“Las costureras” de Caritas, un oficio para vivir
Un grupo de 38 mujeres dispuestas a superarse aprenden costura y producen todo tipo de elementos que luego venden. Un stand inspirador en San Francisco Expone.
Un grupo de mujeres que asisten al taller de microemprendimientos de Cáritas de la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro -Bv. Roque Sáenz Peña 108- se mostraban orgullosas en un stand de San Francisco Expone 2019 acompañando atractivos trabajos realizados a mano.
Se podían ver bolsos, almohadones, rosarios, adornos y demás trabajos hechos totalmente a mano por parte de estas mujeres que hacen realidad el objetivo de Cáritas que señala que "mejor que un pescado es entregar una caña para que la gente pueda pescar por sí misma".
Luego de seis años de actividad el taller se mantiene a disposición de quienes quieren aprender y de esa manera obtener una herramienta para generar un ingreso económico. Con las ganancias que obtienen, estas mujeres logran juntar dinero para alimentar y mantener a sus hijos.
El taller cuenta con seis máquinas para coser, funcionan de manera permanente impulsado por el ánimo y la creatividad de las 38 mujeres que forman parte de este grupo. El grupo de bordado está compuesto por 11 mujeres; 16 mujeres que van a costura y otras 11 de tejido.
María Eugenia Giletta está a cargo de Cáritas de Perpetuo Socorro y junto a Rosa, la experta en costura; Mirtha, profesora de bordado y Ana, que enseña tejido, dieron detalles de lo que presentaron en la exposición a través del taller que funciona desde 2013.
"Este taller es un verdadero microemprendimiento. Para que esto funcione, Cáritas provee el espacio físico, las máquinas de coser y el material con el cual se hacen estos trabajos. Todos los jueves las chicas vienen a realizar costura y tejido. El producto de la venta es para la persona que lo hace", contaron.
Cáritas, por su parte, aporta todos los materiales.
"Con esto se motiva a la persona a través de lo que puede realizar por sí misma. Nosotros no solo buscamos que aprenda a hacer algo sino que también tenga un rédito económico a partir de allí", señalaron.
Giletta explicó que mientras se enseña los secretos de cada actividad "también recibimos mucho de parte de estas personas" porque "lo importante de un taller de Cáritas no es solo aprender la técnica sino pasar dos o tres horas de buenos tratos y de construcción de relaciones interpersonales maravillosas".
Con la ayuda de las empresas y la comunidad
Y agradeció "la desinteresada colaboración de La Casa del Tapicero que nos donó la mayoría de los retazos de tela con los cuales nuestras mujeres pueden hacer estos trabajos maravillosos. Para los bolsos se reciclan los jeans que nos dona la gente".
Por último, Giletta indicó que "este es el mejor ejemplo del cumplimiento del objetivo de la promoción humana para lo que tanto trabaja Cáritas y estas mujeres lo hacen posible".