Zaiker, la gran esperanza del freestyle sanfrancisqueño
Es uno de los exponentes locales de mayor proyección. El actual líder de la liga que se disputa en el Centro Cultural sueña con hacer su camino hacia la cima a base de rimas y un estilo filoso y efectivo.
Por Gabriel Moyano/LVSJ
"La verdad que estaba un poco nervioso", tira Zaiker antes de despedirse, como excusándose. "Ajá, bueno, mucho no se notó", fue la respuesta.
El pibe entró como pidiendo permiso y durante la entrevista susurraba las respuestas y se mostraba contenido. Pero cuando empezó a sonar la pista... ahí fue otra cosa.
Fue entonces cuando quedó en claro por qué es uno de los grandes talentos del freestyle sanfrancisqueño, con proyección nacional y con un techo tan alto como sus sueños.
Sueños que empezó a forjar desde muy pequeño, cuando ni siquiera sabía que lo que hacía tenía nombre. "Eso que hacés se llama beatbox", le dijo una maestra de música.
El ritmo lo acompaña desde chico y por eso -ahora- improvisa con precisión de relojero. Fanático de figuras como Acru, Dtoke o Cancerbero, anhela un día llegar a la cima pero sin saltearse ni un escalón.
Hoy lidera la Liga de Freestyle de San Francisco, pero más que a una competencia la considera una familia, quizás la que no tuvo de chico. Cuenta que a su padre casi no lo conoció y si bien fue criado por su mamá, a la mayor parte de la infancia la pasó con su abuela.
La vida le propinó varios golpes, pero aquí está firme, rimando con todas sus ilusiones a cuestas. Comenta que le gustaría plasmar sus letras en un álbum y que su mensaje sería de amor, por uno mismo y por quienes lo rodean.
Bruno Pérez tiene 21 años y hace 6 que se dedica al freestyle. "La vengo remando desde ahí. Lo conocí por un amigo que tenía por internet que me hizo ver una batalla de Kódigo y que me fue inculcando la cultura. Me encantó la manera de rapear de Acru y enseguida me dije que quería llegar a transmitir de la misma manera que lo hace él", cuenta.
Poco después se encontró con el mítico disco de Dtoke, "Atrapa el track", que finalmente lo decidió a meterse de lleno. "Jugaba con las palabras, estaba bastante manija con el tema. Así empecé a buscar mi estilo, que creo que hasta el día de hoy lo sigo buscando. Con el paso de los años fui probando variantes en la métrica, la estructura y los punch lines. Siempre me gustó jugar, así que mi estilo es mezclar métricas con flow", asegura.
La pasión por la música viene desde niño: "Mi mamá me hacía escuchar muchos clásicos, Michael Jackson, Amy Winehouse, rock nacional. Pero en el grupito del barrio se escuchaba Fuerte Apache, que estaba de moda, que fue el paso previo al rap. Pero siempre la música me gustó, en la escuela era la única materia que llevaba bien. Siempre sentí que al escucharla pasaba a otro plano".
"A mi mamá la jodía todo el día: le cantaba canciones de FA pero con la letra cambiada. Estaba empezando a improvisar sin darme cuenta. Después una profe de música me dijo que esos ruidos con la boca que yo hacía jugando se llamaba beatbox. Como que todo me fue encaminando hacia lo que soy", resume.
Zaiker es el rival a vencer en la Liga de Freestyle de San Francisco, pero lo siguen de cerca otros rivales que cara a cara tratan de humillarlo con las palabras, pero cuando termina la batalla son como hermanos.
"En la ciudad recién ahora esto está creciendo. Hubo un boom en 2016 cuando pasó lo del Quinto Escalón, con la camada del Duki, Paulo Londra y todos los que salieron de ahí. Acá de a poquito se está armando un lindo grupo, una familia, como la llamo yo", confiesa bruno.
En San Francisco "hay una nueva camada muy fuerte. Algunos chicos, como Miche, vienen de hace años, pero hay otros nuevos que vienen con todo. Para mí los más complicados para batallar son A14, Sonni y CAE".
Soñar en clave de hip hop
Si algo diferencia a los jóvenes músicos de tiempos pasados con los raperos de ahora es que aquellos necesitaban toda una estructura -banda, instrumentos, equipos- para echar a rodar el sueño, mientras que los freestylers pueden armar un bolso con su celular y sus auriculares y viajar para competir y mostrarse en otras ciudades.
Zayker ya conoce la experiencia. Entre sus principales logros figuran una victoria en un 2 vs. 2 junto a Sonni y haber llegado a semifinales en Carlos Paz, donde perdió -en réplica- contra Mecha, quien luego sería tercero en la FMS Argentina clasificando para la internacional.
"Siempre traté de dejar lo mejor de mí. Aunque perdiera me proponía romperla y creo que lo hice", cuenta.
En el futuro le gustaría entrar a la FMS o a la Red Bull. Con esta última no tiene un buen recuerdo: en 2016 participó del casting y quedó, pero como solo tenía 16 años no pudo participar por ser menor de edad. "Me llamaron para decirme que había entrado y a la media hora me llamaron de nuevo preguntándome la edad. Me quería matar", cuenta -ahora- entre risas.
No le desespera llegar a las grandes ligas, pero sí ir creciendo de a poco.
Plasmar un mensaje
El camino que abrieron los ídolos que menciona Zaiker desde la plaza hasta grabar discos y llenar estadios, es el que todos los que están dando sus primeros pasos quieren dar.
También Bruno se imagina recorriéndolo. En un momento comenzó a grabar un EP pero el proyecto quedó pausado.
"Me gustaría proyectarme a la música, pero primero quiero hacerme un público. Todos quieren ser escuchados, pero no es fácil. Lo mío sería primero competir, ganarme un público y que este se vaya enterando cuando saco algún tema nuevo", confiesa.
La cultura hip hop hoy tiene muchos representantes y muchos géneros, como el rap y el trap. Se industrializó y varios cayeron en los lugares comunes del "business". Zaiker va por algo más profundo: "Quiero dar un mensaje. Está bueno hablar de uno mismo, pero quiero abrirle la mente a la gente. Como hacía Cancerbero, algo así como hace WOS. Pero mi mensaje sería decirle a la gente que viva el amor. Hablar desde mi interior para que la gente analice el suyo".