La belle époque de la arquitectura sanfrancisqueña
Hasta antes de 1956 los diseños arquitectónicos en San Francisco provenían de ideas de profesionales foráneos. Cuando Carlos Juan Magistrello en aquel entonces y después se le sumó Rafael Macchieraldo en 1962 impulsaron la época dorada de la arquitectura local.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Los 130 años de San Francisco son 130 años de construcción, más de un siglo de vida donde se han construido cosas maravillosas que perduran en la memoria colectiva. No obstante, no siempre esa mano de obra fue auténtica y directa de la ciudad. Tal es así que se hicieron magníficas obras, pero los arquitectos no eran nativos, sino que provenían de Córdoba o algunas veces de Rosario.
Todo cambió cuando en 1956 volvió con su título en mano a la ciudad Carlos Juan Magistrello, fallecido en marzo de este año, y quien fuera el primer arquitecto que siendo sanfrancisqueño fue a estudiar la carrera y retornó para echar raíces y reforzar los cimientos de la Belle Époque local.
Pocos años después sigue sus mismos pasos Rafael Macchieraldo que para 1962 ya era también el profesional y, tras el deceso de Magistrello, es actualmente el arquitecto con más trayectoria en la ciudad.
Por su vastísima experiencia en el campo de la arquitectura y ser también el que más trayectoria tiene en la actualidad, recorrió los grandes momentos de quiebre arquitectónico en la ciudad que la identificaron en distintas épocas.
Casa Piemonte donada por la familia Losano.
Su memoria hizo un recorrido rápido y distinguió tres etapas a partir de la arquitectura de mano sanfrancisqueña cuando su colega Magistrello retornó a la ciudad. Así dadas las cosas indicó que la primera se ubica entre ese 1956 hasta fines de los años '60.
Allí empieza la segunda que se simboliza por los años dorados en la construcción hasta pasados los años '70, y por último detalló cómo el avance en las técnicas y tecnología dan cuenta de un modo de trabajo en los años más recientes.
"San Francisco logró
tener una arquitectura buena, destacada, de buen nivel, con muy buenos
constructores que ejecutaran bien las obras".
Primer momento
Macchieraldo volvió a elogiar a su colega Magistrello y no es poco porque él fue pionero en volver a la ciudad para enaltecerla más y modernizarla. Hasta ese momento quienes diseñaban si eran arquitectos no eran sanfrancisqueños.
"Yo me recibí en 1962, empecé a trabajar en una época donde todavía no se reconocía el trabajo de los arquitectos, los que proyectaban eran arquitectos, ingenieros, técnicos constructores, maestros mayores de obras", contó.
Ex Casa Bertello que ocupaba gran parte de la manzana y la posterior. Hoy ocupa el edificio la confitería Atlantis.
Durante este período recordó que "un momento fundamental" de la historia arquitectónica local es el proyecto con el que se construyó el Centro Cívico.
"Creo que un momento fundamental de la arquitectura fue el Centro Cívico porque le ordenamiento a la ciudad (así como una vez lo hizo el tren que pasaba por allí), mantuvo su línea de la recova alrededor", relató Macchieraldo a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Fines de los '50 y principios de los '60 fue un momento muy importante de la arquitectura porque el Centro Cívico ordenó todo", insistió el entrevistado quien sostuvo que fue uno de los elementos fundamentales que permitió ganar el concurso a los cinco arquitectos de Córdoba quienes desbancaron al célebre Cesar Pelli que también participó-.
Antiguo banco de Córdoba
Segundo momento
El período que va desde los años finales de 1960 hasta los últimos del '70 fueron la época dorada en la arquitectura sanfrancisqueña.
"Había mucha aceptación y reconocimiento en aquel momento de los proyectos, se aceptaban las propuestas y de ahí surgieron muchas cosas. Fue una época de oro donde se hicieron muchas obras", resaltó el arquitecto ahora jubilado.
Macchieraldo resaltó que no solo hubo mucho trabajo sino también que también fue "muy bueno". A esto se agrega que en aquel entonces proliferaron diferentes barrios de viviendas que perviven aun en la actualidad y que permitieron expandir la ciudad a la clase trabajadora.
También en este período él comenzó a construir con otros arquitectos locales (para la época eran 8 ya en actividad oriundos de acá) el edificio de la Catedral luego que se demoliera el anterior por sus problemas edilicios.
Fue en aquel momento que también se empezó a delinear la base de cómo más adelante se encararían los diseños en arquitectura.
"En arquitectura en aquel momento no había un estilo como previamente, más ahora que hay líneas sencillas, simples. Hoy no hay molduras por ejemplo", señaló. Para contrastar épocas disímiles entre sí basta ver las fachadas de antiguos edificios como el viejo Banco de Córdoba o el actual Galicia que tienen otra connotación.
Casi como padre fundador de una camada grandísima de arquitectos sanfrancisqueños que siguieron sus pasos y embellecen la ciudad, Macchieraldo resaltó la utilización de recursos variados en la construcción. "Hoy se están haciendo cosas muy lindas, con los últimos materiales. La industria se adapta de acuerdo a lo que hace falta y da más posibilidades en la arquitectura por ejemplo con los vidrios, la pintura", subrayó. Una obra "reciente" es la del pabellón Región Piemonte que cumplirá 22 años en pocos meses y está dentro del predio de la Sociedad Rural. Sin embargo, también hay que destacar renovaciones como la del antiguo Teatro Colón donde hoy hay un paseo con ese nombre o la renovación de "La estrellita", el actual Colegio de Arquitectos e incluso la renovación del edificio donde estuvo Macoser y ahora es un complejo propiedad de la familia Macchieraldo. "San Francisco logró tener una arquitectura buena, destacada, de buen nivel, con muy buenos constructores que ejecutaran bien las obras", sintetizó. Tercer momento
Macchieraldo frente a la primera casa que diseñó, en Bv. 9 de Julio y pasaje Visconti.
La primera casa
Al llegar al diario Macchieraldo señaló de inmediato con orgullo cuál era la primera casa que realizó como profesional siendo recientemente egresado de la universidad. Se trata de la vivienda de la familia Fava ubicada en Bv. 9 de Julio y pasaje Visconti pero esa sería la primera de muchos proyectos en los que intervino.
"Hice más de 2000 proyectos, no sabría decir cuál me gusta más", dijo. Con esa afirmación de nuevo giró su cabeza hacia esa casa donde empezó todo. En ese momento cuando terminó se sintió realizado como profesional.
"Mi primer trabajo en San Francisco fue la casa de Pedro Amadeo Fava - ubicada en pasaje Visconti y Bv. 9 de Julio. Tiene reminiscencias a Le Corbusier, un arquitecto de gran moda en su momento y mi cliente me dio la alternativa de desarrollar cosas que en San Francisco eran increíbles en ese momento, era una historia nueva", aseveró.
Años después - no tantos - estuvo a cargo con otros arquitectos del proyecto de construcción de la "nueva" Catedral, entre todos formaron una interesante "simbiosis" porque trabajaban "para su querida ciudad". Después llegó el edificio del banco de Córdoba y más adelante el del Colegio Nacional. Todo se hizo en grupo: "No era difícil trabajar en equipo porque todos teníamos la misma línea de estudio en la universidad".