o transporte de encomiendas. "Al tener habilitación escolar, no puedo hacer remis y cambiar la habilitación sería un gasto no conveniente sabiendo que ser remisero no es tanto el ingreso. También intenté el trabajo de paquetería pero al tener asientos, no me da el espacio ni quitándolos. Estoy parada completamente", expresó Carina.
Como mamá y papá
Tanto Carina como Juan trabajan hace casi una década en el transporte escolar. La confianza depositada por los padres se traduce en el apoyo que reciben de las familias en este contexto por la pandemia.
"En los meses de mayo y junio, mucho padres me aportaron una parte de la cuota a modo de colaboración para que siga solventando los gastos fijos de ser transporte escolar y me dijeron que esa plata ya la tenían destinada para el transporte. Eso que me ayudaron estas familias luego se los voy a reconocer cuando volvamos a encontrarnos", explicó Carina.
A Juan le pasó lo mismo. "En esta situación que estamos atravesando todos, no le pedí la cuota a los papás pero muchos de ellos, siguieron pagando para colaborar y también para resguardar el lugar de sus hijo. Me da vergüenza que me paguen y no le pedí a nadie pero muchos tuvieron la iniciativa de pagarme. Al principio no acepté pero luego sí y lo agradezco mucho".
"Es muy valorable que los padres se preocupen por tu situación económica y que haya confianza por parte de ellos que vas a volver a trabajar apenas se pueda", agregó la mujer.
"Hay una relación estrecha con los chicos. Llevamos niños de tres años al jardín y ellos te ven como su mamá. Son los que bajás en upa hasta la puerta del jardín de infantes, te llaman para el día de tu cumpleaños y los sentís como tus hijos. Cuando termina el año lectivo se los extraña y mucho. Ellos nos están confiando lo más valioso, sus hijos", confesó Carina.
"Algunos niños se criaron con uno. Los llevé de niños pero ahora también de grandes por el frío y el horario. Este es un trabajo muy especial. No lo vivo como un trabajo, lo siento cómo si fuera su papá porque si a mí hijo lo llevaran a la escuela quisiera que lo traten como a un hijo", describió Juan.
Seguir adelante
En ambos casos, son muchos los gastos mensuales que se tienen, entre ellos el seguro, la habilitación y otros extras que llegan a ser el 35 % del total del ingreso mensual de las cuotas que rondan los $2.500 mensuales aproximadamente.
A esto, hay que sumarle que en el caso de Carina, ella renovó su vehículo y mes a mes tiene que pagar la cuota de su camioneta: "Tengo un crédito prendario que es imposible no pagar".
Con gran esfuerzo, los choferes siguen abonando los seguros y la habilitación porque saben que en el momento que los chicos puedan volver a clases, rehacer los trámites sería casi imposible económicamente, y prefieren estar listos para la vuelta. "Sigo pagando todo como si estuviera en actividad porque sé que el día que vuelva, es imposible tener todo en regla", explicó la chofer.
Vuelta incierta
Mucho se habla del regreso a clases. Hace unos días, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, volvió a marcar como fecha posible del regreso a las aulas agosto, tras las vacaciones de invierno, en la mayor parte del país, pero insistió en que la vuelta a las clases se verá afectada por la pandemia de coronavirus y "será una escuela distinta".
En ese marco y con la incertidumbre latente de un posible regreso, se suma cómo serán los protocolos que deberán tener en cuenta los transportes escolares cuando vuelvan a llevar a los chicos a la escuela. "Esperamos el regreso después de las vacaciones de julio pero no sabemos cómo será esa vuelta y los protocolos que se van a aplicar. Va a ser complicado porque en los países donde volvieron las clases hubo rebrote de coronavirus y eso me alerta", explicó Juan.
Cabe destacar que de por sí, los transportes escolares están regulados bajo la ordenanza 2213 es la que establece las características que debe reunir la prestación del servicio de transporte escolar.
La misma legislación señala que la capacidad máxima de escolares sentados se determinará de acuerdo con la cantidad de asientos habilitados, quedando prohibido el uso de asientos provisorios, como asimismo llevar personas de pie. Se admitirá el uso de hasta dos asientos auxiliares de los denominados 'transportines' siempre que formen parte integrante de la estructura interior del vehículo y que al levantarse quienes los ocupen, accionen en forma tal que dejen libre el pasillo de circulación.
También podrán viajar hasta tres niños menores de 12 años en aquellos asientos para mayores de los denominados dobles.
Todas las posibilidades y espacios, seguramente tendrán que reverse. Por el momento, Carina y Juan esperan volver a trabajar y reencontrarse con sus clientes, que para ellos son como sus hijos, y ellos son parte de sus familias.