Cuidado del cabello
Los detalles que no se ven, pero hacen que todos miren: el final feliz empieza en tus puntas
Las claves simples y efectivas para transformar tu rutina capilar y devolverle vida a tu pelo te las trae Woda con esta guía de consejos.
Hay algo profundamente simbólico en las puntas del pelo. Son el recuerdo de lo que fuimos y la promesa de lo que seremos. Pero en el camino… se resecan, se abren, se quiebran, y de golpe tu pelo deja de decir “estoy divina” y empieza a gritar “rescatame ya” .
Unas puntas suaves y selladas cambian todo. Te levantan el peinado, el humor y hasta el algoritmo. Así que, si vivís en San Francisco, entre humedad, calor, cepillado y viento, tomá nota. Acá va la guía para que tus puntas sean la mejor parte de tu pelo (y no la más sacrificada).
Todo empieza en la ducha, no en la planchita
¿El champú limpia? Sí. ¿Tiene que ser uno cualquiera? Absolutamente, no.
Elegí fórmulas suaves, nutritivas, sin sulfatos agresivos. Porque si arrasás desde el lavado, las puntas no tienen chance.
Consejo: aplicá el champú en el cuero cabelludo, nunca en las puntas. Dejalas que se limpien con la espuma que baja.
Nunca subestimes el poder de un buen protector térmico
Hay productos que son opcionales, caprichos que van y vienen según el estado de ánimo o el clima.
Después está el protector térmico: ese gesto chic e invisible que marca la diferencia entre tener pelo... y pelazo.
Aunque su nombre sugiere que sólo sirve si vas a usar calor, la realidad es otra: el protector térmico va siempre, después del lavado . ¿Secas al natural? También. ¿No tocás la planchita ni con un palo? Igual.
¿Por qué? Porque además de proteger contra el calor del secador o la buclera, sella la fibra, disciplina el frizz y mantiene la hidratación donde más la necesitás: adentro del pelo. Aplicalo con el pelo húmedo y peiná suavemente para distribuir.
El toque final no se negocia (aunque nadie lo note una simple vista)
Un aceite o suero final no es un lujo. Es el botón que cierra el vestido. Ayuda a sellar la cutícula y evita que la hidratación se escape.
Poné una gota (literalmente, una) en la palma. Activala frotando las manos y pasala solo en las puntas. Siempre sobre cabello seco, no húmedo. En caso de usar suero, aplicar una gota todas las noches antes de dormir.
Unas puntas suaves no son casualidad. Son una mezcla entre disciplina, buenos productos y mucho amor propio.
Cuidar tu pelo es una forma de autocuidado, y las puntas son la parte que más merece tu atención: estuvo ahí desde el principio. Y si las tratás bien, no van a irse antes de tiempo.