El celular en familia: educar antes que prohibir
El celular para los chicos, ¿si o no?. En una realidad en la que la tecnología forma parte de la vida cotidiana no se puede ir a contramano, hoy cambiaron las reglas de juego en la sociedad y es importante aprender a convivir con la tecnología ya que es un recurso más que permite optimizar tiempos y acortar distancias. Acompañar, educar y supervisar, es la consigna.
"Cuando era chico no había celulares y no me pasó nada", dicen algunos abuelos. Hoy la tecnología ya está instalada en nuestras vidas y por eso es cada vez más común que los padres decidan darle un teléfono celular a sus hijos por razones como la seguridad y la necesidad de estar comunicados en la rutina familiar.
Pero este avance de la tecnología que hace que llegue a las manos de los chicos cada vez a edades más tempranas, sigue provocando dudas en los adultos que llegan a prohibir su uso. ¿Eso es conveniente?. No se puede ir a contramano de un mundo cada vez más lleno de pantallas que forman parte de la vida diaria, alejando a los chicos de una realidad en la que nacieron.
Hoy nuestras necesidades no se satisfacen de la misma manera que en otra época porque las demandas también cambiaron con las nuevas reglas de juego en la sociedad y es importante aprender a convivir con la tecnología ya que es un recurso más que permite optimizar tiempos y acortar distancias en una era de globalización.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, la psicopedagoga y profesora de Psicopedagogía, Analía Dussin (MP-230934) afirmó que en estos casos es fundamental "educar desde el ejemplo y no prohibir. No nos podemos resistir al cambio y más si este implica crecimiento".
Advirtió que todo lo prohibido genera más atractivo y no se concibe la educación desde la prohibición. "Los modelos, el ejemplo, el tiempo para explicar y ayudar a crecer pero también desde el cuidado y la protección son las conductas que hacen grandes a nuestros hijos y generan personas con el valorable don de la empatía, ya que para ello es absolutamente necesario poder registrar al otro contemplando sus necesidades", destacó.
Un recurso útil si es supervisado
La psicopedagoga afirmó que el celular y las pantallas "pueden ser un recurso muy útil si es supervisado, pero si no hay supervisión de los adultos puede convertirse en un factor de alto riesgo para los niños".
Recordó que como todo cambio genera resistencia y siempre hay emociones que se ponen en juego, "ello lleva a conductas extremas en un principio hasta que se pueden encontrar los equilibrios y es ahí cuando podemos decir objetivo alcanzado o prueba superada".
"Si entendemos que desde que nacemos aprendemos podríamos tomar conciencia de la influencia de nuestros padres, docentes y contexto social en la construcción de nuestro dispositivo que nos dispone de una determinada manera a aprender", dijo Dussin.
Agregó que es claro "observar como los niños tienen otra aproximación espontanea al objeto desconocido (tecnológico) que los adultos. Todo objeto desconocido genera curiosidad y luego de la exploración, la satisfacción de los resultados alcanzados, más cuando se presentan como estímulos cada vez mas atractivos permitiendo la autodirección de sus acciones a partir de sus intereses".
"Planteado de esta manera sería el modo de aprendizaje ideal -añadió- al que ningún alumno se resistiría desde un ámbito también formal como la institución educativa, sin descontar que los aprendizajes serian verdaderamente significativos".
Es importante preguntarse con qué fin se le va a dar el celular a los chicos
A qué edad conviene darles un celular
La psicopedagoga afirmó que más que preguntarse a qué edad conviene que los chicos tengan el celular, es importante analizar "con qué objetivo se le brindaría y en función de la respuesta a esa pregunta, las edades y momentos podrían ser varios y distintos. El momento que debemos dárselos para que se comuniquen va a depender del uso que hayamos instalado en nuestra vida diaria sobre el mismo".
Dussin recordó que hoy el celular no es solo un elemento de comunicación, por eso "al resto de las funciones tenemos que darles desde el mundo adulto el sentido y utilidad que verdaderamente tiene para cada ocasión, nunca, reitero, puede remplazar una enseñanza desde lo vincular, solo acompañarla o reforzarlas".
Siempre priorizar el contacto directo
Internet y las tecnologías permiten sentir la cercanía de personas que están a distancias muy lejanas, sin embargo nada reemplaza la riqueza del contacto directo. "El contacto cara a cara nos brinda un arsenal de información que nos es privada desde la tecnología", remarcó la psicopedagoga.
Al respecto analizó que la tecnología "ayuda en situaciones, pero afecta en otras hasta aprendiendo a resolver situaciones de la vida cotidiana donde implican la adquisición de habilidades sociales". "Actualmente que el niño no copie en la escuela no tiene las mismas consecuencias que hace tiempo, -ejemplificó- una sola captura y un envío por mensaje, no obliga a dirigirse a solicitar la tarea prestada, con lo que ello implica, y luego tener que tomarse la molestia también de devolverla".
La profesional dijo que con éste avance tecnológico que vivimos se desdibuja el protagonismo de los niños en la escuela y se fortalecen los grupos de madres que si bien pudieron existir por diálogo en la puerta de la escuela, nada tiene que ver con la intensidad y la intimidad y hasta vulnerabilidad que genera este tipo de comunicación.
"Es por ello que estos estímulos o estilo de comunicación por muy útiles y atractivos que sean nunca pueden remplazar o competir con el vínculo humano. Provoca mucha tristeza ver a familias completas o grupos de amigos alrededor de una mesa donde cada uno esta en su mundo frente a una pantalla de celular. Entonces como decir no al momento que los chicos soliciten un celular si en otras ocasiones se les brinda este estimulo para tenerlos entretenidos y que no molesten", detalló Dussin.
Añadió que las pantallas son un reflejo de la realidad, nunca son la realidad y los reflejos muchas veces pueden estar distorsionados por muchos motivos. "Por eso nunca deberíamos prescindir de la realidad y solo utilizar ese recurso cuando necesito una herramienta que supla o colabore a enriquecer mi realidad. Nunca remplazarla".
"Las pantallas pueden ser un recurso muy útil si es supervisado, pero si no hay supervisión de los adultos puede convertirse en un factor de alto riesgo para los niños", aseguró la psicopedagoga, Analía Dussin.
Sin tecnología nos aislamos
¿Podría pensarse una vida en familia o en las escuela sin tecnologías?. Es imposible desandar lo andado, borrar lo aprendido o prescindir de lo adquirido salvo por alguna situación especial. "No seria inteligente desaprovechar los avances de la tecnología que permiten alcanzar mejor calidad de vida", afirmó Dussin.
Sin embargo agregó que como todo recurso o herramienta creada y usada por el hombre no es en sí mismo mala ni buena, "es nuestro móvil, nuestra intención, nuestro conocimiento y conciencia que nos permite determinar nuestro modo de uso, es quien determina si construyo o destruyo con mi acción".
"El aporte del adecuado uso de la tecnología nos tendría que sumar y no restar, pero para ello la concepción que se tiene acerca del enseñar y el aprender en todos los ámbitos de la vida hoy ya no deberían responder a los viejos conceptos de sujetos pasivos receptores, sino de mentes ágiles y ávidas de conocimiento que se direccionan a través de móviles cada vez mas selectivos que responden a motivaciones emocionales cada vez mas fuertes", finalizó.