TED GUTH, UN AMIGO DE ORO PARA LOS DEVOTENSES
TED GUTH, UN AMIGO DE ORO PARA LOS DEVOTENSES
El norteamericano que arribó a Devoto por primera vez en 1969, regresó en 50 oportunidades a la localidad a visitar a sus amigos. Esta vez, le prepararon una "fiesta dorada". "Sé que es más fácil que yo venga a Devoto a que ellos me visten en mi país, por eso es cita obligada", dijo.
El norteamericano que arribó a Devoto por primera vez en 1969, regresó en 50 oportunidades a la localidad a visitar a sus amigos. Esta vez, le prepararon una "fiesta dorada". "Sé que es más fácil que yo venga a Devoto a que ellos me visten en mi país, por eso es cita obligada", dijo.
DEVOTO.-
Visitar la localidad de Devoto se convirtió para Ted Guth en una cita obligada
cada año, desde aquel 1969, cuando el norteamericano arribó al pueblo por
primera vez en el marco de un contingente de 24 jóvenes becarios de American
Field Service (AFS), que llegaban desde Estados Unidos para familiarizarse con
el idioma y la cultura argentina.
Desde aquel
entonces, Ted forjó una amistad que perduró a través del tiempo con sus
compañeros de curso- de aquel 5° año que cursó en el Instituto José María Paz y
con quienes nunca dejó de verse.
Esta semana es
especial para todos ellos, ya que su amigo yanqui volvió al pueblo, alcanzado
así su viaje número 50, motivo por el cual sus compañeros le prepararon una
"fiesta de oro" para celebrar esta amistad que no conoce de distancias ni de
tiempo.
"Me cuesta
creer que ya vine 50 veces, realmente es mucho tiempo. Cuando venía en el avión
rememoraba muchas cosas que hemos hecho y compartido con mis amigos devotenses
en este tiempo y realmente podría escribir un libro", señaló Ted en una
entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, quien tiene 66 años, es doctor en Química y
reside en la ciudad de San Miguel, California, donde en reiteradas
oportunidades recibió la visita de amigos de estos lados, aunque ninguno logró
igualar siquiera su récord, ya que el que más veces viajó alcanzó las cinco
visitas. "Yo sé que es más fácil que yo venga a Devoto a que vayan ellos a
visitarme a Estados Unidos, teniendo en cuenta la diferencia de salarios y la devaluación
de la moneda argentina. Si nos veríamos una vez cada cinco años, la relación no
sería la misma, por eso entiendo que soy yo el que debo venir", reflexionó.
"He podido
instaurar en mis afectos, costumbres poco comunes en Estados Unidos"
Ted contó
además las sensaciones que le provoca cada vez que emprende su viaje hacia
Devoto. "Cuando sé que estamos cerca de destino empiezo a mirar por la
ventanilla todo el tiempo y pienso lo bien que lo vamos a pasar y como nos
vamos a divertir".
"De hecho, cada
vez que subo a un avión- algo muy frecuente por mi trabajo- aprovecho los
momentos de silencio para pensar en la Argentina y en especial en este pueblo",
manifestó.
Devoto, su
segundo hogar
Consultado
sobre qué significa el pueblo para él, no dudó en señalar que es su segundo
hogar ya que la gente lo identifica como un devotense más.
"Cuando camino
por el pueblo la gente me conoce, me saluda por mi nombre. Creo es eso lo que
me marcó desde aquella primera vez que llegué a la localidad a hacer mi experiencia
estudiantil de intercambio".
"Yo vivo en San
Miguel, una ciudad de California con 4.000 habitantes donde saludo a mi vecina
de enfrente pero ni siquiera sé cómo se llama. La experiencia que yo viví acá
me marcó mucho y eso es lo que me hace volver cada año", explicó.
Inclusive contó
que muchas de las costumbres que adoptó en la Argentina fueron transmitidas a
sus amigos norteamericanos. "Yo les inculqué que abrazarse entre hombres no
estaba mal, que es una demostración de afecto entre amigos. También juntarnos
seguido a comer, a pescar, ir a la montaña, el hecho de compartir cosas
sencillas de la vida, lo cual no es muy común en mi país".
La amistad, un
culto
Sus amigos
devotenses aseguran que Ted hace de la amistad "un culto" y que no conocen otra
persona que valore este sentimiento como tal. Por su parte, el norteamericano
definió la amistad como un estado "más confiable que el amor (de pareja). Los
amigos no te fallan, no te abandonan", aseguró.
"Tengo amigos
en Estados Unidos que son muy especiales para mí, de hecho la amistad en mi
país también juega un papel muy importante, pero no se compara con el lazo que
tengo con mis amigos argentinos", señaló Ted.
Asimismo
reconoció que "la amistad es mutua, no soy solamente yo el que tiene ese sentido
de la relación. Creo que este
pensamiento refleja lo que es la comunidad devotense, forjado en base a la
cooperación, el mutualismo y la amistad".
Al respecto
agregó que "esos valores se ven cuando uno camina por las calles y aprecia la
limpieza, el orden, la amabilidad de su gente. Esto fue justamente lo que me
impactó del pueblo y lo que me hace volver cada año, desde hace 50", subrayó.
La fiesta
En esta
oportunidad, lo más especial de su visita fue la fiesta que le prepararon sus
amigos, que se desarrolló anoche en el salón de
Sociedad Cosmopolita de Devoto, motivo de reencuentro con sus compañeros de
aquella promoción 1969 del Instituto José María Paz y sus amigos no solo de
Devoto sino de todas partes del país.
Hasta la hija
de Ted, que reside en Inglaterra, decidió ser parte de este festejo,
considerando lo que significa Devoto para su padre.
DEVOTO.-
Visitar la localidad de Devoto se convirtió para Ted Guth en una cita obligada
cada año, desde aquel 1969, cuando el norteamericano arribó al pueblo por
primera vez en el marco de un contingente de 24 jóvenes becarios de American
Field Service (AFS), que llegaban desde Estados Unidos para familiarizarse con
el idioma y la cultura argentina.
Desde aquel
entonces, Ted forjó una amistad que perduró a través del tiempo con sus
compañeros de curso- de aquel 5° año que cursó en el Instituto José María Paz y
con quienes nunca dejó de verse.
Esta semana es
especial para todos ellos, ya que su amigo yanqui volvió al pueblo, alcanzado
así su viaje número 50, motivo por el cual sus compañeros le prepararon una
"fiesta de oro" para celebrar esta amistad que no conoce de distancias ni de
tiempo.
"Me cuesta
creer que ya vine 50 veces, realmente es mucho tiempo. Cuando venía en el avión
rememoraba muchas cosas que hemos hecho y compartido con mis amigos devotenses
en este tiempo y realmente podría escribir un libro", señaló Ted en una
entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, quien tiene 66 años, es doctor en Química y
reside en la ciudad de San Miguel, California, donde en reiteradas
oportunidades recibió la visita de amigos de estos lados, aunque ninguno logró
igualar siquiera su récord, ya que el que más veces viajó alcanzó las cinco
visitas. "Yo sé que es más fácil que yo venga a Devoto a que vayan ellos a
visitarme a Estados Unidos, teniendo en cuenta la diferencia de salarios y la devaluación
de la moneda argentina. Si nos veríamos una vez cada cinco años, la relación no
sería la misma, por eso entiendo que soy yo el que debo venir", reflexionó.
"He podido
instaurar en mis afectos, costumbres poco comunes en Estados Unidos"
Ted contó
además las sensaciones que le provoca cada vez que emprende su viaje hacia
Devoto. "Cuando sé que estamos cerca de destino empiezo a mirar por la
ventanilla todo el tiempo y pienso lo bien que lo vamos a pasar y como nos
vamos a divertir".
"De hecho, cada
vez que subo a un avión- algo muy frecuente por mi trabajo- aprovecho los
momentos de silencio para pensar en la Argentina y en especial en este pueblo",
manifestó.
Devoto, su
segundo hogar
Consultado
sobre qué significa el pueblo para él, no dudó en señalar que es su segundo
hogar ya que la gente lo identifica como un devotense más.
"Cuando camino
por el pueblo la gente me conoce, me saluda por mi nombre. Creo es eso lo que
me marcó desde aquella primera vez que llegué a la localidad a hacer mi experiencia
estudiantil de intercambio".
"Yo vivo en San
Miguel, una ciudad de California con 4.000 habitantes donde saludo a mi vecina
de enfrente pero ni siquiera sé cómo se llama. La experiencia que yo viví acá
me marcó mucho y eso es lo que me hace volver cada año", explicó.
Inclusive contó
que muchas de las costumbres que adoptó en la Argentina fueron transmitidas a
sus amigos norteamericanos. "Yo les inculqué que abrazarse entre hombres no
estaba mal, que es una demostración de afecto entre amigos. También juntarnos
seguido a comer, a pescar, ir a la montaña, el hecho de compartir cosas
sencillas de la vida, lo cual no es muy común en mi país".
La amistad, un
culto
Sus amigos
devotenses aseguran que Ted hace de la amistad "un culto" y que no conocen otra
persona que valore este sentimiento como tal. Por su parte, el norteamericano
definió la amistad como un estado "más confiable que el amor (de pareja). Los
amigos no te fallan, no te abandonan", aseguró.
"Tengo amigos
en Estados Unidos que son muy especiales para mí, de hecho la amistad en mi
país también juega un papel muy importante, pero no se compara con el lazo que
tengo con mis amigos argentinos", señaló Ted.
Asimismo
reconoció que "la amistad es mutua, no soy solamente yo el que tiene ese sentido
de la relación. Creo que este
pensamiento refleja lo que es la comunidad devotense, forjado en base a la
cooperación, el mutualismo y la amistad".
Al respecto
agregó que "esos valores se ven cuando uno camina por las calles y aprecia la
limpieza, el orden, la amabilidad de su gente. Esto fue justamente lo que me
impactó del pueblo y lo que me hace volver cada año, desde hace 50", subrayó.
La fiesta
En esta
oportunidad, lo más especial de su visita fue la fiesta que le prepararon sus
amigos, que se desarrolló anoche en el salón de
Sociedad Cosmopolita de Devoto, motivo de reencuentro con sus compañeros de
aquella promoción 1969 del Instituto José María Paz y sus amigos no solo de
Devoto sino de todas partes del país.
Hasta la hija
de Ted, que reside en Inglaterra, decidió ser parte de este festejo,
considerando lo que significa Devoto para su padre.
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