PERSONAS CON ENFERMEDAD DE FABRY DEBERÍAN TENER PRIORIDAD PARA VACUNARSE CONTRA EL CORONAVIRUS
PERSONAS CON ENFERMEDAD DE FABRY DEBERÍAN TENER PRIORIDAD PARA VACUNARSE CONTRA EL CORONAVIRUS
La Enfermedad de Fabry afecta a cerca de uno de cada 40 mil varones y a una de cada 20 mil mujeres en el mundo, por lo que se estima que en la Argentina hay entre 500 y 1.000 personas que conviven con esa condición.
La Enfermedad de Fabry afecta a cerca de uno de cada 40 mil varones y a una de cada 20 mil mujeres en el mundo, por lo que se estima que en la Argentina hay entre 500 y 1.000 personas que conviven con esa condición.
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"Los pacientes con Enfermedad de Fabry pueden desarrollar complicaciones cardíacas, neurológicas, renales o gastrointestinales, además de dolor en distintas partes del cuerpo", explicaron los especialistas
Los pacientes con
Enfermedad de Fabry "deberían tener prioridad para acceder a la vacuna
contra el Covid-19", ya que presentan un "riesgo elevado de sufrir
complicaciones por ese virus", afirmaron especialistas con motivo del Mes
de Concientización sobre esa condición poco frecuente, que se conmemora cada
abril.
"Los pacientes con Enfermedad de Fabry
pueden desarrollar complicaciones cardíacas, neurológicas, renales o
gastrointestinales, además de dolor en distintas partes del cuerpo",
afirmó el nefrólogo Pedro Marcelo Quieto.
El jefe de
Servicio de Nefrología del Hospital Interzonal General de Agudos Rodolfo Rossi,
de La Plata, señaló que "esto los pone frente a un mayor riesgo de
presentar un cuadro grave si se contagian de Covid-19, por lo que es altamente
recomendable que tengan acceso prioritario a la vacuna".
La Enfermedad de
Fabry afecta a cerca de uno de cada 40 mil varones y a una de cada 20 mil
mujeres en el mundo, por lo que se estima que en la Argentina hay entre 500 y
1.000 personas que conviven con esa condición.
"Se trata de
una enfermedad crónica, multisistémica, lenta y progresiva. Sus síntomas
comienzan en los primeros años de vida y se van acrecentando con el paso de los
años. Suelen ser más precoces y graves en los varones que en las mujeres. En
edades pediátricas, las manifestaciones más frecuentes son los dolores
neuropáticos, que se presentan como pinchazos, hormigueos, ardor o sensación de
quemazón, sobre todo en manos y pies", detalló el médico del Departamento
de Pediatría del Hospital de Clínicas José de San Martín Diego Ripeau.
Y añadió:
"En general, son desencadenados por el ejercicio y las temperaturas
extremas. Otras manifestaciones frecuentes son los síntomas gastrointestinales,
como dolores recurrentes, diarrea, constipación y sensación de saciedad precoz
por plenitud gástrica. También puede haber falta de transpiración, manchas en
la piel, vértigo, mareos y pérdida de la audición".
Consultado acerca
de los síntomas en la edad adulta, Ripeau explicó que "están relacionados
con el compromiso de los principales órganos afectados, como el riñón
(aparición de espuma en la orina, despertares nocturnos para ir a orinar y
alteración de la función renal en el laboratorio), el corazón (palpitaciones,
cansancio, agitación, edemas y agrandamiento de las paredes en los estudios de
imágenes) y el sistema nervioso central (accidentes cerebro vasculares con
manifestaciones transitorias o permanentes)".
"La
afectación de estos órganos lleva al aumento de la mortalidad en edades
tempranas", completó el especialista.
Las personas que
padecen Enfermedad de Fabry suelen visitar varios especialistas, demorar en
promedio unos 15 años hasta lograr un diagnóstico certero y, una vez que llegan
al mismo y al tratarse de una condición hereditaria, se suele estudiar también
a los familiares para ver si se hallan nuevos casos, ya que la enfermedad puede
detectarse en estadios tempranos aún antes de que aparezcan síntomas.
"Se calcula
que sólo la mitad de los pacientes con Fabry tiene diagnóstico. Esto sucede en
buena medida porque no se suele conocer acerca de esta condición y por lo tanto
no se sospecha, y además porque los síntomas son comunes a otras afecciones, lo
que muchas veces confunde al médico", explicó Quieto.
Uno de los
pilares fundamentales para que los pacientes tengan una mejor calidad de vida
es contar con la medicación necesaria, que consiste en infusiones que pueden
aplicarse en sus propios domicilios.
En este sentido,
Ripeau aclaró que acceder a la medicación "es condición necesaria pero no
suficiente" para alcanzar el control de la enfermedad: "Aún teniendo
acceso sistemático a la medicación, la adherencia al tratamiento no siempre es
completa. Etapas como la adolescencia suelen ser conflictivas a la hora de
cumplir un tratamiento crónico. No obstante, la organización de infusiones
domiciliarias ha facilitado mucho el cumplimiento de los tratamientos, evitando
el tiempo de traslado de los pacientes a los hospitales o centros de salud y la
burocracia que conlleva".
Los pacientes con
Enfermedad de Fabry "deberían tener prioridad para acceder a la vacuna
contra el Covid-19", ya que presentan un "riesgo elevado de sufrir
complicaciones por ese virus", afirmaron especialistas con motivo del Mes
de Concientización sobre esa condición poco frecuente, que se conmemora cada
abril.
"Los pacientes con Enfermedad de Fabry
pueden desarrollar complicaciones cardíacas, neurológicas, renales o
gastrointestinales, además de dolor en distintas partes del cuerpo",
afirmó el nefrólogo Pedro Marcelo Quieto.
El jefe de
Servicio de Nefrología del Hospital Interzonal General de Agudos Rodolfo Rossi,
de La Plata, señaló que "esto los pone frente a un mayor riesgo de
presentar un cuadro grave si se contagian de Covid-19, por lo que es altamente
recomendable que tengan acceso prioritario a la vacuna".
La Enfermedad de
Fabry afecta a cerca de uno de cada 40 mil varones y a una de cada 20 mil
mujeres en el mundo, por lo que se estima que en la Argentina hay entre 500 y
1.000 personas que conviven con esa condición.
"Se trata de
una enfermedad crónica, multisistémica, lenta y progresiva. Sus síntomas
comienzan en los primeros años de vida y se van acrecentando con el paso de los
años. Suelen ser más precoces y graves en los varones que en las mujeres. En
edades pediátricas, las manifestaciones más frecuentes son los dolores
neuropáticos, que se presentan como pinchazos, hormigueos, ardor o sensación de
quemazón, sobre todo en manos y pies", detalló el médico del Departamento
de Pediatría del Hospital de Clínicas José de San Martín Diego Ripeau.
Y añadió:
"En general, son desencadenados por el ejercicio y las temperaturas
extremas. Otras manifestaciones frecuentes son los síntomas gastrointestinales,
como dolores recurrentes, diarrea, constipación y sensación de saciedad precoz
por plenitud gástrica. También puede haber falta de transpiración, manchas en
la piel, vértigo, mareos y pérdida de la audición".
Consultado acerca
de los síntomas en la edad adulta, Ripeau explicó que "están relacionados
con el compromiso de los principales órganos afectados, como el riñón
(aparición de espuma en la orina, despertares nocturnos para ir a orinar y
alteración de la función renal en el laboratorio), el corazón (palpitaciones,
cansancio, agitación, edemas y agrandamiento de las paredes en los estudios de
imágenes) y el sistema nervioso central (accidentes cerebro vasculares con
manifestaciones transitorias o permanentes)".
"La
afectación de estos órganos lleva al aumento de la mortalidad en edades
tempranas", completó el especialista.
Las personas que
padecen Enfermedad de Fabry suelen visitar varios especialistas, demorar en
promedio unos 15 años hasta lograr un diagnóstico certero y, una vez que llegan
al mismo y al tratarse de una condición hereditaria, se suele estudiar también
a los familiares para ver si se hallan nuevos casos, ya que la enfermedad puede
detectarse en estadios tempranos aún antes de que aparezcan síntomas.
"Se calcula
que sólo la mitad de los pacientes con Fabry tiene diagnóstico. Esto sucede en
buena medida porque no se suele conocer acerca de esta condición y por lo tanto
no se sospecha, y además porque los síntomas son comunes a otras afecciones, lo
que muchas veces confunde al médico", explicó Quieto.
Uno de los
pilares fundamentales para que los pacientes tengan una mejor calidad de vida
es contar con la medicación necesaria, que consiste en infusiones que pueden
aplicarse en sus propios domicilios.
En este sentido,
Ripeau aclaró que acceder a la medicación "es condición necesaria pero no
suficiente" para alcanzar el control de la enfermedad: "Aún teniendo
acceso sistemático a la medicación, la adherencia al tratamiento no siempre es
completa. Etapas como la adolescencia suelen ser conflictivas a la hora de
cumplir un tratamiento crónico. No obstante, la organización de infusiones
domiciliarias ha facilitado mucho el cumplimiento de los tratamientos, evitando
el tiempo de traslado de los pacientes a los hospitales o centros de salud y la
burocracia que conlleva".