LA SEGURIDAD EN EL LÍMITE INTERPROVINCIAL
LA SEGURIDAD EN EL LÍMITE INTERPROVINCIAL
La inseguridad es un flagelo que no
reconoce fronteras provinciales. Por ello, la estrategia debe ser integral.
La inseguridad es un flagelo que no
reconoce fronteras provinciales. Por ello, la estrategia debe ser integral.
Desde el municipio se informó que se llevó
a cabo una reunión para delinear estrategias en materia de seguridad en el límite
entre Córdoba y Santa Fe, más precisamente en los sectores del Camino
Interprovincial y los barrios aledaños. Participaron jefes policiales de las
dos provincias y los intendentes de San Francisco y Josefina, aunque se
excusaron de participar funcionarios de la municipalidad de Frontera, sin que
se hayan explicitado los motivos.
De todos modos, el encuentro sirvió -se
afirmó- para actualizar el diagnóstico de la realidad de la seguridad en esta
área sensible, hoy considerada como un enclave riesgoso por el límite
jurisdiccional y también por el avance de algunas modalidades delictivas, en
especial el narcotráfico.
De acuerdo a lo que se señaló, el
encuentro fue "positivo" porque se pudo "seguir delineando estrategias sobre la
problemática que tenemos en común las tres jurisdicciones, al igual que en todo
el país, que es la inseguridad", dijo el intendente interino Gustavo Klein. Aseguró que "la idea es reforzar, incrementar
los controles y los patrullajes para intentar brindar mayor seguridad a los
vecinos, pero en esta oportunidad se habló de hacer hincapié en el camino
interprovincial y zonas aledañas al mismo".
Resulta plausible que la seguridad en el
límite interprovincial sea motivo de análisis de las autoridades de los
gobiernos locales. Sin embargo, los planteos y las estrategias no siempre han
satisfecho las expectativas de la ciudadanía que siente una casi permanente
sensación de inseguridad. Vale recordar que hace casi 35 años que existe la
Región Centro y, no obstante aquel espíritu de integración, poco se ha plasmado
en la realidad. Al menos, en esta materia tan sensible que afecta a la vida de
la gente.
Por otra parte, es auspicioso que los
gobiernos locales se involucren en la problemática. Son los municipios los que
tienen contacto directo con los anhelos de la gente y están en condiciones de
tomar la temperatura del clima social. Son sus autoridades las que pueden
diagnosticar la realidad y entregar a las autoridades de las fuerzas de
seguridad sus conclusiones para que éstas puedan diseñar las medidas que
permitan afrontar el problema.
En materia de seguridad, son muchas las
noticias y muchas más las especulaciones sobre lo que sucede en el "triángulo"
del límite interprovincial. Que la situación no es la mejor, es fácilmente
constatable. Y que el problema es complejo, agravado por la tardanza en
encontrar pautas de acción comunes entre las dos policías. Por ello, los
municipios necesitan adentrarse en el protagonismo de la en la construcción de
la seguridad ciudadana.
La inseguridad es un flagelo que no
reconoce fronteras provinciales. Por ello, la estrategia debe ser integral,
incluyendo acciones que permitan abordar todas las facetas del problema
atacando sus diversas aristas, y contemplando un monitoreo y evaluación de las
iniciativas realizadas para poder corregir desvíos y medir el impacto real de
las acciones implementadas. Todo este proceso debe ser permanente y mantenerse
alejado de las vicisitudes que ocurran en cada dependencia policial.
Desde el municipio se informó que se llevó
a cabo una reunión para delinear estrategias en materia de seguridad en el límite
entre Córdoba y Santa Fe, más precisamente en los sectores del Camino
Interprovincial y los barrios aledaños. Participaron jefes policiales de las
dos provincias y los intendentes de San Francisco y Josefina, aunque se
excusaron de participar funcionarios de la municipalidad de Frontera, sin que
se hayan explicitado los motivos.
De todos modos, el encuentro sirvió -se
afirmó- para actualizar el diagnóstico de la realidad de la seguridad en esta
área sensible, hoy considerada como un enclave riesgoso por el límite
jurisdiccional y también por el avance de algunas modalidades delictivas, en
especial el narcotráfico.
De acuerdo a lo que se señaló, el
encuentro fue "positivo" porque se pudo "seguir delineando estrategias sobre la
problemática que tenemos en común las tres jurisdicciones, al igual que en todo
el país, que es la inseguridad", dijo el intendente interino Gustavo Klein. Aseguró que "la idea es reforzar, incrementar
los controles y los patrullajes para intentar brindar mayor seguridad a los
vecinos, pero en esta oportunidad se habló de hacer hincapié en el camino
interprovincial y zonas aledañas al mismo".
Resulta plausible que la seguridad en el
límite interprovincial sea motivo de análisis de las autoridades de los
gobiernos locales. Sin embargo, los planteos y las estrategias no siempre han
satisfecho las expectativas de la ciudadanía que siente una casi permanente
sensación de inseguridad. Vale recordar que hace casi 35 años que existe la
Región Centro y, no obstante aquel espíritu de integración, poco se ha plasmado
en la realidad. Al menos, en esta materia tan sensible que afecta a la vida de
la gente.
Por otra parte, es auspicioso que los
gobiernos locales se involucren en la problemática. Son los municipios los que
tienen contacto directo con los anhelos de la gente y están en condiciones de
tomar la temperatura del clima social. Son sus autoridades las que pueden
diagnosticar la realidad y entregar a las autoridades de las fuerzas de
seguridad sus conclusiones para que éstas puedan diseñar las medidas que
permitan afrontar el problema.
En materia de seguridad, son muchas las
noticias y muchas más las especulaciones sobre lo que sucede en el "triángulo"
del límite interprovincial. Que la situación no es la mejor, es fácilmente
constatable. Y que el problema es complejo, agravado por la tardanza en
encontrar pautas de acción comunes entre las dos policías. Por ello, los
municipios necesitan adentrarse en el protagonismo de la en la construcción de
la seguridad ciudadana.
La inseguridad es un flagelo que no
reconoce fronteras provinciales. Por ello, la estrategia debe ser integral,
incluyendo acciones que permitan abordar todas las facetas del problema
atacando sus diversas aristas, y contemplando un monitoreo y evaluación de las
iniciativas realizadas para poder corregir desvíos y medir el impacto real de
las acciones implementadas. Todo este proceso debe ser permanente y mantenerse
alejado de las vicisitudes que ocurran en cada dependencia policial.