El difícil momento de Cacho Castaña
Continúa internado en terapia intensiva. San Francisco lo adoptó hace 20 años y hoy pide por su recuperación. Su amigo, Alberto Morero, recordó la vida en la ciudad del popular cantante y sus tiempos de vendedor de tractores.
El popular cantante y compositor Cacho Castaña continúa internado en terapia intensiva en el porteño Sanatorio Los Arcos, del barrio de Palermo, donde fue ingresado el viernes por nuevas complicaciones en su estado de salud. Su médico aseguró que las próximas 48 serán decisivas.
Castaña (77) estaba en el Remeo Center de Pilar, un centro de rehabilitación especializado en enfermedades respiratorias, donde se recuperaba luego de haber estado casi un mes internado en Los Arcos hasta el mes pasado.
Sin embargo, según confirmó a los medios la jefa de prensa del cantante, Leticia Gourdin, el cuadro del cantante se agravó por una bacteria que afectó sus pulmones y debió ser trasladado nuevamente al centro asistencial, donde desde ayer es tratado con antibióticos.
Quien hace 26 años vivió en San Francisco, el creador de canciones como "Para vivir un gran amor", "Café La Humedad" y "Garganta con arena", atraviesa serios problemas de salud desde hace unos 15 años.
En 2005 fue internado por una dolencia cardíaca, en 2011 por problemas respiratorios y el 24 de diciembre de 2013 fue ingresado en Los Arcos por complicaciones derivadas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) que padece.
Desde fines de 2018 su estado comenzó a volverse aún más frágil, con recurrentes internaciones asociadas a sus afecciones respiratorias, ya que en noviembre pasado fue ingresado por un cuadro bronquial.
Ya el 5 de agosto último volvió a ser hospitalizado, esta vez por una neumonía, y fue dado de alta cuatro días después, aunque el 23 del mismo mes volvió al sanatorio por un virus respiratorio sincitial.
Estuvo internado poco menos de un mes, hasta el 19 de septiembre, y continuó su recuperación en el Remeo Center de Pilar hasta que ayer su estado volvió a agravarse.
El músico de 77 años se encuentra internado en una clínica de Palermo. Su médico aseguró que las próximas 48 serán decisivas.
Cuando fue un vecino de barrio Roca y vendía tractores
Humberto Vicente Castagna es tan porteño como sus letras -una se la dedicó a la ciudad de Buenos Aires- pero San Francisco lo supo "adoptar" y lo tuvo caminando sobre sus adoquines allá por 1993 cuando ya se perfilaba como un grande la canción melódica y el tango, dejando su marca en la radiofonía local.
Fue Alberto Morero, su amigo entrañable, quien lo alojó en su casa durante dos meses. Juntos disfrutaron de asados, salieron a vender maquinaria agrícola y vivieron momentos inolvidables como "hermanos" que la vida cruzó.
"Me llamó diez días antes de la internación y lo primero que me dijo es que estaba mal. Ninguno de los dos estaba cero kilómetro en ese momento pero él estaba peor que yo. Le dije que iba a viajar a un Buenos Aires para hacerle un asadito como los viejos tiempos pero todavía no pudo ser. Nunca voy a tener un amigo como Cacho", contó Alberto a LA VOZ DE SAN JUSTO sobre la última vez que habló con él.
La casa de Almafuerte al 500, en barrio Roca, resguarda anécdotas de dos meses de convivencia de Cacho, su novia de entonces y los Morero. "Dormía en mi casa. Mi hija María Laura estaba estudiando en la ciudad de Córdoba y teníamos lugar de sobra. Mi hijo Luis le ayudaba en su programa`La cueva de los vampiros´ que se trasmitía de lunes a viernes de 15 a 17 en FM Contacto que funcionaba en el primer piso del Teatro Mayo", recordó Morero.
La vida del músico en nuestra ciudad era como la de un coterráneo. Trabajaba y disfrutaba de San Francisco como uno más. "Cacho vino buscando tranquilidad pero también estaba complicado de dinero. San Francisco era un lugar para escapar de la vorágine de la gran ciudad".
El artista también lo acompañaba a Alberto a vender maquinaria agrícola y los fanáticos enloquecían. "¡Imaginate! Cacho vendiendo tractores en el campo. Las mujeres lo reconocían y los maridos no les creían", narró.
Los "plazos fijos" del éxito
Morero rememoró que en el año que Cacho vino a la ciudad tenía grabadas canciones que con el tiempo serían un éxito. El músico tal vez lo sabía, o no, pero lo salvarían para siempre.
Entre las anécdotas, Alberto recordó que esas canciones sonaron por primera vez en una casetera en San Francisco. Al año siguiente, esos "plazos fijos" musicales se convirtieron en un éxito. "Tenía guardado 'Ojalá que no puedas', 'Señora si usted supiera', 'Por esa puta costumbre'. Yo le dije, 'grabalos ya' y me contestó que todavía no era el momento". Lo que vino después, todos lo saben.
Como hermanos
"Cacho era el hermano que mi mamá no me dio y él me decía que yo era el hermano que había fallecido", expresó un Alberto emocionado hasta las lágrimas.
Ese vínculo que lograron tiene más de 50 años. "Yo tenía 21 y él 28 cuando nos conocimos gracias a un amigo en común, Miguel 'Bochi' Copetti, en Buenos Aires. Él me dijo que su baterista se casaba y no podía seguir y ahí empecé yo".
"Me presentaron como el gringo de Córdoba y lo primero que hizo fue decirme: `Qué cara de hijo de p... que tenés. Y así comenzó la amistad", siguió cómico.
Aquel día que se conocieron compartieron un puchero, vieron fútbol y arrancaron a escribir la historia de una amistad que no sabe de tiempo ni distancias. Alberto lo acompañó a Cacho durante cinco años en su carrera musical.